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—¡YA LLEGAMOS ESPAÑITAAAAAAAAAA!
—Mati, bajáte de mi espalda ya o te rompo las pelotas.
—Uy, Esteban. Te noto un poco tenso.
—Vos me pones tenso. Pipe, ayúdame a quitarme al boludo este de encima.
El castaño miró con una sonrisa al rubio y al más bajito y se les acercó. Pero en vez de quitarle a Matías de la espalda, se lanzó a los brazos de Esteban y le rodeó los brazos por el cuello.
—¡ESPAÑA, YA LLEGAMOSSSSSSSSS!
—¡Dejen de joderrrrrrrrr!
Massy y Fran se les unieron a ese juego de lanzarse encima de Esteban y el treinteañero rodó los ojos con enfado. Mientras ellos boludeaban, Blas y Valentino sacaban de la cinta transportadora las maletas de los chicos junto con Candela. Pipe estaba haciendo un gran esfuerzo por no acercarse a ella e ignorarla sin reparo alguno. Desde que él la había provocado hacia días en el set de grabación no se habían dirigido la palabras. Tan solo se dedicaban a mirarse desde lejos sin decirse nada.
—Ya dejen al pobre Kuku. Que lo matáis por falta de aire.
—Enzo, Enzo, Enzo... ¿Estás celoso porque nadie te hace caso?
—No. No es...
—¡Todos a abrazar a Enzito!—Massy fue la primera en saltar sobre la espalda del chico seguida del resto de sus amigos. Felipe, de igual manera, se unió a ellos y molestaron al moreno hasta que salieron fuera del aeropuerto de camino al hotel.
Pipe y los demás llegaron al lugar después de un vuelo de once horas tortuoso. La recepción del hotel estaba elegantemente decorada, con un mostrador de mármol y personal uniformado atendiendo a los huéspedes con sus mascarillas por el Covid. Fue un autentico caos que tanto los actores como el personal se registraran (ya que, como mínimo, eran unas cien personas), y recibieron sus llaves de habitación y las instrucciones necesarias para hacer su estancia lo más cómoda posible, al igual que las normas que prohibían visitar las habitaciones que no fueran las suyas por miedo a la propagación del virus.
Candela y los demás maquilladores se emocionaron al descubrir que les habían asignado una habitación en el piso superior al de los actores, lo que les daba una vista panorámica de la ciudad desde sus ventanas. Pero Pipe no se alegró. Se dio cuenta de que sería imposible encontrársela por los pasillos.
Una vez en la habitación, comenzó a deshacer su maleta meticulosamente, colgando su poca ropa en el armario (no había traído demasiado ya que se pasaría gran parte de sus días con la ropa que le daban de Carlitos Páez) y colocando sus productos de cuidado personal en el baño.
Esa misma tarde, Pipe y los demás pasaron la mañana en una reunión con el nutricionista que se encargaría de sus dietas, discutiendo los planes dietéticos para mantener su energía durante las semanas de trabajo intenso que les esperaba, pero consiguiendo que bajaran de peso. Una parte de él tenía miedo y estaba muy preocupada pensando en su hermana Maia y en si aquello le afectaría teniendo que vivirlo muy de cerca con Juani (ahora que los dos estaban separados, él no tenía ni idea de como su hermana iba a manejar su conducta), pero se obligó a no ponerse en lo peor.
