epílogo

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CANDELA Y PIPE

UNO NO ES CONSCIENTE DE LO BUENA QUE ES SU VIDA HASTA QUE NO LE QUITAN UNA PARTE IMPORTANTE DE ELLA DE CUAJO

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UNO NO ES CONSCIENTE DE LO BUENA QUE ES SU VIDA HASTA QUE NO LE QUITAN UNA PARTE IMPORTANTE DE ELLA DE CUAJO. Pero ya eran adultos hechos y derechos y sabían que el dolor de esa pérdida no se hacía más pequeño.

Ellos crecían a través de ese dolor hasta que ya apenas dolía.

Obviamente, había días en los que la nostalgia era más fuerte, pero en general, Candela llevaba muy bien la ausencia de Nana Rosita. Iba a visitar con muchísima frecuencia a su abuelo, el que también estaba creciendo mucho a través de ese dolor, y que, con mucho esfuerzo, estaba saliendo del pozo.

Una tarde de mediados de Octubre, un año después de la muerte de Nana Rosita, Candela y Pipe fueron a visitar a Gabriel a su morada.

Todo parecía igual de estático y familiar como siempre, pensó Candela. Es verdad que el olor de Nana Rosita se iba disipando, y al notar como a ella se le humedecían las mejillas por ese pensamiento, Pipe la rodeó posando un beso en su frente.

—¿Todo bien, abuelo?—le preguntó ella mientras Pipe hacía el café en la cocina.

Gabriel le sonrió pesadamente y asintió.

—Todo lo bien que se puede estar en mis circunstancias, María Candelaria—el anciano miró en dirección a la cocina donde Pipe aparecía y desaparecía y alzó una ceja—. Es buena honda tu novio.

—Abuelo, deja los sarcasmos.

—Lo digo en serio. Tu abuela le dio el visto el bueno—explicó el abuelo tranquilamente medio riéndose—. Lo conocía de solo dos horas la mujer y cuando os fuisteis a la habitación a hablar me dijo que él era tu Gabriel.

—¿Mi Gabriel?

—Ay, nenita. Ya sabes: Vos sos Rosita y él Gabriel...

Candela sonrió y miró en dirección a la cocina.

—¿Te he contado alguna vez que al principio nos llevábamos a matar?

—Ojalá os hubierais quedado así—Candela sobó el brazo de su abuelo a modo de regañina y tragó saliva—. ¡González, apúrate que empieza el partido!

—¡Voy!—Pipe regresó de la cocina con una bandeja con una jarra de café y tres vasos y se pasaron las siguientes dos horas viendo el partido del Boca contra el River entre quejidos y protestas.

A pesar de ese año y medio que llevaban de relación, Pipe seguía fingiendo ser del Boca para no disgustar a su abuelo. Y como ese partido lo ganó el River, Pipe tuvo que fingir que estaba cabreadísimo en lugar de celebrarlo. Pero luego miraba a Candela y a su abuelo felices y se sentía hasta ciertamente algo feliz de verdad porque el Boca ganara.

A eso de las ocho de la noche, Pipe y Candela se despidieron de Gabriel y cogieron el coche de él para manejar hasta el piso de Massy y Fran (se habían ido a vivir juntos en cuanto regresaron de España y todo el mundo ya sabía que estaban juntos por culpa de las fotos que les sacaban en todas partes dándose besitos y abrazándose como un par de enamorados). Matías seguro que estaba con Malena, Blas era un espíritu libre y solitario y Juani... Bueno. A él le quedaban un par de meses antes de reencontrarse con el amor de su vida.

𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐍𝐆──𝙁𝙚𝙡𝙞𝙥𝙚 𝙊𝙩𝙖ñ𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora