PIPE
LLEGÓ A ARGENTINA JUNTO A JUANI, viajó hasta su casa, le dio un abrazo a sus padres y lo único en lo que pensaba era en Maia y en si estaría bien. Si algo bueno tuvo aquel episodio de su hermana, fue solamente que opaco todo el dolor y todo lo que sentía después de haber peleado con Candela y haber desaparecido sin darle explicaciones.
Había convivido con la enfermedad de su hermana muchos años, y aunque ya estuviese acostumbrado a las recaídas, no podía negar que siempre tenía el mismo miedo y la misma incertidumbre, preguntándose si esa sería la última...
Pero para Juani era la primera vez que vería a Maia de esa forma, así que cuando llegaron a casa y sus padres le dijeron que ella estaba arriba, él le dio una palmada en el hombro para animarlo.
—Ve a verla tu primero—le concedió Pipe con una sonrisa a su amigo—. Lo necesitas más que yo y yo quiero llamar a alguien.
El ojiazul lo miró con sentimientos acumulados en los ojos y asintió.
—Gracias...—a Juani le faltó tiempo para subir las escaleras y desaparecer.
Él se quedó un momento con sus padres y, cuando los tres estaban tomando una cena ligera (ninguno de ellos tenía mucha hambre debido a lo sucedido en las últimas horas) Pipe no lo soportó más y se disculpó con sus padres para salir a la terraza y marcar el número de teléfono de Candela. Tenía que llamarla ya. Necesitaba escuchar su voz y averiguar si aún seguía muy enfadada con él.
Viéndolo con más tranquilidad, Pipe reconocía que había actuado de forma totalmente desproporcionada. ¿Qué más daba que ella hubiese insistido en el cambio? Por ese entonces no se llevaban bien y... Aún sabiendo eso, le dolía pensar que el siempre había tenido clara su decisión de alejarse de él.
Pulsó el icono para llamar a su teléfono y trató de calmar su corazón que latía con fuerza en su pecho mientras esperaba que ella respondiera. Se asomó al patio de su casa y se sentó en una butaca mientras movía el pie frenéticamente y con un dolor de cabeza que no podía soportar.
De repente, descolgaron la llamada.
—¿H-hola?
La voz de Candela resonaba en sus oídos, pero todo lo que podía sentir era un profundo vacío en su interior. La desesperación lo invadió, haciéndole desear con todas sus fuerzas poder expresar lo que sentía, pero las palabras se negaron a salir.
Abrió la boca y la cerró.
Se pasó una mano por la cara y resopló.
ESTÁS LEYENDO
𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐍𝐆──𝙁𝙚𝙡𝙞𝙥𝙚 𝙊𝙩𝙖ñ𝙤
Fanfiction|𝐖𝐎𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐍𝐆| «𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐮𝐞 𝐦𝐢 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨. r𝐞𝐜𝐮é𝐬𝐭𝐚𝐭𝐞 𝐬𝐮𝐚𝐯𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐟𝐫í𝐚 𝐲 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚. 𝐍𝐢𝐧𝐠𝐮𝐧𝐚 𝐭𝐮𝐦𝐛𝐚 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐬𝐮𝐣𝐞𝐭𝐚𝐫 𝐦𝐢 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨. 𝐌𝐞 𝐚𝐫𝐫𝐚𝐬𝐭𝐫𝐚�...