16. Algo complicado

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Entender a las personas era bastante difícil de por sí, pero entender a Themis era un completo desafío

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Entender a las personas era bastante difícil de por sí, pero entender a Themis era un completo desafío. Su hermana no había dicho una sola palabra desde que habían emprendido la caminata. Luego de bajar de la catedral se había subido la capucha, tapándose el rostro y escondiendo su cabello, y le había indicado a Azariel que hiciera lo mismo. El joven no entendía ¿Por qué tenía que ponerse una capucha si nadie lo conocía fuera del castillo? Themis le había dicho que era mera precaución además de que, según ella, había espías por todas partes.

Habían caminado por las calles en silencio. Todo era nuevo para Azariel, aunque intentaba no quedarse mirando con la boca abierta mientras descubría cada lugar. Doblaron en algunas calles poco concurridas y con olores que Azariel prefería no pensar de dónde provenían.

No tardaron mucho en llegar al lugar, era una bonita casa de piedra de una sola planta, con una puerta de acero recubierto. Quedaba muy cerca del bosque, a Az le pareció una ubicación un poco extraña para vivir, pero no se atrevió a preguntar. Themis llamó a la puerta, jugueteaba con el mango de una de sus hachas y con el borde del abrigo que llevaba puesto. Se bajó la capucha y se arregló un poco el cabello. Miró a su hermano.

― ¿Cómo me veo? ―Preguntó mientras se alisaba la ropa.

―Perfecta. ―Azariel frunció el entrecejo mientras respondía.

Alguien abrió la puerta y Themis parecía incluso más nerviosa que antes, sus hombros se relajaron un poco al ver quien se encontraba del otro lado de la puerta. Azariel por otra parte, no podía hacer nada más que estar sorprendido. De todas las personas que podía imaginar que irían a visitar, Kaiden era la última de la lista. A decir verdad, ni siquiera entraría en la lista si esta existiera. Le parecía la última persona de la que su hermana se podía enamorar.

Se veía cansado, era la primera vez que Azariel veía a Kaiden tan desalineado. Llevaba los primeros botones de la camisa deshechos, el cabello se le desparramaba en todas las direcciones, tenía círculos morados bajo los ojos y una mueca de fastidio en el resto de su cara.

―Si no llevara los lentes podría fingir que no están parados delante de mi puerta. ―Se acomodó los lentes con el dedo índice y se cruzó de brazos. ―Pero siendo que no es ese el caso los dejaré pasar.

Abrió la puerta por completó y se hizo a un lado, Az y Themis entraron a toda prisa. Azariel lo vio echarle un rápido vistazo a la calle antes de cerrar la puerta. Az se estaba sintiendo algo incómodo y, por otro lado, no quería molestar a su hermana mientras hablaba con su novio o lo que fuera. Kaiden pasó cerca del príncipe y lo palmeó en el hombro. Su hermana ya estaba caminando hacía una de las dos puertas que había en el interior de la casa.

―Vamos a preparar el desayuno mientras las chicas se asesinan mutuamente, o peor. ―Kaiden se estremeció un poco al decir la última palabra.

Azariel no creía estar entendiendo lo que pasaba, hasta que todas las piezas hicieron clic en su cabeza. Kaiden no era el único que vivía en esa casa, recordó que tenía una hermana muy bonita.

La guadaña oscura [Criaturas Nocturnas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora