Themis miraba en todas las direcciones, en busca de alguien que se viera como ella, aunque sin suerte. Se dio la vuelta para hablar con Cruz y esta tenía cara de haber visto un fantasma.
― ¿Qué sucede? ―intentaba que la preocupación no se notara en sus palabras, pero era prácticamente imposible.
De todas las cosas extrañas que podían suceder, el que hubiera una persona idéntica a ella, era una que jamás había pasado por su mente.
Cruz se frotaba las manos y miraba hacia los lados, sus fosas nasales se expandían de tanto en tanto y arrugaba la nariz.
―Bueno, ―Comentó de forma relajada. Su voz no reflejaba para nada lo que su cuerpo parecía estar gritando― puede que no te haya contado algunas cosas y puede que eso sea importante ahora.
Se mordió el labio inferior y luego mostró los dientes en un intento de sonrisa. Themis ya no podía aguantarlo, el nivel de estrés que podía manejar su cuerpo había llegado a su límite. Empujó a Cruz contra la pared del callejón y apoyó una daga sobre su cuello.
―Habla. ―La instó, presionando la daga sin hacerle daño.
Cruz no parecía asustada en lo más mínimo, en todo caso, parecía divertida.
―Me parece de lo más sexy cuando me amenazas con cuchillos ¿Te lo había dicho? Seguramente sí. ―Le guiñó un ojo y sonrió.
Themis resistió la necesidad de rodar los ojos, no era momento para payasadas de parte de nadie.
―Deberías decirme que es lo que sabes, antes de que decida que tu rostro no es lo suficientemente bonito como para salvarte la vida.
―Salvaje, me gusta. ―Comentó Cruz y Themis apretó la daga hasta que vio un poco de sangre resbalar por el escote de Cruz. ―Está bien, ya no más bromas. Pero ¿podrías alejar el cuchillo? Porfis.
Themis bajó la daga y esperó a que Cruz se acomodara la ropa, a la cual Themis no le veía ningún desperfecto, y comenzara a hablar.
―Ya había sentido ese aroma antes. ―Themis frunció el ceño, no entendía de que aroma estaba hablando. ―Es como una mezcla entre rosas silvestres y chocolate caliente.
Themis la miró confundida, no tenía idea de que podía tener que ver un perfume con todo esto. Al parecer Cruz percibió su confusión porque empezó a explicarse.
―Las personas tienen aromas característicos, al menos para mí. Kaiden huele tinta y café, por ejemplo. ―Hacía gestos con las manos mientras hablaba, parecía algo que hacía cuando intentaba encontrar las palabras para expresarse. ―En fin, todos huelen a algo, incluso tú. El caso es que, el aroma de esta persona, ya lo había sentido antes. ―Bajó la mirada, parecía estarse ruborizando un poco. Themis no entendía como alguien podía ser tan atrevida un minuto y tan tímida al siguiente. ―La noche del baile, cuando nos estábamos besando, percibí ese mismo aroma antes de que escucháramos los gritos.
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La guadaña oscura [Criaturas Nocturnas #1]
FantasiaLa guadaña. La muerte, alguien que ni siquiera teme a su destino. Una joven con habilidades extraordinarias, que desconoce su origen. El escudo. El protector, quien haría cualquier cosa por las personas que ama. Un muchacho con un don para hacer rea...