25. Los monstruos sueñan

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El golpeteo incesante en su puerta la despertó, saltó en la cama

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El golpeteo incesante en su puerta la despertó, saltó en la cama. Themis se había ido, acaso ella... ¿Había estado durmiendo? Se pasó la mano por la cara, sintió húmeda la parte del mentón, al parecer se había babeado. El golpeteó en la puerta no cesaba, se sentía tan fuera de lugar que dudaba que estuviera en su propio cuarto.

―Adelante.

Su voz se sentía extraña, más ronca y su lengua estaba hinchada, necesitaba beber agua. Kaiden entró a su habitación unos segundos después con una bandeja de comida, era el mejor hermano que hubiera podido tener. Miró la bandeja donde había panqueques y una taza humeante de... ¿Té? Frunció el entrecejo.

― ¿Dónde está el café?

Kaiden se sentó en la esquina de su cama y la miró de mala manera por encima de los lentes.

―No te gusta el café. ―Cruz estaba a punto de quejarse cuando su hermano levantó la mano y la detuvo. ―No voy a tener esta conversación de nuevo, come tu desayuno. Aunque son alrededor de las cinco de la tarde. No sabía que podías dormir tanto. Incluso roncabas.

Cruz se detuvo a medio bocado, un momento después terminó de masticar y se quedó mirando a su hermano como si no pudiera creerlo.

―Entonces sí dormí. No lo puedo creer. ―Continuó comiendo porque la realidad era que se sentía hambrienta.

― ¿Soñaste algo? ―Preguntó Kaiden luego de unos minutos.

Había comenzado a jugar con un cordón del cual Cruz desconocía la procedencia.

―Sí, de hecho. Soñé que éramos ositos de peluche y debíamos luchar contra agujas de tejer gigantes. ―Bromeó.

A Kaiden no parecía haberle causado gracia, simplemente se quedó callado, solía hacer eso cuando no terminaba de entender algo. Cruz continuó comiendo mientras pensaba en lo que podría haber soñado, no recordaba haber soñado. Nunca en su vida, ni siquiera cuando era niña y podía dormir como el resto de los seres humanos. La imagen de unos ojos verdes cruzó de forma fugaz por su mente, sacudió la cabeza, no era momento de pensar en Themis. O quizá había soñado con ella y no lo recordaba por completo. Kaiden finalmente rompió el silencio.

― ¿Las agujas de tejer tenían patas? ¿O cómo hacían para perseguirnos? ―Preguntó con seriedad.

Cruz casi escupe el té que estaba tomando, termino de tragar el sorbo que tenía en la boca y soltó una carcajada.

―Era un chiste. ―Le explicó a su hermano.

―Sigo sin entenderlo. ―Dijo Kaiden con expresión de confusión. Sacudió una mano delante de él restándole importancia al asunto. ― ¿Cómo se sintió dormir?

―Raro, innecesario y... baboso. ―Se estremeció ante la última palabra.

―Bienvenida, al mundo de las personas normales. ―Se burló Kaiden.

La guadaña oscura [Criaturas Nocturnas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora