Después de horas de leer las notas de Kaiden e intentar descifrar las abreviaturas, Cruz creía tener todo lo necesario para descifrar a que se estaban enfrentando o al menos darse una idea. Su hermano se había ido a dormir hacia unas horas. Había pensado en despertarlo para contarle que había conseguido, más o menos, descifrar sus notas. Para ella era toda una hazaña, teniendo en cuenta la pésima caligrafía que tenía Kaiden.
Había usado para trascribir las notas un cuaderno de dibujo que aún no había empezado. Intento hacer dibujos de lo que entendía a modo de explicación, no habían quedado tan mal como esperaba, a pesar de estar fuera de practica debido a todo el tiempo que gastaba al servicio de la corona.
Se estiró en su asiento y se dejó caer contra el respaldo de la silla. Le dolían las articulaciones de las manos de haber pasado la mitad de la noche transcribiendo las notas de Kaiden y dibujando. Ni hablar del hecho de que la habían atacado a mitad del bosque. Tener que usar sus garras era agotador y ni hablar de la curación. Se llevó una mano al ojo izquierdo, donde aquella cosa la había lastimado. Si bien el líquido negro que recorría su cuerpo la había curado casi al completo, aún sentía una molestia en aquel ojo y cada cierto tiempo se le nublaba la vista.
Quizá debiera usar un parche y comprarse un barco para dedicarse a la piratería, podría irle mucho mejor de lo que le iba en Kyrell. Contuvo una risa ante aquel pensamiento tan absurdo, seguramente terminaría vomitando sobre toda la tripulación en el momento en que pusiera un pie en el barco.
Estiró los dedos haciéndolos sonar, tomó el lápiz que había quedado sobre la mesa y se dispuso a dibujar la cosa que la había atacado la noche anterior, con los pocos detalles que recordaba.
De una cosa estaba segura, y eso era, el conocimiento de que su padre no iba a devolverle las armas que le había confiscado. Por lo que se había levantado muy temprano, incluso con lo poco que había dormido, para saquear la armería. Normalmente no llegaba a usar sus armas, a menos que se encontrara de casualidad con un necrófago, pero la hacían sentir más que segura, la hacían sentir invencible.
No tuvo necesidad de vestirse, la noche anterior había regresado a su cuarto demasiado cansada como para detenerse a quitarse la ropa. Ni bien había salido de la cama había sentido un escalofrió al recordar la noche anterior. Había estado cansada, porque por un momento olvidó que unos tentáculos salidos de su propia sombra la habían atacado. Incluso había estado a punto de olvidar que había una mujer idéntica a ella dando vueltas por el reino.
ESTÁS LEYENDO
La guadaña oscura [Criaturas Nocturnas #1]
FantasíaLa guadaña. La muerte, alguien que ni siquiera teme a su destino. Una joven con habilidades extraordinarias, que desconoce su origen. El escudo. El protector, quien haría cualquier cosa por las personas que ama. Un muchacho con un don para hacer rea...