Viktorov, general del ejército, el hombre más temido, el villano de la historia de muchos y el hombre que necesita una novia falsa.
De inmediato.
Farah, trabajadora de un burdel con muchos secretos. Su sed de venganza es tan grande que no le import...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dónde los deseos se cumplen "Un día pedí tenerte sin pensar que tú robarías todo de mi."
"—Los soldados se dirigen a defender nuestras fronteras a pesar de la advertencia de bombardeo. Aunque sus vidas están en peligro, aún luchan con valentía para salvarnos y darnos la libertad con la que soñamos."
Escuchaba la voz femenina que salía de la radio, pero no podía sentir menos interés ni aunque empezara a hablarme de álgebra. Las personas se reunían para escuchar las noticias, siempre esperanzados a que un día anunciaran que la guerra había finalizado. Yo me encontraba cansada del mismo discurso de siempre en el que pintan a los soldados y sus generales como los héroes de nuestro nuevo mundo.
¿Ellos luchaban por todos? Luchaban porque les habían obligado a enlistarse al ejército, porque sino luchaban iban a morir igual. Luchaban por sus familiares, porque querían ser parte del pequeño porcentaje que tenían de ganar la guerra y volver a casa.
No son héroes. Para mi solo son personas con diferentes intereses propios...
Tengo mis propios motivos para pensar de esa forma y ningún discurso me hará cambiar de opinión.
"—Tenemos aproximadamente cien soldados caídos durante esta noche qué pasó. La luna se volvió a cubrir de sangre, pero esperamos que el sol de este nuevo día siga guiando a nuestros luchadores de la libertad."
Una larga lista de nombres comienza, al igual que algunos llantos de las mujeres que han recibido la mala noticia del fallecimiento de sus parejas. Siento lástima por ellas, pero mis sentimientos llegan hasta ahí.
Tal vez soy demasiado insensible ante la pérdida de sus amados, pero ni cuando yo perdí a mi hermano gemelo pude llorar.
La vida ya ha sido una perra conmigo que me volvió una insensible a sus mejores golpes.
—¿No crees que es demasiado temprano para tener esa cara de gruñona?
Dejo de jugar con la tasa de café entre mis manos y levanto la mirada hacia la mujer que me habla.
Apoya sus manos en la mesa y se inclina sobre esta para acercar sus labios a mi mejilla, muy cerca de la comisura de mis labios. Al separarse despacio con una sonrisa en sus labios, se aparta el cabello para dejarme ver el escote o más bien sus pechos ya que la tela de la camisa de hombre apenas la cubría.
—¿No es demasiado temprano como para que aparezcas semi desnuda frente a nuestros clientes?
—No hay hora correcta para desnudarse, Farah. Y tú sabes que si es para que me veas, podría pasar desnuda todo el día.
Muerdo mi labio para ocultar mi risa ante Saphix, por lo que solo niego con la cabeza y acerco mi taza a mis labios. Siento sus ojos sobre mi en todo movimiento que hago, aun más cuando paso mi lengua entre mis labios para limpiar el resto del café.
