"Lo que mi esposo quiere."
—Bajo esta firma, me comprometo a llevar una vida de paz y armonía entre tus hombres y los míos, tus seguidores y mi pueblo. Acepto la unión de los distritos para que todos podamos convivir como una gran nación unida. Me comprometo a ser uno con todos, por la seguridad en nuestras vidas...
El discurso del representante del presidente, quien está enterrado bajo tierra, me está provocando sueño. Sus palabras suenan tan vacías como un hombre prometiéndole amor verdadero a su amante.
Todos intentamos prestar atención, o al menos aparentar, pero hasta Hunk bostezó a mi lado y Viktorov se está distrayendo con un mechón de mi cabello.
Para él y su equipo, este tratado de paz no es más qué puro papeleo. Ellos nunca han puesto en peligro las vidas de los ciudadanos, ellos solo han atacado a las personas que nos llevaron a la guerra.
—¿Hay algo que les gustaría agregar?
Vuelvo a la realidad cuándo Viktorov da un paso hacia al frente, tirando de mi tras tomar mi mano. Lo miro confundida, pero él me ignora y sigue avanzando, obligándome a ir con él. Se detiene frente a la mesa larga donde los pocos funcionarios están en representación de los "poderosos", los cuales van muriendo día a día, y tengo que contener una risa al ver cómo intentan ocultar su miedo ante el gran villano.
—De hecho, hay algo que quiero agregar —dice sonriéndoles, aunque chasquea su lengua con molestia—. Oh, pero intenta no mirar mucho a mi esposa si no quieres que te saque los ojos enfrente de todos.
El representante principal jadea sorprendido, bajando la mirada rápidamente hacia los papeles en sus manos. Ni siquiera me había dado cuenta que me estaba mirando, porque me distraje analizando a los demás.
—¿Qué quiere agregar, General?
Me parece increíble que Viktorov siga teniendo su título de general. Supongo que el respeto que se ganó haciendo su trabajo siempre va a perdurar ante todos, incluso con sus enemigos.
—Quiero que los familiares de los soldados caídos en batalla tengan una recompensa remunerada para que puedan rehacer sus vidas tras la pérdida de su familiar, que ese soldados sea reconocido con respeto y que sean sus familiares los que decidan como desean proceder con los preparativos de su funeral. Quiero que esta vez si se cumpla, que no quede en una simple promesa vacía o que los únicos beneficiados sean familiares de los altos rangos y nobles.
Mi mirada va rápidamente a su rostro, encontrándome con sus ojos. Tiene una mirada dulce mientras me ve, nada de ese hombre que tira dagas y fuego con su mirada, es más la representación de un hombre maravillado con lo que ve.
A mi.
—Me parece algo muy justo...
—Y quiero que todos los acuerdos con los burdeles sean cancelados. —corta sus palabras, apartando su mirada de mi para poder mirar a los hombres en la mesa—. Mejor dicho, quiero que los burdeles dejen de pertenecer al gobierno. Quiero que tengan la libertad de decidir todo, incluso si ya no quieren seguir siendo burdeles. Y si las mujeres quieren renunciar a sus trabajos, que se les dé una digna integración en la sociedad, porque merecen una vida tranquila... —voltea hacia mi cuando me acerco a su cuerpo, mirándolo cuándo usa su mano libre para apartar un mechón de mi cabello qué se mueve con el viento, poniéndolo atrás de mi oreja, acariciando mi mejilla en el proceso—. Porque solo ellas saben lo que han sacrificado por sobrevivir. Porque nadie debe tener derecho a juzgarlas sin conocer el infierno que han vivido.
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Distrito 14 (+21)
RomantikViktorov, general del ejército, el hombre más temido, el villano de la historia de muchos y el hombre que necesita una novia falsa. De inmediato. Farah, trabajadora de un burdel con muchos secretos. Su sed de venganza es tan grande que no le import...