"Corre."
Ella está tranquila, mantiene un control que me cautiva aún más. Su cabello está recogido en una coleta, pero hay mechones sueltos que caen sobre su rostro cada vez que se inclina sobre la mesa.
Se ve jodidamente ardiente con mi chaqueta llena de medallas de honor y luego... esta ese pensamiento que me dice que el mayor honor que me ha dado la guerra, es tenerla a ella.
—El distrito catorce sigue siendo el más seguro aún con esta tormenta, pero si el enemigo se acerca más por el lado oeste... —mueve las piezas por encima del mapa, recreando su idea sobre el mapa en la mesa de nuestra habitación secreta—. Quedamos enmedio una vez más. Necesitan atacar los distritos del centro antes de liberar las fronteras.
Sigue pensando en la guerra, sigue queriendo ayudarme y sigue evitando pensar en el problema que la involucra a ella.
—¿Y quién es Knight?
La pregunta sale de la nada, sorprendiéndome más por el nombre que sale de sus labios.
—Voy a tener que llenarte la boca con mi verga para limpiartela de ese asqueroso nombre.
Arquea una ceja y se cruza de brazos, esperando a que responda.
—¿De donde lo escuchaste? —pregunto dejándome caer en la silla, tomándola de la cintura para sentarla en mi regazo.
—Noticias. Dicen que él es la salvación que estábamos esperando —apoya su espalda en mi pecho y abre sus piernas cuando pongo mis manos en sus muslos—. Hablan de él como si fuera un ángel.
—Solo es un tipo con síndrome de príncipe azul.
—Noto algo de asco en tu tono de voz.
Una risa baja sale de mis labios a la vez que dejo un beso en su cuello y mis manos suben por sus muslos.
—Las personas como él, solo alimentan mis ganas de asesinar a todos.
Se gira hacia mi derecha, pasando sus brazos por mi cuello y me da una leve sonrisa, esas sonrisas que solo le dedica a las personas en las que ella confía, porque solo así se permite ser más dulce, sensible, más a la ella que seguramente era antes de que la vida fuera una mierda.
—¿Incluyéndome? ¿También quieres asesinarme, Viktorov?
Tomo un mechón de su cabello, llevándolo a mis labios. El olor a flores inunda mis sentidos, me envuelven en una paz que nunca creí poder sentir y dejo un beso en su cabello.
—No tengo planes de asesinar a la única persona que logra que mi atormentada alma tenga paz. Pienso cuidarte, proteger hasta el último mechón de tu cabello, aunque eso implique destruir todo a mi paso para liberar el tuyo de cualquier maldad.
Sus ojos tienen una mirada suave, sus hombros están relajados y se apoya en mi cuerpo estando cómoda. Pasa su dedo índice por la comisura de mis labios, delineandolos con suavidad.
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Distrito 14 (+21)
Любовные романыViktorov, general del ejército, el hombre más temido, el villano de la historia de muchos y el hombre que necesita una novia falsa. De inmediato. Farah, trabajadora de un burdel con muchos secretos. Su sed de venganza es tan grande que no le import...