Capítulo 2

453 36 4
                                    

"La puerta al deseo es tu cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"La puerta al deseo es tu cuerpo."

El agua recorría mi cuerpo desnudo, limpiando todo rastro de sudor y pólvora, además del olor a sexo.

Era otra noche silenciosa en el último piso, dónde nuestras habitaciones personales se encontraban. En este local que podría ser una mansión, teníamos espacios para nuestros días de descanso, lejos de las habitaciones habituales para el "trabajo" o para "actividades urgentes". Habían tantas palabras más sofisticadas para hablar sobre nuestro trabajo, pero no valía de mucho la sofisticación cuándo los demás siempre nos dirán que somos unas prostitutas, un poco más refinadas que las de cualquier otro lugar, pero prostitutas al final, sin saber la verdad tras nuestro trabajo.

Una mueca asoma por mis labios en el momento que salgo de la ducha y observo mi cuerpo en el espejo que cubre toda la pared. Aún podían notarse mis heridas aunque ahora ya no eran de un tono rosa fresco, mi cabello estaba más brillante aunque aún tenía que cortar las puntas para terminar de quitar las partes resecas. Mi cintura y cadera estaban más figuradas en una complexión normal... o mejor dicho, saludable. Seguía siendo muy delgada, pero al menos ya no me miraba como si fuera una muerta en vida.

No tengo una vida de lujo, tampoco es el mejor trabajo del mundo, pero había comida, un techo, una cama y teníamos protección. Recibía miradas de desprecio de algunas personas, pero ¿de que sirve que estén en contra de nuestro trabajo si no van a poner un plato de comida en mis manos? Ni siquiera ayudan a conseguir un trabajo más "digno" según ellos, sólo son hipócritas queriendo un bien para sus creencias, sin pensar que este es el trabajo que nos mantiene con vida.

Reprimo un quejido de dolor cuando levanto mis brazos para ponerme el vestido de seda, suspirando con cansancio cuando la tela cubre mi cuerpo. Intento pensar en cosas positivas mientras me termino de cambiar y me maquillo, dedicando un poco más de tiempo en cubrir mis ojeras, pero mi positivismo había cambiado en este tiempo.

Ahora ya no pienso "un día todo volverá a ser increíble, como antes. La guerra acabará y volveré a casa, volveré a hacer lo que amo y seré feliz". Mis nuevas palabras ahora son "al menos tengo comida. Al menos sigo viva. Al menos estoy en esto con gente a la que le he agarrado cariño."

Conformismo. Aprender a conformarte con lo poco que tienes es una forma de sobrevivir.

—La noche es muy joven y yo cada día más vieja.

El olor a jazmines es lo primero que llega a mi ofalto en el momento que salgo del baño y me encuentro a Saphix en mi habitación. Tenemos una puerta en medio de nuestras habitaciones que conectan una a la otra, por precaución y seguridad. Al principio me parecía un poco extraño, luego fui comprendiendo porque era tan necesario tener siempre una forma rápida de entrar o salir de cualquier habitación.

—Tan solo eres dos años mayor que yo, Saphix —le recuerdo divertida, tirándole mi toalla mojada a la cara cuando ella se tira de forma dramática a mi cama—. Siempre puedes encontrar un alma fresca para succionarle los años.

Distrito 14 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora