Capítulo 7

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"Tus gemidos son todos para mí

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"Tus gemidos son todos para mí."

Esto no estaba en las cláusulas de nuestro trato y a la vez me recuerdo que no hablamos mucho de las cláusulas. Creo que ambos asumimos que haríamos cualquier cosa razonable por el otro y eso es todo, algo muy mal de mi parte.

Si sintiera algo de deseo por el general aéreo tal vez no tuviera problema con esto, pero estoy en una situación incómoda. El hombre es atractivo, no voy a hacerme la idiota, el problema es que no despierta ningún deseo sexual en mi, tampoco lo voy a culpar por eso ya que soy consciente de lo "especial" que soy con mis gustos. Y por otro lado está la mujer junto a él, con su largo cabello castaño y completamente liso, sus ojos del mismo color y sus largas pestañas negras. Es preciosa, pero también tiene una sonrisa maliciosa que me incomoda.

La única persona en esta habitación que me genera confianza es Viktorov y eso ya dice mucho de lo jodida que está la situación.

—Tienes una mansión muy hermosa, Viktorov —halaga Hunnican, el cual parece ser su "nombre" según lo que escuché de su conversación con Viktorov en el viaje a "nuestro hogar".

—Gracias, intenté que fuera lo más acogedora posible sin que pareciera muy femenina. Le dejo ese trabajo a mi mujer —me guiña el ojo, a lo que finjo sonreír y abrazarlo con afecto—. Quisiera hablar un poco con mi mujer antes, ¿les importa subir primero e irse preparando?

—Sin problema.

Viktorov les da indicaciones de dónde está nuestra habitación y nos mantenemos en silencio hasta que terminan de subir las escaleras. Rápidamente me aparto de su lado, mirándolo molesta y con ganas de gritarle un par de cosas, pero por muy grande que sea la casa, no me arriesgaré a que nuestros invitados nos escuchen.

—Estás loco si piensas que voy a hacer esto —digo entre dientes, frunciendo el ceño cuando él sonríe—. Eres asqueroso.

—No será tu primera vez, cariño, eso lo sé muy bien —me toma de la cintura, agachándose para poder hablar pegado a mi oído, bajando su tono de voz—. Necesito que confíes en mí por esta noche y prometo que no la pasarás mal. No pienso follarme a nadie más que a ti y estoy seguro de que él piensa lo mismo.

—No me interesa... —murmuro queriendo apartarme de él, hasta que me abraza más contra su cuerpo—. Hablo en serio, Viktorov. No haré esto por placer y ya deje de hacerlo por dinero.

—¿Y si te gusta? —su mano baja a mi trasero, apretando este con fuerza—. Prometo no enojarme si llegas a desearlo, Farah. Puedes tomarlo como una experiencia nueva ahora que lo harás sin necesidad por el dinero.

—No es tan diferente si has aceptado sin consultarlo primero...

Se agacha unos centímetros, bajando sus manos a mis muslos y me levanta sin problema, haciendo que mis piernas se enreden en su cintura y así me mantiene en la altura perfecta para sentir su pene apretándose contra mi coño.

Distrito 14 (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora