"Mi novia, mi propiedad."
Las tardes en esta zona son muy tranquilas, sin noticias recientes en los altavoces, ni sirenas de emergencia escuchándose en la lejanía. Tampoco tengo que recibir a soldados en sus minutos libres, y cuando Viktorov volvió para su hora libre, tan solo se sentó en el sofá del salón a leer un libro hasta que tuvo que volver a irse.
Después del último bombardeo, la zona central ha estado en un completo caos, con soldados paranoicos vigilando cada movimiento de los residentes, incluso han puesto zonas de peaje en donde piden tus documentos para asegurarse de que eres parte de "nosotros". Un poco inservible ya que cualquiera podría rebelarse si lo desea, ya que una nacionalidad no te obliga a ser fiel a ese país.
Mucho menos cuando eres consciente de las atrocidades que cometen.
El reloj sobre la mesita de noche marca las siete de la noche cuando la puerta de la habitación se abre y un Viktorov sin saco y con su camisa abierta entra en la habitación, quedándose congelado a medio camino cuando me encuentra de pie al lado de la ventana.
—¿No crees que es muy provocativo? —pregunta viendo mis piernas sobresalir por la apertura derecha de la falda del vestido.
—¿Te molesta que otros hombres me vean?
Acorta la distancia entre nosotros, poniendo su mano en mi cintura y la comisura de sus labios se eleva en una leve sonrisa, provocando que una voz en mi cabeza murmure que se ve sensual...
—Lo digo por mí, y por el poco control que me haces tener.
Niego con la cabeza, poniendo mi mano en su pecho para mantener la distancia aunque no busco apartarlo del todo.
—¿Podemos concentrarnos y hablar de nuestro trato antes de meternos en la boca del lobo?
Se supone que esta noche íbamos a discutir todos los términos y condiciones mientras cenábamos, por lo que asistir a esta fiesta sin tener eso claro me provoca nerviosismo y no soy alguien que se altera fácilmente.
—Oh, creí que ya que estabas en mi casa, no hacía falta mucho más detalle para convencerte —pone su mano encima de la mía, acariciando mi dorso con su pulgar.
—Quiero saber algunas cosas antes y tú ya pagaste por mi, así que... —me encojo de hombros— o me quedo como agradecimiento o huyo.
—Suerte intentando escapar de mi, dulce zorrita astuta.
El apodo sale más como una juguetona caricia en vez del tono de desprecio que usaba antes, algo extrañamente agradable viniendo de él.
—¿No sería muy raro que tu novia te llame por tu apellido? —pregunto recordando que solo conozco su apellido y los apodos que tengo para el, los cuales no puedo decir frente a otros.
—No, los generales y comandantes prefieren ocultar sus verdaderos nombres, evita que le demos información al enemigo si algún día nos secuestran.
Quisiera decir que sería un dolor en el culo tenerlo a él secuestrado, pero prefiero callarme ya que estamos manteniendo la tregua.
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Distrito 14 (+21)
RomanceViktorov, general del ejército, el hombre más temido, el villano de la historia de muchos y el hombre que necesita una novia falsa. De inmediato. Farah, trabajadora de un burdel con muchos secretos. Su sed de venganza es tan grande que no le import...