"NEW ERA"En la vida toca hacer sacrificios, la mayoría de las veces te toca a ti, en otras ocasiones... toca sacrificar a alguien más.
Si tu no quieres ser la comida, pon una carnada.
—Veinte monedas de plata a cambio de tus buenos servicios.
Ruedo los ojos ante su propuesta con inocente sonrisa y ojitos de cordero. Muy dulce, muy tramposa.
—No pienso lavar los platos de nuevo, Saphix.
—¡Pero voy a pagarte!
Me levanto de la mesa de comedor, recogiendo mis platos del almuerzo y los dejo en el fregadero, junto a los platos del desayuno que aún no lava.
—Tengo que irme. Tengo una cita en media hora —me lavo las manos, secándome luego con la toalla que cuelga de la pared. Al ver por la ventana, frunzo el ceño. El cielo comienza a ponerse gris de nuevo—. Tendré que apurarme porque no pienso estar afuera durante una tormenta.
Sus brazos me rodean, llamando mi atención cuando acerca su rostro al mío, haciéndome reír con sus pucheros.
—A veces te odio, pero normalmente te quiero. —besa mi mejilla, procediendo a alejarse para tomar lugar frente al fregadero, subiendo las mangas de su camisa—. Hoy aceptaré mi papel de cenicienta.
Acaricio su cabello en señal de afecto y aprobación por su decisión. Saphix es un poco floja con los deberes del hogar, pero el acuerdo fue turnarnos y quien no cumpliera, regresaba al burdel. Es un poco extremista el castigo, ninguna quería volver ahora que habíamos salido de ese lugar, pero tenemos que ser duras para impulsarnos a ser mejores.
Salgo de casa con mi capa puesta, ocultando mi rostro. Sé que nadie aquí podía reconocerme, pero aún no me siento segura.
Hace unos ocho meses que aparecí en este pueblo a las afueras del distrito catorce, atrapada en la pequeña casita de madera, con Saphix curando mis heridas...
Heridas del corazón más que físicas.
Intento no recordar mis últimos días junto a él, aunque en mis pesadillas sigo viendo sus ojos de dolor y odio. Me sigue doliendo su ausencia, aunque durante un momento también me dolió su presencia.
¿Pero odiarlo? Nunca podría odiar al hombre que convertí en un monstruo, pero eso no significa que no quiera cortarle las bolas por lo que me hizo.
Últimamente es un dolor en el corazón ir al mercado del pueblo, porque todo está repleto de anuncios de las últimas noticias de guerra, junto a los carteles de búsqueda y captura de los delincuentes mas peligrosos.
El rostro de Viktorov está dibujado en todos los carteles, el principal delincuente, con un valor descomunal, lo suficiente para poder vivir una vida de lujo durante el resto de su vida.
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Distrito 14 (+21)
RomanceViktorov, general del ejército, el hombre más temido, el villano de la historia de muchos y el hombre que necesita una novia falsa. De inmediato. Farah, trabajadora de un burdel con muchos secretos. Su sed de venganza es tan grande que no le import...