Atenas

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Cassio

La primera vez que ví a Saili, una daga estaba enterrada en su pecho. En ese entonces tampoco sabía que el Dios que se arrastraba a ella lleno de sangre era Ilias y que, aquel que tomaba sus alas por detrás era Vair.

No sabría de ellos hasta años después, dónde Saili se escurría en mis sueños una que otra vez. Hasta hace unos días, no sabía por qué llegaba a tu territorio. Lo que sí sabía era que este camino llevaría a mi muerte, pues no hay sacerdotisa que no sea asesinada por un Dios o a órdenes del mismo.

Sin embargo, me di cuenta de que no serías mi verdugo, sino quién me acompañaría. Hasta ayer, tampoco sabía cómo eso sucedería. Mi final era inminente, estaba segura. Pero lo que me llevaría hasta allí era incierto.

Ilias me ha hecho una propuesta; la esencia de Saili por las almas. Cómo está esencia está ligada directamente a Ilias, una vez que este tome lo que es suyo, el equilibrio podrá restablecerse. Ilias será libre de la prisión que Vair hizo con su propia esencia y tomará el trono que es suyo por derecho.

De hecho, creo que Saili siempre supo que esto sería así. Ilias la llama la primera sacerdotisa, pues fué la primera mujer que se sacrificó por un Dios.

Supongo que soy la última.

Todas las mujeres antes de mi, sin un alma. Nunca encontraría los libros de mi madre o abuela, nunca existieron. Hasta donde sé, las sacerdotisas de los demás Dioses no ven el futuro realmente, Vair les dijo que sus sueños podrían ser posibilidades del futuro y lo han creído por generaciones.

Hay tantas cosas que les han ocultado por poder. No me alcanzaría el papel y probablemente solo sé la mitad de todo.

Quería decirte que las almas están seguras, que serán modificadas y que Ilias se encargará de velar por el equilibrio como estaba destinado. El Dios de las pesadillas y el desastre estaba ligado a la Diosa del sueño y las esperanzas por una razón. Ambos eran equilibrio, uno no existía sin el otro.

Una vez que entregue está esencia que me mantiene viva, la esencia de Ilias estará completa una vez más y el equilibrio será suyo.

Espero que puedas perdonarme. Por ocultarlo, por dejarte, por no haberte dicho las miles de veces que nos ví a ambos en un futuro lleno de sueños. Por primera vez, tuve el anhelo de quedarme con alguien por voluntad.

Ojalá haber tenido la oportunidad de amarte una eternidad.

Atenas.

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