Benjamín guió a Luis hacia la casa, de camino al segundo piso recogió las cosas que había dejado en las escaleras y le indicó a Luis que se sentara en la banca del corredor. Dejó todo en la cama de su habitación y regresó con el joven que tenía la vista perdida en una tabla.
—¿Estás bien? —Luis asintió, se veía cansado, como si no hubiese dormido bien —Ahora sí quería hablar en serio contigo, quería pedir disculpas por todo lo que pasó y llamarte sapo —le tendió el chocolate y Luis se lo pensó un segundo antes de tomarlo.
—¿Eso es para conquistarme? —Benjamín le dio una palmada en la cabeza y el joven se rio, recibió el chocolate y de una vez lo destapó y le dio un gran mordisco —creo que yo también debo pedirle disculpas. No debí haberle contado al patrón que usted había hablado con Gael, lo siento.
—No, no pasa nada —Benjamín se sentó en la silla junto al joven —la verdad, creo que fue lo correcto, lo que me dijiste esta mañana antes de que jugáramos con el barro es verdad, debes tener lealtad con Ismael, él te ha ayudado, te ha tendido la mano, te ha dado trabajo, Yo solo he causado problemas desde que llegué.
—Amenos hiciste que pasara algo —le dijo Luis ya con un poco más de confianza —antes de que llegaras la Epifanía era una cloaca aburrida, trabajábamos, comíamos, dormíamos, trabajábamos, era un ciclo sin fin, solo disfrutaba un poco cuando los fines de semana acompañaba a Gael a vender el café en el comité, en el pueblo me entretenía por ahí mientras él se acostaba con sus novias —Benjamín se cruzó de brazos.
—Ya hablé con el desgraciado de tu patrón, ya me contó que es gay y que te obligó a mentir —Luis se rio, le dio otro mordisco al chocolate y sacudió la cabeza.
—Qué bueno, porque soy muy mal mentiroso. Yo le hice ese favor al patrón, pero la verdad es que nunca entendí por qué —Benjamín apoyó la mano en el mentón.
—Lo cierto es que yo tampoco sé, según él, cuando se dio cuenta de que yo era gay no quería que me enterara de él porque pensó que lo primero que iba a hacer cuando llegara era coquetearle. Ni que estuviera tan bueno —Luis lo miró entrecerrando los ojos —Bueno, sí está muy bueno, pero ese carácter de mierda que tiene le quita la mitad de la belleza —Luis asintió.
—Debe confiar en usted, ¿sabe? Para que él mismo le contara eso, es curioso. El patrón es un hombre bastante arrogante, prácticamente al contárselo es como si le hubiera pedido disculpas, él casi nunca pide disculpas —Benjamín sintió una extraña sensación en el pecho, como si aquello lo hiciera alguien especial, como si Ismael lo hubiese tratado como alguien especial.
—Sí, incluso me contó sobre su ex novio —Luis abrió los ojos.
—¿En serio le contó eso? Wow, sí debe confiar en usted, a él no le gusta hablar de eso y es bastante entendible, él se siente muy culpable de que ese joven se hubiera suicidado en su nombre —Benjamín abrió la boca lentamente mirando a Luis.
—Él me contó que había sido una relación tóxica, pero no me dijo que había terminado así —Luis se golpeó la frente con el borde de la chambrana.
—Ay, soy un idiota, siempre hablo de más —luego se encogió de hombros —De todas formas, tarde o temprano te ibas a dar cuenta. Todo el mundo sabe eso. La verdad no conozco muy bien la historia, el patrón siempre fue muy reservado con esa relación, yo en el fondo pensaba que simplemente estaba con él solo como por estar, ¿me entiende? No es que lo amara, simplemente sentía la suficiente atracción como para hacerse llamar novio, pero el patrón nunca estuvo realmente interesado en el pobre muchacho, desde siempre se sabía que era un poco loquito y depresivo. Cuando estaba en la escuela se cortaba, yo lo conocí, la verdad, es que era muy atractivo, le encantaba correr y tenía unas piernas firmes, seguramente. Cuando la cosa se puso fea el patrón cortó relación con él, terminaron y regresaron varias veces porque el joven amenazaba con quitarse la vida, creo que el patrón habló con el papá del muchacho, después de esa conversación el patrón ya no le volvió a dar otra oportunidad y terminaron definitivamente y un mes después el muchacho apareció ahorcado en un limonero de su finca.
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La Epifanía ©
FantasySin nada más en la vida que una finca cafetera que heredó de su abuelo, Benjamín viaja a un lejano pueblo para hacerse cargo de ella, buscando una nueva vida y nuevos horizontes, pero cuando llega se encuentra con un lugar en decadencia y un sexy ad...