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-Alessia Rocci Bakugou en sus brazos padres-la enfermera sonreia entregando a la pequeña bebe en los brazos de su padre, ya que Katsuki estaba agotada.

-Por dios Katsuki, es... es perfecta. Mírala, es igual a ti, es una copia vita mía, la mía principessa, soy papá.-le hablo a su pequeña que estaba dormida en sus brazos. Era rubia, igual de blanca que su mamá y tenía las mismas facciones de su madre. Labios pompositos, cachetitos regordetes y una nariz redondita.

-Alessia... Es preciosa... Déjala a mi lado Eijirou-pidio la madre de la niña, su pareja obedeció.

La luz tenue apenas iluminaba los rostros emocionados de los padres. Katsuki, exhausta pero rebosante de felicidad, sostuvo en sus brazos a su hija recién nacida, un pequeño ser que emitió su llanto cuando la cambiaron de brazos mas de una vez, de pequeña se notaba lo malhumorada, seria igual a su mamá. Kirishima con lágrimas de alegría asomando en sus ojos, veía a su novia e hija, abrazo a su pequeña junto con con la madre de su hija en calor y amor.

Katsuki miraba a su hija, observando cada detalle, cada rasgo que ya sentía grabado en su corazón. El padre, con una mano temblorosa, acaricio la cabecita cubierta de suaves cabellos rubios claros, y en ese instante, una promesa no dicha se sello entre ellos: proteger, amar y guiar a su hija en cada paso que dé.

El tiempo parecia detenerse para la nueva familia, mientras la habitación se llena del sonido de la vida que comienza. Katsuki, con voz suave y llena de ternura, le da la bienvenida a su hija al mundo.

-Bienvenida cariño mio, mi Alessia-susurro con dulzura a su bebe la cual cesó su llanto al escuchar la voz de su mamá.

-se que estas emocionada, pero solo un rato más la mía regina, no quiero qué te sobreesfuerces. Aquí están tus padres Ssia-sonreia a su pequeña niña que estaba contenta al lado de su madre.-Me asustaste Katsuki, creí que iba a perderte por un segundo...-Kirishima acaricio la mejilla de la mamá de su adorada hija recordando el momento más tenso y doloroso de su vida.

"La sala de partos se sumio en un silencio expectante, interrumpido solo por el suave pitido de los monitores. Katsuki, con la fuerza que le quedaba, levanto la vista hacia su chica, sus ojos comunicaban un mundo de amor. No hay palabras, solo una sonrisa débil pero llena de significado, un último regalo para el hombre con el que ha tenido el privilegio de tener una niña.

-No, no cierres los ojos, amor. Quédate conmigo, por favor.-Estaba desesperado, no sabía que hacer, su hija la necesitaba, necesitaba de su amada.

Ella intento responder, pero su cuerpo no obedecía; en su lugar, su sonrisa se ensancho un poco más, queria tranquilizarlo y decirle que todo estará bien. Y entonces, su mano se aflojo en la de él, su cabeza se ladeo suavemente, y la oscuridad la reclamaba.

Kirishima se quedo inmóvil, sosteniendo la mano ahora inerte de su Katsuki mientras las lágrimas fluyen libremente por su rostro, sentía su mundo destrozado, ahora entendía las complicaciones de un embarazo a temprana edad. El equipo médico se apresuraba, sus movimientos un baile frenético de esperanza y urgencia, pero él apenas podía verlos. Su mundo se había reducido a la sonrisa que se desvanece en el rostro de su amada.

Nego viendo el rostro de Katsuki, la cual cerró sus ojos sin lograr ver a nuestra hija, palideciendo totalmente di unos golpecitos en su mejilla para que reaccionará, pero no había caso.

-Q-que ocurre... ¿Q-Que le ocurre? ¡Díganme que pasa!-rugio asustado al ver el rostro de su mujer casi sin vida.

Sintió como le destrozaban el corazón, era su amada... No podía perderla, no podía irse sin ver a su preciada hija, Katsuki la había esperado tanto..."

Movió la cabeza alejándose todo mal recuerdo de su cabeza apreciando a sus dos amores juntas... ¡Eran igualitas y eran tan bonitas! 

No podía dejar de mirarlas, eran su mundo entero.

-Alessia...-susurro Katsuki con una sonrisa débil en su rostro, estaba agotada, el parto fue difícil...

Kirishima se dedico a cuidar de ambas toda la tarde hasta que llego la mañana y por fin podían recibir visitas, Kasui estaba histérico llamándolo, eran las ocho de la mañana, Katsuki estaba despierta junto a él apreciando a su hermosura de hija.

Hasta que cierto castaño interrumpió la paz.

-¡Katsuki! ¿Estas bien hermana?-Kasui fue directo a verla pero quedó estático en su lugar al ver a la niña, sus ojos se cristalizaron y Katsuki le sonrió.

-Estoy de maravilla, mejor carga a tu sobrina y conocela.-Kasui la tomó con delicadeza sintiendo una nostalgia terrible que lo llevaba a muchos años atrás.

El hermano se acerco a la cuna donde ahora tenían a la niña y al ver a la pequeña, su corazón se lleno de una emoción abrumadora. Sus ojos, que han presenciado el crecimiento de su hermana, ahora contemplaban a su sobrina, un reflejo de aquellos días inocentes y preciosos donde velaba por el cuidado de su hermanita menor.

-Es increíble... ella es igual a ti. Me recuerda a esos días cuando te tenía en mis brazos, pequeña y frágil, dependiendo de mí para todo.-Su voz se quebraba a medida que iba hablando, su hermana había creado otro ser, creció y ahora era como tenerla de vuelta.

Las lágrimas brotaron, rindiéndose ante la magnitud del momento, y con cada gota, se derramaba el amor y la nostalgia de aquellos tiempos pasados, agregando ese sentimiento de cariño inmenso que sentía por su sobrina.

-Y ahora, aquí estás, listo para ser el mejor tío del mundo. Ella es afortunada de tenerte.-Con sus ojos brillantes y sonrisa cálida Reveló aquellas palabras que hacian palpitar con fuerza el corazón de pollo que tenia cuando se tratataba de su hermana y ahora sobrina.-pero... Con Euijirou queríamos pedirte algo, queremos... que seas el padrino de Ssia-pidio Katsuki levemente sonrojada y avergonzada.

Kasui la miro aasombrado con mas lagrimas cayendo sin control por sus mejillas, abrazo a su hermana dandole besos en su frente.

-Haré todo lo posible por estar a la altura. Ella significa tanto para mí como tú Katsuki, son mi tesoro, te agradezco todo, te agradezco por dejarme ser su padrino, a ti también Kirishima, de verdad lo agradezco.-limpio sus lágrimas para ver a Eijirou.

Kirishima coloco su mano sobre el hombro del hermano de su novia dándole consuelo, era raro ver a su cuñado llorar.

-Son iguales....-Murmuró con lagrimas escurriendo por sus mejillas.-C-Cuando naciste, e-eras igual de pequeña, dios mio es igual a ti... Mírala, es una copia tuya...-recordo aquellos momentos de su niñez donde debía cuidar de Katsuki, la cual estaba callada la mayor parte del tiempo, pero siempre hubieron momentos donde la bebe lloraba sin parar extrañando los brazos de sus padres, pero lo único que tenía como consuelo era a su hermano mayor que cuidaba como podía a la pequeña mimada que ahora tenía otra pequeña mimada, recordó cuando ella llegó a casa por primera vez y la conoció.

No se despego de ella hasta que se durmió al lado de la cuna, amaneció en su cama, busco desesperado por toda la casa hasta que la encontró en la cocina dormida. No se separaba de ella a excepción de cuando tenía que ir a la escuela o tenía que ir al baño.

Esa pequeña le traía recuerdos muy vividos y preciados para el.

Diferente [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora