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Por fin estaban en su hogar, Kirishima estaba encantado con su hija y la madre de su bebé.

-bienvenidas a casa mis hermosas mujeres- beso a Katsuki en la mejilla y a su hija en la frente, haciendo sonreír a la mayor mientras la pequeña rubia dormía sin preocupacion alguna en los brazos de su joven madre.

-Te haré algo delicioso, no queiro sonar como típico Italiano. Pero, hago una maravillosa pizza-Katsuki se ríe negando, sentándose en el sofá mirando a su pequeña niña, admiraba a la niña notando que definitivamente no saco nada de su papá, le causaba gracia, era una bebe leal, sabía que sus genes eran fuertes, pero nunca tanto.

-Mi pequeña Ssia, ¿sigue dormida?-pregunto el padre volviendo de la habitación ya cambiado por su típico buzo y su polera musculosa.

Se paró frente a su chica e hija, para terminar arrodillandose frente a ambas besando la cabeza de su bebé y acariciando las rodillas de Katsuki.

-gracias Katsuki, enserió gracias.-Katsuki sonrió acercandose para darle un beso.

Kirishima lo recibió gustoso, hasta que escucho un llanto chillón proveniente de su bebé.

-Mi hermosa hija, no llores bebe, ven con papá. Dejemos que mamá pueda cambiarse de ropa y descanse.-La cargo dándole el último beso agarrandola de la nuca para acercarla a el.-Ahora si, ve y ponte cómoda cielo. Yo me encargo.-con una mano cargaba a su hija y con la otra daba caricias en su nuca, la ponía nerviosa ciertamente.

-Umm, si, si llora mucho me llamas, tal vez tenga hambre.-se alejo dejando un suave beso en la regordeta mejilla de la niña que yacía en el brazo de padre llorando.

Katsuki se cambio a su pijama de sports y tirantes, tenía que tener mayor facilidad para darle pecho a su hija.
Arreglo una que otra cosa de la bebé yo volvió con su pareja e hija.

Alessia ya estaba callada durmiendo en el brazo de su papá mientras este cocinaba con una mano, tenía un hombre talentoso.

-Wao tal vez así si me dan ganas de casarme... Que guapo te miras así.- Elogio coqueta con una sonrisa.

Kirishima echo su cabeza para atrás divertido.

-Ah Katsuki, no me tientes... Por que me vas a hacer que te obligué a cumplir tu palabra cielo, recién tienes veinte bebe-dejo la cocina de lado para poner a la chica contra la encimera sobre sus labios.

Katsuki sonreia coqueta, ella quería algo y Kirishima lo sabía, estaban a punto de comerse la boca cuando sono el timbre de su apartamento.

-¿Quién mierda es ahora?-Grito frustrado abriendo la puerta con rabia, Katsuki lo acompaño frotando su espalda dando un suave beso en su bícep abrazándolo por la espalda.

-relájate gruñón, después dices que la malhumorada soy yo.- Kirishima suspiro molesto pero controlandose.

Vio literalmente a toda su familia ahí en la puerta de su casa y casi se desmaya.

Adiós a la paz.

-¡Mi hermoso hijo! Dios fue un largo viaje pero llegamos a conocer a nuestra niña-hablaban en Italiano y katsuki entendía con suerte una palabra de lo que decían.

-Katsuki quedo viendo a Kirishima para que le traducirá o algo, porque no entendía nada.

-Hablen en Japonés, ella no entiende Italiano-regaño a su familia de vuelo, Katsuki miraba a los parientes de su novio

Estaba harto de ellos. Solo era criticar y criticar a su chica, su cara de tres metros hasta su novia lo notaba, ella intentaba aguantar tanto como podía.

Diferente [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora