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Edgar:

Mi sonrisa no podía estar más ancha al solo imaginarme a la chica pelirroja que estaba a punto de matar desangrándose en el suelo mientras yo le arrancaba pedazos de su piel y los ingeria. Lastimosamente, un puño choco contra mi mandíbula antes de que pudiera siquiera hacerle el más mínimo daño a esa mocosa.

¿Que carajos?

Era la pregunta que colmó mi mente en ese momento, y eso que yo pocas veces no sabía que era lo que sucedía.

Normalmente yo tenía todo bajo control, No me gustaba en lo absoluto cuando el que lo tenía era otro.

Por eso no estuve de acuerdo cuando mi hermanito trajo a esta mugrienta a mi casa. No lo sé, pero desde primera instancia supe que ella nos iba a causar problemas.

Sin duda lo que más me llamo la atención fue que pudo escaparse de Sebastián, ya que, si algo tenía que admitir era que ese chico, con los 19 años que tiene ya ha logrado aplastar cráneos con su pierna derecha de un sólo pisotón, y eso es algo que muy pocas personas pueden hacer aunque lo intenten.

El hecho de que esa chica que a simple vista se ve tierna haya podido liberarse de las garras de un asesino en serie como él, es señal de peligro.

Mis ojos se abrieron y lo primero que ví fue a Sebastián cargando a un costado a esa pelirroja que gritaba y suplicaba que no la volviera a llevar a nuestro hogar, cosa con la que estaba de acuerdo, él debía matarla allí mismo.

De inmediato me levanté molesto, ¿Cómo se atrevía a desafiarme?

- ¡Hey! ¡¿Piensas dejarme aquí o que?!- le grité quedándome en dónde estaba mientras lo veía irse.

- creo que estarás bien, Total conocés este bosque aún más que yo.- me informó.

Dicho esto se perdió en lo profundo de la penumbra del bosque por la mañana.

En ese momento tuve en claro una cosa: ese chico estaba sintiendo algo por ella.

Simplemente lo sabía, sabía desde un principio que él prefería matar antes de secuestrar, sabía que él hecho de que estuviera a punto de matarla y el lo impidió significaba algo, algo muy en peligroso en verdad.

Si él se enamora, entonces todo estará perdido.

Lo sé, se lo que puede llegar a pasar, lo tuve claro desde ese día......

" - ¿Lo harás enserio?

- ¿Aún lo dudas?

- no tengo un buen presentimiento sobre todo esto, y lo sabes hermanito.

- si, pero ¿Desde cuándo me importa lo que tú opines?

- esto va a terminar mal.

- no importa."

Ese recuerdo está tan vivido en el fondo de mi subconsciente que de sólo recordarlo me invade un escalofrío por todas las partes de mi cuerpo.

No. No puedo permitir que eso vuelva a pasar.

Cogí mi hacha y me dispuse a caminar hacia la cabaña con la estúpida esperanza de que esa chica ya esté sin su cabeza pegada a su cuerpo. Cosa que, a estás alturas era algo que consideraba poco probable, algo casi imposible.

Una vez que Sebastián se fija en algo, no va a destruirlo y lo protegerá sin importar que.

Oh, por lo menos, eso era la primera fase de.....eso.

Necesito detener ésto antes de que las cosas se vallan de control considerablemente, y, con mi hermano, la palabra perder el control se queda corta.

*******************

Al llegar, ví que Sebastián estaba sentado en nuestro sofá, con las manos pegadas a su rostro inclinado hacía adelante, cosa que él solo hacia cuando estaba agotado. Y sí, lo que había pasado era agotador.

- sabés que lo que hiciste fue sumamente peligroso, ¿Verdad? - le dije, parado a en frente de él.

- ¿Que te importa? - Replicó.

Mucho. De hecho.

Si ella escapaba entonces todo abría terminado fatal para nosotros, y también para los demás.

- me importa mucho más de lo que tú crees.- respondí.

El quitó las manos de su cara y clavó su mirada en la mía.

- ¿Porque?- pregunto serio.

¿Aún lo preguntaba?

- ¿Cómo que porque? ¿Te imaginas lo que hubiese pasado si esa tipa hubiese escapado?

Mi puño no podía estar más cerrado mientras me imaginaba lo que nos hubiese pasado si éso pasaba.

- ¿Y que le diría ella a esos imbéciles? " Oh policía, ayuda, un hombre tipo Jeff the killer me secuestró porque sintió una atracción hacia mi y me llevo hasta su casa en medio del bosque donde vivía con su hermano" ni que ésto fuera wattpad.- se burló.

Para éste punto yo ya estaba furioso de que él no se tomará esta situación enserio. ¿Que no se daba cuenta de que podríamos tener la pena máxima si nos atrapaban?

- aunque no lo creas, no es la primera vez que la policía escucha cosas como esas.- argumente.

Él torció los ojos, al parecer el que yo le hable es igual que hablarle a un cerdo, que por su condición es imposible que entienda el idioma de los humanos.

Mi terco hermano solo se levantó y subió los hombros en señal de desinterés.

- es tu problema si quieres pasar toda la mañana molestó por algo que no va a pasar.- dicho esto subió las escaleras hasta su cuarto, dónde supuse que estaría la chica.

¡Odio cuando se va sin mi autorización! ¿Es que a caso no entiende que hemos estado haciendo algo ilegal? ¿Oh es que piensa que estamos jugando a ser criminales por un día? ¡No! ¡Por amor de Dios! ¡Matamos y consumimos gente casi a diario! Esto está lejos de ser un juego.

Lo dejo de ser desde.....

Ese horrendo día.

Si tan solo lo hubiese sabido, no hubiera dudado en evitarlo.

Subí las escaleras molestó, no iba a dejarlo irse así sin más sin una consecuencia.

Abrí la puerta de un portazo, y, efectivamente, esa tipa estaba atada encima de la cama de Sebastián, y este último estaba jugando y burlándose de ella.

- ¿Que haces aquí? - dijo a la defensiva.

- me dejaste hablando sólo.- replique, con un tono grave.

- si, ¿Y eso que? - pregunto desinteresado.

La chica estaba con la boca pegada con cinta adhesiva, y en su rostro se reflejaba enojo por la forma en la que ella arrugaba la cara.

- que sabés que no puedes hacer eso mientras te hablo, sebastián.- respondí.

¡Maldita sea! ¡Acabo de revelarle sin querer el nombre de mi hermano a esa estúpida!

- bien hecho, ahora pelirroja sabe mi nombre.- parloteo molestó.

Ya tuve suficiente.

Cogí mi cuchillo que siempre guardo en mi bolsillo y me dirigí hasta esa imbécil, ya estaba hartó de esta mierda.

- ¡No la toques! - grito, antes de empujarme hasta el otro lado del cuarto.

¿Que carajos? No sabía que tenía tanta fuerza.

- la vuelves a intentar tocar, y te golpeó.- concluyó.

Me enderece, y, sin más, lo miré severamente a él y a la secuestrada, y sin más que hacer me retire de esa putrida habitación.

Algo va a salir mal. Lo sé. Simplemente:

Lo sé.





Eres, y siempre serás mía (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora