Sebastián:
Joder,mi puta cabeza me duele.
A paso lento y con gran esfuerzo y algo de pesadez logro abrir mis ojos, y lo primero que veo son las caras de Edgar y de Erika, ambos mirándome con suma curiosidad y preocupación.
- ya abrió los ojos!- gritó Erika, emocionada.
¿Que mierda está pasando?
Tome fuerzas para sentarme y descubrí que estaba en la cama dónde he estado durmiendo las últimas semanas. Al estar firme, me percaté de que tenía una gran venda cubriéndome el abdomen, justo donde me había hecho la herida.
¿Que mierda?
- ¿Te sientes bien? - preguntó mi conejita, poniendo su mano en mi hombro mientras yo todavía estaba algo aturdido, ya sabes,aldespertarte es como si fueras un puto zombie.
- ¿Ya está consiente? - preguntó en el umbral de la puerta la señora Tommen, mientras en sus manos había una bandeja con una tetera
Y unas tasas.- si, aunque todavía está jodidamente desorientado, tal vez el desangramiento fue más grave de lo que creímos.- informó Edgar aún con su mirada fija en mí.
¿Desangramiento? ¿A qué se refería? ¿Que había pasado?
Maldita sea, es como si me hubiesen dado un fuerte golpe en la cabeza con un martillo. la última vez que me sentí así fue cuando una de mis victimas casi se escapaba y me golpeó con un bate con la esperanza de dejarme inconsciente, al parecer no sabe que para dejar inconsciente a alguien tienes que golpearlo en el cuello, no en la cabeza.
Pobre tonto.
- ¿Que... pasó? - pregunté aún con el mundo dando vueltas ante mis ojos.
- cuando estabas luchando uno de los hermanos Tommen, el te golpeó justo donde tenías la herida, lo cuál causó que te empezará a salir sangre hasta casi desamgrarte, por eso te desmayaste. La razón por la que no sentiste nada fue por la adrenalina del momento.- me explico Erika, con esa cara de madre dedicada.
Así que casi me desangro eh? Interesante, verdaderamente interesante.
- ¿Cómo te sientes Sebastián? - preguntó Erika.
Pegué mi mirada a la suya, en sus ojos solo habitaba una emoción: ansiedad.
Si algo odiaba en esta vida era ver a mi chica en ese estado. Desearía poder hacer algo para que su semblante cambié drásticamente, joder, haría lo que fuera para poner quitarle esa jodida desesperación de sus ojos.-si...algo jodido, pero estoy bien.- respondí, aún con el mundo dándome vueltas.
- estar aquí se ha vuelto muy peligroso.- murmuró mi hermano para él.
- aún no entiendo porque no nos hemos marchado.- comentó Erika, está vez con los ojos puestos en mi hermano mayor.
- si nos vamos a la mierda, no podremos tratar las heridas de Sebastián, ninguno de nosotros tiene el conocimiento necesario.
- yo soy la única con el saber suficiente. Por no decir que solo yo tengo las gasas, medicinas y así.- informó la señora Tommen, aún con la bandeja en mano.
- ya a hablado con sus hijos? - preguntó mi conejita.
- ninguno de los dos confiesa, ni siquiera sé si se están encubriendo al otro o si verdaderamente no saben nada.
- ay que hacer algo.- sentenció Edgar.
- pero que? - preguntó mi pelirroja.- ¿Que podemos hacer? No podemos irnos. Estamos contra la espada y la pared.
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Eres, y siempre serás mía (+18)
Romance🔞 Está historia está marcada como madura🔞 Erika Coffey, la dulce, la tranquila, la inteligente Erika. ¿Alguna vez hizo algo malo en su vida? la respuesta a esta pregunta es no. oh, bueno, al menos hasta que la dejaron sola ese día en el auto mie...