Erika:
La sangre salpicó mi piel, impregnandola de ese olor metálico que ahora estaría adherido a mi cuerpo, pintandome de un rojo carmesí espeso por toda mi cara, pareciendo la viva imagen de un tomate.
No lo puedo creer.
Él había matado a ese pobre chico delante de mí sin importarle las consecuencias de eso.
No le importó lo que yo pensaría de él.
- debí saber que los demás imbéciles no se habían asegurado de no dejar ningún puto sobreviviente. - habló para si mismo, mirando el cuerpo.
< Oh Dios >
Sin previo aviso, casi rompo mis cuerdas vocales mientras mi grito resonaba por todo el bosque, delatando mi horror, aún sin poder creer lo que mis ojos acababan de captar.
Incluso algunos pájaros salieron volando debido al ruido.
De inmediato, Sebastián también se arrodilló, tomando entre sus manos mi cabeza ensangrentada, clavando su mirada en la mía.
- ¿Que pasa conejita? ¿Estás bien? - preguntó.
¿Que si estaba bien?
¿Que si estaba bien?
¡¡¡¡¿QUE SI ESTABA BIEN?!!!!!
Que le pasaba en esa estúpida mente?
Él seguia con su mirada en mí, esperando una respuesta. Una respuesta que creo que ya era bastante obvia, la verdad.
No podía hablar, apenas podía dejar escapar unos cuantos sollozos al unisono que mis lágrimas salían de mis órbitas oculares. No podía creerlo aún.
- está..... "Acomplejada" por tu acción previa con el tipo ya tieso.- habló Owen, sin un apise de preocupación, recordándome a la personalidad de Nolan.
La mirada de Sebastián pasó de estar sobre Owen a estar sobre mí, pareciendo sorprendido.
- ¿Es eso? - preguntó. - ¿Simplemente porque liberé al mundo de una escoria más? Agh. Por un momento me asusté pensando que algo malo te había pasado. no que te asustara algo que creo que ya deberías de esperarte.
Yo lo miré atónita, no creyendo las palabras que salían de su boca. ¿En serio le restaba importancia a matar a alguien tan cerca de mí?
Por un lado, tenía razón, ya debía saber que algo parecido sucedería eventualmente. Solo que no le hice caso a eso que era más que evidente.
¿Que debía haber esperado de un asesino?
Sin embargó, lo ignore.
Lo ignore por completo. Lo cuál hizo que ésto fuera más fuerte de lo que hubiese Sido si me hubiera preparado.
Sin embargo, me negaba a darle la razón. Aún lo que había hecho estaba mal y estaba injustificado.
Mi captor se puso de pie, dándome la mano para que me levantará.
- ven, vamos a la casa de los Tommen, ya tienes un venado para comer.- dijo.
Mi mirada subió hasta su cara, y nuestros ojos chocaron en una mirada intensa, mientras esos ojos oscuros y siniestros me llevaba a considerar que quedarme aquí era un error, un error del cuál no sabía cómo solucionar.
No sabía que hacer.
Todo ésto pasó muy rápido. ¿Desde cuándo pasé de odiarlo a tener una especie de enamoramiento enfermizo con él? Ésto definitivamente no estaba bien. Ésto para muchos sería una pesadilla.
Corté el contacto visual y Pasé uno de mis dedos sobre mi cara, y, al ver que estaba manchado de la sangre adherida a mi cara me dí cuenta de que debía salir de allí, escapar lo más pronto posible.
Tomando esa dedicación, con cautela agarré la mano que el me ofrecía, levantándome finalmente, dándome cuenta de lo sucia que estaba mi ropa. De inmediato, voltee a ver el cuerpo sin vida de un alma inocente, un alma que no merecía lo que le pasó. Sumado a las pobres víctimas de los hermanos Maxwell y Edgar.
<Ésto era una locura>
De inmediato, eché mis pies a correr lo más rápido que mi resistencia me permitía, mientras un: << oye! >> Salía de la boca de Sebastián, mientras, obviamente, corría hacia mí con el cuchillo de caza.
En esos momentos en los que mi libertad estaba en juego, unas cuantas lágrimas salían de mis globos aculares, sabiendo que, si no escapa el ya no tendría esa misma confianza y tal vez volvería a someterme y encadenarme como lo hizo en su casa al secuestrarme los primeros días.
No, no podía volver a pasar por eso, no cuando ya me había acostumbrado a estar libre, a su lado. Y, aunque no quisiera admitirlo, me partiría el corazón tener que ver cómo la decepción se reflejaba en su cara al ver que por segunda vez había intentado escaparme.
No. Simplemente no puedo dejar que me atrapé. De alguna manera y otra tenía que escapar de toda esta carnicería humana.
Y también escapar de su decepción.
- conejita! No corras, sabes que te voy a atrapar de todos modos! - gritó Sebastián a lo lejos mientras yo me desplazaba por la maleza del bosque.
Y, hablando de eso, la oscuridad de la presente naturaleza me envolvía, como si los árboles quisieran atraparme y evitar que escapara de este infierno verde en el cuál un montón de vidas se habían perdido. Incluso debo admitir que me daba ciertas vibras a la saga de películas de terror viernes 13, cuando la final Girl de turno, virginal y mojigata ( y rubia, eso es casi una ley) corría para escaparse de Jason.
Solo que yo no iba a morir, iba a ser secuestrada de nuevo.
Llegó un momento en el que mis piernas ya no podían más, lo cuál me obligó a detenerme y sosteniendo mi cuerpo gracias a un roble, no sin antes obviamente mirar hacía todos los lados y asegurarme que mi perseguidor no estuviera por los alrededores, sintiendo una especie de escalofrío al ver que todo estaba extrañamente tranquilo, a pesar de eso no podía seguir corriendo o mis pues se caerían.
Entre suspiro y suspiro, esa extraña sensación de ser acechada envolvía todo mi ser, como si algo no estuviera del todo bien.
Debido a eso mi mirada recorrió los alrededores meticulosa mente, encontrando no más que la oscuridad a pesar de que eran las 4:00 de la tarde. Pero bueno, supongo que era a qué los árboles lo tapaban todo.
Fue en esos momentos exactos, que pude observar algo que de inmediato hizo que estuviera a nada de desmayarme del miedo: entre la maleza, se extendía la imponente figura de nada más y nada menos que un lobo en todo su esplendor, con esa mirada salvaje y furtiva dando a relucir las ganas de destripar mis extremidades y devorarme.
< Hay joder>
El animal salvaje cada vez se acercaba más y más a su ritmo, dándome tiempo de dar mis últimas plegarias. No intentaría correr, pues sería estúpido realmente, ya que estoy segura de que no sería más rápida que el.
¿Aquí acaba todo? ¿Esté es mi final?
La bestia empezó a gruñir, lista para atacarme finalmente, razón por la cual cerré los ojos esperando mi dolorosa muerte.
Fue entonces que mis oídos captaron los gemidos de dolor del lobezno, causando que habriera mis ojos y viera algo que sin duda no esperaba:
Sebastián, clavando el cuchillo justo en el ojo derecho del demonio peludo, haciendo que es cayera al suelo botando sangre cuál cascada. Al ver que ya el trabajo estaba hecho, la mirada oscura de mi captor se volvió hacía mí, lo cuál me hizo esperar que me iba a someter y encadenarme nuevamente para asegurarse que no volviera a hacerlo, pero grande fue mi sorpresa al poner sus manos cuidadosamente en mis hombros y decirme:
- Dios, ¿Estás bien? ¿Te hizo algo?
Aún no lo podía creer:
El me había salvado.
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- Luis León.
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Eres, y siempre serás mía (+18)
Romance🔞 Está historia está marcada como madura🔞 Erika Coffey, la dulce, la tranquila, la inteligente Erika. ¿Alguna vez hizo algo malo en su vida? la respuesta a esta pregunta es no. oh, bueno, al menos hasta que la dejaron sola ese día en el auto mie...