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Erika:

Al fin. al fin podía calmar mi temor, el temor de no volverlo a ver. El temor de volverlo a pronunciar la palabra conejita de nuevo.

Eran como las tres de la mañana y luego de vestirme con un vestido morado que me había ofrecido la anciana, Edgar me había dicho que esperara en el piso de abajo junto a la chica del palo teñido de azul ( la cuál parecía ser de mi edad), con el pretexto de Sebastián tenía que descansar tranquilo. Aunque, era más que obvio que solo me quería fuera de la habitación mientras él y los tres rubios junto a la señora estaban allí.

La chica y yo bajamos hasta la cocina, dónde ella amablemente me sirvió un plato de arándanos, fresas y otros frutos de ese estilo.

- gracias.- le dije, mientras ella tomaba asiento en el otro extremo de la isla.

- así que.....- ella intento comenzar una conversación.- ¿Cuál es tu nombre?

- Erika. Erika Coffey.- respondí antes de meterme una fresa a la boca.

Ella parecía sorprendida.

- ¿Erika Coffey? ¿La hija del señor Coffey?

Asentí con la cabeza.

- wow ¡tus padres son las personas más adineradas del pueblo! Debe ser lindo.

No. No lo era, a pesar de lo que muchos creían, mi vida era un infierno, uno en el que no le desearía estar ni a mi peor enemigo. Si, puede parecer dramático y exagerado, pero, nada exageradas eran las razones. Y, todo empezó después de eso.

- e...si, es lindo.- mentí, desviando la mirada.

- wow te envidio tanto. Quisiera ser tú.- parloteo ella, toda simpática.

Mentira. Mentira. Mentira. No quieres ser cómo yo. No quieres despertar cada día y sorprenderte de que aún estés viva, de que lograste sobrevivir otra noche, de que las garras de la muerte no te van a llevar el día de hoy.

Volví a ver a la chica. Toda linda, con su blanca piel, su azulado cabello, sus ojos cristalinos, tan llena de vida.

< Quisiera ser tú>

Dije para mí misma.

- ¿y tú? ¿Cuál es tu nombre? - tenía que desviar la conversación de alguna manera.

- soy Tamara Tommen.

- lindo nombre.

- gracias.

Atrás de mi empecé a sentir el aliento de alguien en mi nuca, como si me estuvieran contemplando de cerca.

Volteó nerviosa, y lo primero que veo cerca de mi es la cara de un chico de ojos verdes y piel pálida mirándome fijamente, por lo que, en un instinto natural, solté un fuerte grito de espanto.

- ¡Jackson! ¿Podrías dejar de comportarte como un friki de esos acosadores? - soltó molesta mi acompañante, como si ésto fuera lo más normal.

- ¿Puedes dejar de teñirte el pelo de ese azul que te queda horrible? Allí está tu respuesta.- soltó aquel extraño.

¿Alguien me podría explicar que demonios estaba pasando?

- ¿Quién es él? - pregunté asustada.

Con la mano derecha aquel chico se peino el desordenado pelaje negro, dejando a la vista una pícara sonrisa para después apoyarse con su codo en la isla, justo a mi lado.

- soy Owen Jackson, ¿Y el tuyo preciosa?

Agh, este seguro es el típico chico conquista del que te puedes encontrar en un bar de mala muerte.

Eres, y siempre serás mía (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora