Los jóvenes ninjas, Kiba y Shino miraban atónitos e incrédulos al formidable samurái que les devolvía la mirada con una sonrisa perversa. Los tentáculos de su hokaku emanaban de su arma y le acariciaban cual si un pulpo se retorciera. La roja mirada del samurái se cernió sobre la agotada kunoichi de ojos perlados, Hinata quien apenas se recuperaba tras su encuentro con Hikari.
—Me fascina cuando mis enemigos me miran así —Dijo él riendo ante el temor naciente en los jóvenes—. Significa que mi batalla está por terminar. Tú eres la siguiente.
Kenta emprendió a correr hacia Hinata a gran velocidad.
—¡Hinata, huye! —Exclamó Shino sosteniendo a Kurenai.
La sensei del equipo aún no se recuperaba de la agresión recibida por parte de Ika el hokaku de Kenta.
—K-Kiba, ayuda a Hinata —Ordenó Kurenai temblando y sintiendo un escalofrió recorrer su cuerpo—. Y-yo estaré lista en unos momentos.
Él asintió con decisión. Se trepó en Akamaru y comenzó a correr detrás de Kenta. Hinata se incorporó y se preparó ante la inevitable arremetida del enemigo. La chica estaba agotada y sentía su cuerpo adolorido además de una herida en su costado que no dejaba de sangrar. Se paró firme y en guardia esperando una oportunidad de contraatacar recordando que su Puño Blando era su técnica más efectiva contra ellos.
—S-son demasiado fuertes, apenas logré derrotar a una, pero este sujeto se ve mucho más formidable —Musitó para sí misma la chica intimidada por la complexión de su adversario.
Comparado con ella Kenta era una mole de músculos y estatura con esa enorme nodachi que advertía muerte y dolor.
Lo primero que hizo fue arrojar su arma como un disco en contra de Hinata, la chica reaccionó saltando sobre ella, pensó que había esquivado el ataque, no sabía que hizo justo lo que Kenta quería. El arma se clavó en el suelo un par de metro detrás de ella. Kenta aminoró su velocidad y se detuvo justo frente a la kunoichi sonriendo victorioso. Hinata no supo que intentaba hasta que un terrible dolor la inundó por detrás y su cuerpo se paralizó.
—¿Cómo se siente? —Cuestionó Kenta mirando a Hinata y tomándola por el cuello con firmeza.
La espada había hecho de la suyas liberando un tentáculo que la atravesó por detrás agarrando su alma y paralizándola.
—Larga vida al Shogun, niña —Le susurró Kenta levantándola por el cuello y sin piedad la arrojaba contra Kiba que avanzaba por detrás.
La acción hizo que el tentáculo la abandonara llevándose consigo parte de su alma. El grito de dolor antecedió el impacto contra su compañero. Ambos cayeron de los lomos del can el cual trató de parar su carrera, pero falló y fue presa del samurái quien solo levantó dos dedos haciendo un gesto.
—Giho-Kaze, viento ascendente —Con esto una columna de vientos salvajes emergió por debajo de Akamaru con tal fuerza que lo arrojó por los aires.
—¡Akamaru! —Exclamó Kiba preocupado al ver a su amigo volar por el aire tan violentamente.
Nada pudo hacer debido a que tenía en sus brazos a una adolorida y debilitada Hinata que se aferraba a él debido a la sensación causada por el ataque de Ika.
—¡Yo soy tu enemigo! —Llamó Kenta acercándose a él.
Tomó a Hinata por la ropa y la arrebató de los brazos de Kiba para arrojarla al suelo lejos de él.
—¡Hinata! ¡Hijo de puta! —La sensatez abandonó al chico, se levantó sacando un kunai e intentó apuñarlar a Kenta.
El Capitán detuvo la mano del ninja con tal fuerza que le lastimó la muñeca y le hizo soltar el arma. Un puñetazo contundente fue lo que Kiba se llevó en la cara por ese intento, retrocede aturdido por el golpe hasta que recibe otro con la misma fuerza. Debió caer de no ser porque Kenta lo atrapó por el cuello levantándolo.
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Naruto: El Resurgir del Samurái
ActionEl mundo ninja, un vasto y hermoso lugar en el que conviven países, aldeas y culturas diferentes. Como han gozado estos últimos tiempos de paz desde la última guerra. Durante este periodo de paz las aldeas ninjas han crecido enormemente incluso han...