Capítulo 4: Los ninjas del sonido

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Un nuevo día comenzaba, dejando para el recuerdo los sucesos antes ocurridos. Durante las primeras horas de la mañana Tsunade se reunió con Jiraiya para conversar sobre los avances de su joven discípulo.

—Ha tenido un avance significativo en su entrenamiento: su poder y habilidades han avanzado mucho. Ya no es un niño, y no veo la necesidad de restringirlo y protegerlo tanto —Expresó el sabio sentado en uno de los sofás.

—Por más fuerte que sea Naruto sus principales enemigos son los Akatsuki y solo con Itachi Uchiha y Kisame Hoshigaki es suficiente para darnos cuenta de que se trata de ninjas de muy alto nivel. Naruto, por más que haya mejorado, no deja de ser una presa fácil para ellos —Refutó de forma Kakashi.

—No olvidemos a Orochimaru y Sasuke Uchiha —Agregó la Hokage desde su escritorio—. ¿Qué tanto ha mejorado la relación entre Naruto y el Zorro de Nueve Colas?

—Cero por ciento de avance —Respondió al instante Jiraiya, soltando un suspiro—. El chico rechaza por completo el uso del Kyubi. Lo odia profundamente y ni siquiera le agrada que lo mencionen. Naruto no usará el poder del zorro de forma voluntaria.

—¿Usar el poder del zorro? —Intervino Kakashi.

—Le ordené a Jiraiya que durante su entrenamiento con Naruto intentara desarrollar algún vínculo que le permita acceder al poder del Kyubi. Si los Akatsuki atacan necesitaremos todo el poder que tengamos para defendernos —Explicó Tsunade.

—Habló de Naruto como si fuera un arma —Razonó el ninja de la máscara fingiendo.

—Nunca dije que Naruto fuera un arma, Kakashi —Sus motivos no eran fáciles de explicar, y comprendió el malentendido—. Él es un ninja, pero posee algo que nadie más posee; algo que puede ayudarnos a defender la aldea en el peor de lo casos.

—¿Obligándolo a usar el poder del zorro? Naruto maldice usar ese poder y odia ser su portador. El único trabajo del chico es contener al zorro y lo ha hecho sin problemas durante los últimos años, no podemos obligarlo a usarlo —El tono de voz empleado por el jounin denotaba molestia.

—¡Nunca dije nada de obligarlo! —Exclamó la mujer ante las afirmaciones de Kakashi—. Naruto es un ninja muy importante para nuestra aldea, y para mí: jamás lo obligaría a nada.

Kakashi no tuvo más que asentir haciendo una reverencia. Luego dio media vuelta con intenciones de irse sin decir nada más, guardándose para sí sus opiniones.

—Aun no te vas, Kakashi; no hemos terminado —Llamó Tsunade—. Jiraiya debe retirarse para buscar más información de los Akatsuki. Naruto está ahora bajo tu mando.

Kakashi asintió y miró a Jiraiya antes de irse, el sabio le guiñó el ojo demostrando que todo estaría bien y que no debía preocuparse.

—Parece que Kakashi no se lo tomó tan bien como nosotros, ¿no? —Comentó Jiraiya una vez que el mencionado se retiró de la oficina.

—Lo sé —Suspiró la Hokage tratando de relajarse—. Sé que no es tan fácil entenderlo, pero es algo necesario. No obstante, nuestras intenciones pueden malinterpretarse como lo hizo Kakashi.

—Es lo correcto, Tsunade. Naruto no es un arma, es quien puede salvar la aldea. Aun así, no lo obligaremos. Pero, conoces a Naruto, él es capaz de hacer lo que sea por su aldea, incluso olvidar el miedo y rencor que le tiene al zorro.

—Él es así; capaz de hacer cualquier cosa por proteger a los suyos —Sonrió solo perdiéndose en los recuerdos.

No muy lejos del edificio de la Hokage el chico que era motivo de su reunión se encontraba caminando por las calles de la aldea, y su andar culminó al llegar a uno de los tantos parques del pueblo, allí se dejó caer con pesades sobre una banca. De momento Naruto estaba solo, sentado y mirando al cielo, perdido en sus pensamientos que no eran otros que la búsqueda de una explicación para su reciente pesadilla.

Naruto: El Resurgir del SamuráiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora