Capítulo 1

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Antes de empezar, aunque técnicamente ya hemos empezado, me gustaría agradecer a algunas personitas que me ayudaron en esta historia. A la jefa, luz, por esta hermosa portada, realmente capturo todo lo que quería en ella.

Aurea, por ser la mejor editora del mundo. A mis amigos del grupo de abandonaditos de Azirafalala, chicos, los amo.

Ahora, les traigo una historia, bonita y como dice Neil, tierna y amorosa.

Espero que la apoyen muchísimo, investigue bastante para poderles traer una historia completa e interesante.

Sin mas por decir, bienvenidos al primer capítulo.





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Es una verdad mundialmente conocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita tener una esposa.

Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tal índole, en cuanto a compromisos concierne. La opinión de una mujer mucho menos, quien es considerada simplemente como la compañera escogida por aquel caballero.

Los matrimonios de conveniencia eran lo más usual en aquel momento. Con ellos, era posible mantener los estamentos sociales, el rango y honor familiar. Estos matrimonios no eran en absoluto voluntarios, sino simplemente pactos entre los padres de los correspondientes contrayentes. Y en casi todos los casos se consentían sin amor.

Los matrimonios por amor prácticamente no existían, el dinero y la clase social eran los únicos intereses presentes; el objetivo de los matrimonios era tener descendencia, crear una familia y perpetuar así los apellidos.

Ese fue el caso de la familia Crowley: su hijo mayor y único varón, había sido destinado a casarse con una joven dama, hija de una familia adinerada. Los padres de aquella dama no dudaron en aceptar la propuesta, podría decirse que el hecho de ser el heredero de más de sesenta y cinco mil libras al año ya lo colocaba como un soltero codiciado entre la sociedad, y sería una verdadera pena rechazar tan generosa oferta.


El señor Crowley era un hombre alto con porte orgulloso, entre las damas se le conocía como el hombre de hielo; un hombre frio y sin la más mínima pizca de suspicacia, sus modales se consideraban pocos, por su forma poco amable de contestar.

Vaya sorpresa cuando la noticia de su casamiento se extendió por todos los rincones, sorpresa solo superada al darse a conocer el tipo de mujer con la que se desposase, porque, al contrario de su marido, la nueva señora Crowley, era considerada la flor más bella del jardín, amable, dulce y con un don especial, que consistía en agradar casi inmediatamente a todo aquel al que se le presentaba, una dama que llamaba la atención a donde quiera que fuese.

Only of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora