Anthony J Crowley es un hombre que ha pasado por muchas cosas con su familia, más específico con su padre.
Al morir este, Anthony se queda con toda su herencia al ser hijo unico.
Al llegar a la casa donde vivia su padre, el hogar que lo vio nacer...
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La tarde caía sobre el pequeño pueblo, tiñendo el cielo de tonos dorados. Aziraphale y Anthony se encontraban en un lugar alejado de las mansiones Fell y Crowley, con el murmullo del viento como su única compañía. La tensión en el aire era palpable. Ambos tenían mucho que decir, pero pocas palabras para expresarse.
–No puedo creer que estemos haciendo esto. –Comentó Anthony rompiendo el silencio y mirando a su alrededor con preocupacion– Sería más fácil vernos en un lugar más privado. George podría vernos aquí, o Estela...
–Lo sé. –Aziraphale suspiró con fuerza– Pero no puedo decir nada, TUS amigos fueron los de la idea, al parecer ellos creen que esta es la mejor opción.
–Los celos no te quedan, Fell –Anthony sonrió de lado al ver que Aziraphale volteaba con tal velocidad que su cabello se desacomodó un poco– Son mis amigos, mis únicos amigos. Estoy seguro y daría mi vida por ellos. Son bastante serios cuando se lo proponen, estamos en buenas manos. No tienes de qué preocuparte.
–Yo nunca.. jamás insinuaría que tú... –el rostro de Aziraphale se pintó de un sutil rojo, Anthony al notarlo solo rió con fuerza, haciendo que Fell observara de nuevo su hermosa sonrisa– No entiendo qué me hiciste, pero, te aseguro que te veo y me dan ganas de quedarme toda la vida en esa sonrisa, en esos ojos, en... tus besos y abrazos que me hacen tan feliz, que me dan tanta paz. Te veo y pienso que si hay algo mejor no quiero saberlo, porque, siento que, en ti lo tengo todo.
Anthony se sorprendió ante las palabras de Aziraphale, cuando estaba a punto de responder una voz se escuchó a lo lejos.
–¡Estamos por llegar! ¡si alguien está desnudo, este es el momento para vestirse!, ¡repito! ¡Estamos por llegar! –Samuel y Mads salieron de entre los árboles, Samuel tenía los ojos tapados con una de sus manos y Mads sobaba su cien con sus dedos– Vaya, están vestidos, yo pensaba que despues de destaparse todo, ustedes tambien se destaparían... ustedes saben.
–Samuel, el motivo por el cual estamos aquí es para no levantar sospechas – regaño Mads – el que grites, no ayuda a ese cometido.
–Serios eh.... – Aziraphale observó a Anthony, quien solo sonreía.
–¡Tenía que anunciarnos! –continuó Samuel– ¿Y si estuvieran besándose o desnudos?, discúlpame, pero ya una vez vi desnudo a Anthony, y no planeo repetirlo.
