A lo lejos se podía ver aquella estructura, esa que en algún momento llamó hogar, que en su niñez la imaginaba como un fuerte o un palacio en las tardes de juegos con su madre. El pasto seguía verde y los árboles seguían igual de pulcros como lo recordaba, más, sin embargo, el ambiente era diferente a sus días de niño, su padre siempre se enorgullecía de las apariencias, y su mansión no podía ser la excepción.
Anthony dejó salir un gran suspiro, llamando la atención de Arthur. El pobre hombre acariciaba su antebrazo, ahora adornado con una tela blanca que lo cubría: se le veía nervioso, y con justa razón.
Estaba al tanto de la poca o nula relación que existía con los varones Crowley, en palabras de las sirvientas con más tiempo, el joven Crowley no era lo que todos pensarían. Pero no esperaba ser recibido con una puerta estrellándose en su brazo. Debí seguir el consejo de mi madre y ser granjero.
–Perdona lo de tu brazo – dijo Anthony sacando de sus pensamientos al joven
–¿Disculpe?
–Perdona lo de tu brazo – repitió – no era mi intención lastimarte. ¿Un Crowley disculpándose?
–Oh no, no tiene por qué disculparse, fue mi culpa por ser tan insistente, no debí hacerlo.
–Es tu trabajo, lo entiendo –contestó desviando su mirada hacia la ventana del carruaje– sé cómo pude ser el Señor Crowley cuando lo desobedecen, no quería que sufrieras eso por mi culpa. Aunque se pudo evitar el pequeño incidente.
–Señor, ¿puedo hacerle una pregunta? – preguntó Arthur dudoso.
–Ya la hiciste – contestó en tono serio, una pequeña sonrisa, casi nula a la vista se dibujó en su rostro, disimuladamente vio al mensajero, quien seguía nervioso y sin saber si hablar o no, siendo así que su cuerpo se encogió en su lugar haciéndolo parecer más pequeño de lo que era estaba claro que Arthur no había entendido su pequeña broma– hazla, tu pregunta, puedes hacerla...
–¿Realmente es hijo del señor Crowley?, es que usted es...
–Soy totalmente diferente a él, lo sé.
–Disculpe mi atrevimiento señor, pero nunca me lo imagine.... así.
–La vida está llena de sorpresas, Arthur. Y no me llames señor.
El sonido de los caballos andando se dejó de escuchar, dejando solo el relincho de estos. El carruaje dejó de moverse, llegamos, el chofer tocó tres veces en el techo de éste, confirmando sus sospechas, ahora todo era más real, estaba a minutos de encontrarse con su Padre
–Caballeros, pueden bajar – anuncio el chofer
Arthur bajó rápidamente, seguido por Anthony quien en un movimiento ligero levantó la vista para apreciar su entorno, siendo cegado por la luz del sol abrazador. Los sirvientes lo esperaban en la entrada haciendo su ya característica reverencia, odiaba eso, su madre siempre le recordaba que lo hacían porque era parte de su trabajo, pero para él era totalmente innecesario. Solo vienes de entrada por salida Anthony, deja de pensar de más.
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Only of Love
RomanceAnthony J Crowley es un hombre que ha pasado por muchas cosas con su familia, más específico con su padre. Al morir este, Anthony se queda con toda su herencia al ser hijo unico. Al llegar a la casa donde vivia su padre, el hogar que lo vio nacer...