Anthony J Crowley es un hombre que ha pasado por muchas cosas con su familia, más específico con su padre.
Al morir este, Anthony se queda con toda su herencia al ser hijo unico.
Al llegar a la casa donde vivia su padre, el hogar que lo vio nacer...
Se que muchos ahora no me quieren por lo que paso en el último capítulo... lo que me hace pensar ¿Cómo se sentirán cuando sepan lo que pasa más adelante?
Pero bueno, eso lo veremos después ¬u¬
¿Cómo están?, les traigo un nuevo capítulo, espero que lo disfruten, los que me siguen en Instagram, les deje un regalito para que no se desanimen y tengan fe.
Por ahora, #queeslavidasinalgodedrama
Quiero agradecer a mi editora aurea porque ella sufre antes que ustedes y aun así, sigue conmigo ayudándome con esta bella historia, así que, todos, agradezcan a la pobre de aurea.
Sin más preámbulo, seguimos con la programación habitual.
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En la mansión Fell, en el estudio de su oficina. Aziraphale se encontraba de pie frente a una ventana, mirando la noche estrellada, con una expresión de preocupación en su rostro.
Después de lo ocurrido con George Bobary, Fell se disculpó amablemente, saliendo de la mansión Crowley con apuro, no sin antes escuchar detrás de él "espero que tomes la mejor decisión".
Su rostro, aunque intentaba mostrar tranquilidad, revelaba una profunda preocupación. Sabía que el peso de las expectativas y el riesgo de su amor por Anthony eran demasiado grandes. La amenaza de George de revelar su relación ponía en peligro no solo su reputación, sino también su felicidad personal.
–¿Cómo he llegado a este punto? –Murmuró Aziraphale para sí mismo– ¿Cómo se me ha complicado tanto todo?
En la habitación se escucharon unos suaves golpes en la puerta, Aziraphale no contestó, un sirviente entró y le informó que el carruaje estaba listo para llevarlo al baile. Aziraphale asintió con resignación.
Al llegar, Aziraphale entró con velocidad, saludando amablemente a los presentes, la música del cuarteto de cuerda llenaba el aire y las parejas bailando con gracia hacían que el contraste entre la elegancia del entorno y la angustia en su interior fuera más evidente. Fell, aún perturbado por las amenazas de George, se dirigió a un rincón de la mansión, regresando a sus antiguas costumbres, alejado de la multitud y las conversaciones, intentando mantener la compostura.
Las voces de algunas damas solo lo sacaron de sus pensamientos, al dirigir su mirada a la entrada observó a George, de pie junto a su hija Estela, con su presencia dominante y su mirada calculadora. Anthony también estaba presente, con alegría Aziraphale buscó cruzar miradas con él.
Su presencia era como un confort a sus problemas, su subconsciente lo traicionó y sin darse cuenta ya se encontraba a un lado de ellos.
–Ah, Mr. Fell –habló George con una sonrisa irónica que al parecer solo Fell fue capaz de notar– qué bien que ha venido. Esperaba que asistiera.
