Escape a la Realidad (Satoru x Lectora)

Capítulo 15

-¿T/n? ¿Te pasa algo? Estás muy callada.

Me sobresalto ligeramente y veo a Nobara con una sonrisa apenada. Estoy desayunando con los de primer y segundo año. Curiosamente, noto que los chicos están viendo a mi dirección con un ceño preocupado sobre sus frentes.

-Takana?- pregunta Toge. Río sin gracia para no preocuparlos.

-Chicos, sí, estoy bien-confirmo aunque es mentira-, lo siento.

Satoru está fuera por otro de esos viajes de negocios al extranjero, ha pasado siete días desde su partida y desde que hablé con Yaga, desde entonces no he dormido para nada bien. En absoluto.

Asimismo, he tenido que continuar con mi rutina inicial: ejercicios con los chicos, practicas de mi técnica a solas, hacer la comida a los chicos, hacer la limpieza a las áreas de la escuela, sesiones de combates por las tardes...

Está bien, no me quejo de la rutina y disfruto pasar tiempo con los chicos. Ya los había adoptado como mis niños antes de venir aquí, ahora tengo la oportunidad de tratarlos como tal. Todo bien.

Pero esas tenebrosas pesadillas que me persiguen durante las noches... eso no está bien.

-Está mintiendo-avisa Megumi con una ceja alzada, luego revuelve con sus palillos el ramen para tomar un poco y sorber-, es evidente que está mal.

-¡Megumi!-mis ojos se abren de la sorpresa. Yuji que está junto al pelinegro, sonríe avergonzado y se rasca la nuca.

-Fushiguro no lo digas así-Nobara lo mira mal. Maki entorna los ojos.

-Megumi tiene razón-dice la peliverde.

-Cuéntanos-anima Panda-, ¿tiene que ver con Satoru?

Yo niego.

-No, no tiene nada que ver con Satoru.-me apresuro a responder y suspiro- Sólo estoy teniendo problemas para dormir.

Respondo con ambigüedad.

-Tuna mayo~-me dice Toge.

-Toge tiene razón-dice Panda-, deberías hacerte un té.

Asiento a sus palabras.

-Es una buena idea-respondo después de sorber un poco de ramen-, ¿van a querer después de la cena?

Desvío el tema, Maki, Nobara, Toge y Megumi aceptan y rápidamente la conversación coge otro rumbo. Trato de participar un poco más en lo que dicen y después de cenar, tomar el té y hablar con los chicos, se hacen las 10 de la noche cuando me voy a la cama.

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Diluvia con fuerza, el sonido de las gotas chocar contra el suelo es ensordecedor. Abro la puerta corrediza, el washi está roto en la mayoría de las habitaciones.

Estoy en un pasillo abierto. La lluvia suena nítida ahora que estoy fuera y una brisa gélida me congela hasta los huesos.

Mi corazón late fuerte, algo anda mal. La noche es oscura y apenas puedo ver con una escasa luz de luna.

Tengo que salir de aquí.

Corro al patio central, donde la lluvia está cayendo con furia. Mis pisadas parecen lentas sobre los pequeños charcos, hasta que escucho una risa gutural.