Es 2 de septiembre y todavía estoy sufriendo de pesadillas.
Tomar té no funciona, lo único que sirvió aquella noche hace dos semanas fue Satoru. Esa mañana desperté sola en mi habitación, pero había descansado lo suficiente para continuar mi rutina.
Los entrenamientos han seguido y he combatido maldiciones con los chicos de primero y de segundo, Satoru que a menudo viaja un par de veces a la semana me deja a cargo de ellos junto a Ijichi o Nitta en alguna misión.
Me hace sentir confiada que Satoru ya sabe sobre los hechos del 31 de octubre, sé que tomará medidas al respecto. Además, mi duro entrenamiento ha dado frutos, por tanto soy más eficiente con la espada y usando mi técnica: manipulación de la realidad.
Trato de mantener una actitud activa y positiva delante de los chicos, así aunque vean mis ojeras no crean que es por dormir mal... ¿cierto? Puede ser porque sencillamente duermo tarde.
Ash, ni yo me creo eso.
Da igual, vamos en el auto con Ijichi, los chicos atrás y yo de copiloto. Recibimos una misión, aparentemente en una escuela abandonada se ha concentrado un grupo de maldiciones que ya son una molestia para las casas cercanas al edificio.
Cuando bajo del auto recibo una llamada, es Satoru.
-Moshi moshi- respondo. A lo que escucho su voz responder con entusiasmo. Sonrío.
-Estaré llegando a tu ubicación en unos minutos-avisa-, sé que tendrán todo cubierto para cuando llegue~~-Río por sus palabras.
-Está bien, nos vemos~
-T/n~, ¿almorzamos juntos hoy?-me pregunta y siento que se me acelera el corazón- Extraño salir contigo~
-Claro que sí, cariño-respondo y luego noto lo que acabo de decir, Satoru ríe suavemente al otro lado de la línea. Mis mejillas empiezan arder y me quedo sin palabras.
Finalizamos la llamada, escuchar su voz me levanta un poco el ánimo. Suspiro. Nuestra relación, si es que puede llamarse de esa forma, aún no tiene nombre.
Satoru cuida de mí y a su lado me siento protegida, sin embargo, más allá de los besos, abrazos o caricias, realmente no hemos podido hablar y ponerle un nombre a esta relación. Él está fuera la mayor parte del tiempo, demasiado esfuerzo hace cuando me dedica un par de horas. Y yo también estoy muy ocupada.
Un bostezo se escapa de mis labios y me estiro un poco antes de acercarme a los chicos que están hablando con Ijichi.
-¿Qué sucedió, T/n?-pregunta Panda.
-Satoru llamó-respondo y veo que Ijichi se crispa de miedo pero trata de componerse rápido-, dijo que estará aquí en unos minutos.
Los chicos asienten.
>>Ijichi, ¿puedes poner la cortina?
El hombre asiente a mis palabras mientras me dirijo a la escuela con los chicos.
Al instante, varias maldiciones empiezan a aparecer y se lanzan a nosotros. Maki y Panda empiezan a hacerse cargo de las primeras tres maldiciones.
-No son la gran cosa-dice Maki en voz alta mientras acaba con una.
-Sí, son de tercer grado como mínimo.-avisa Panda.
-Entonces Toge y yo entraremos a esta parte de la escuela-comento-, ¡si nosotros conseguimos a la maldición de primer grado la primera ronda de sushi va a su cuenta!
-Shake!
Toge asiente al reto junto con Maki y Panda, así nos dividimos.
Dentro de la escuela un escalofrío me recorre y comparto una mirada con Toge, ah, sintió lo mismo.
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Escape a la Realidad (Satoru x Lectora)
Fanfiction-¿Y bien? ¿Puedo tomar mi mano de vuelta?-pregunta despreocupado con un tono irónico en su voz. -Es cálida...-murmuro muy bajito. No puedo creerlo. -¿Uh?-emite un sonido a modo de pregunta. Su mano es cálida, ¿por qué? Usualmente en los sueños no o...
