diecisiete.

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El alfa, inquieto y preocupado, yacía en su cama. El reloj marcaba más allá de la una de la madrugada, y el sueño se le escapaba como arena entre los dedos. Las sombras danzaban en la habitación, y cada pequeño ruido resonaba en sus oídos.

Fue entonces cuando la puerta se abrió con cautela. El alfa se incorporó, alerta, y sus ojos se encontraron con los de un Omega tambaleante.

—¿Innie? —murmuró, pero el Omega no respondió. En cambio, se acercó y se subió a su regazo, abrazándolo con fuerza.

El alfa percibió el aroma a alcohol en el aliento del Omega. —¿Has estado bebiendo? —preguntó, preocupado. El Omega asintió, pero no dijo nada más. Su mirada estaba llena de tormento, y sus ojos brillaban con lágrimas contenidas —¿Por qué? —insistió el alfa, acariciando el cabello del Omega. Pero este solo negó con la cabeza.

—No merezco tu amor —susurró. —Has tomado decisiones equivocadas. Deberías alejarte de mí. He hecho cosas terribles...

El alfa sintió un nudo en la garganta. —Te amo, confesó. Nada de lo que hayas hecho cambiará eso. —Pero el Omega solo balbuceó incoherencias y luego, en un susurro apenas audible, mencionó un nombre: «Lia»

El alfa frunció el ceño. —¿Quién es Lía? — preguntó, confundido. Pero el Omega ya se había quedado dormido, su cabeza apoyada en el pecho del alfa. Y así, en la penumbra de la habitación, el alfa quedó sumido en un mar de incertidumbre y preguntas sin respuesta. ¿Quién era Lía? ¿Qué secretos ocultaba el Omega? Y, sobre todo, ¿cómo podía amarlo aún más en medio de la confusión?

La noche siguió su curso, y el alfa permaneció despierto, sosteniendo al Omega en sus brazos. El reloj marcaba las horas, pero las respuestas parecían esquivarlos. Solo el silencio y el latido compartido de sus corazones llenaban la habitación, mientras el misterio de Lía flotaba en el aire.

A la mañana siguiente luego de que Jeongin se fuera a trabajar, Hyunjin se quedó pensativo en lo que había sucedido la noche anterior, ¿Quien era lía? Soltó un suspiro agotado y se dejó caer en el sofá. Su teléfono comenzó a vibrar y al encender la pantalla observó aquel extraño mensaje, sin embargo todo los ojos y apagó el móvil. Sabía de quien se trataba, pero esperaría por jeongin.

Mientras que Hyunjin se encontraba en el departamento jeongin ya estaba en su oficina con Chan sin embargo este último noto el problema de su mejor amigo, sabía que estaba mal y aún que sabía que quizás jeongin no hablaría del tema, preguntó:

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Mientras que Hyunjin se encontraba en el departamento jeongin ya estaba en su oficina con Chan sin embargo este último noto el problema de su mejor amigo, sabía que estaba mal y aún que sabía que quizás jeongin no hablaría del tema, preguntó:

—¿Que sucede?

—Nada

—Ok...

—Es que, ayer... Yo visite a-

—¿Señor Yang?

—¿Si?

—Un tal Seo Changbin vino a verlo... —El Omega, con el corazón latiendo desbocado, observó cómo su secretaria anunciaba la llegada de alguien llamado Seo. El nombre resonó en su mente como un eco de un pasado que prefería olvidar. Su mejor amigo, leal y comprensivo, se retiró discretamente, dejándolos solos en la oficina.

Seo, el alfa de cabello negro, entró con una confianza que no le correspondía. El Omega lo miró con cautela, recordando las heridas que aún no habían sanado. —Pensé que estabas muerto —murmuró Seo, su voz cargada de sorpresa.

El Omega no pudo evitar una sonrisa amarga. —Yo también pensé lo mismo de ti —respondió. La tensión en la habitación era palpable mientras ambos se enfrentaban a su pasado compartido.

Seo no se anduvo con rodeos. —¿No sientes remordimiento? —preguntó, como si esperara una confesión. —Eres un Omega inútil. Nadie debería tomarte en serio. Llegaste aquí y todo esto pisoteado a los demás, das asco.

La ira burbujeó dentro del Omega. ¿Cómo se atrevía Seo a menospreciarlo? —Si alguien no vale nada aquí, eres tú —espetó. —Nada funcionó entre nosotros porque eres un egoísta insensible.

En un movimiento repentino, Seo se acercó y atrapó los labios del Omega en un beso breve pero intenso. El Omega lo empujó con fuerza, advirtiéndole que no lo tocara de nuevo. —Si vuelves a cruzar esa línea, no fallaré esta vez — amenazó.

Seo lo miró fijamente. —¿Estás admitiendo que tuviste algo que ver con mi muerte?— preguntó.

El Omega se encogió de hombros, ocultando la verdad. —No sé de qué estás hablando — respondió —¿Qué haces aquí?

—Solo quería verte, recordar los viejos tiempos ya sabes...

—¿Cuáles? Casi no recuerdo nada de esos días...

—Podria hacerte recordar —Ronroneo —Pero creo que tienes a alguien más, ¿Me equivoco? Dios, pobre del alfa...

—¿Para qué querías verme?

—Lia, ella...

—¿Qué acaso se te olvidó lo del aborto, que tú y mi papá apoyaron? Ya está muerta... No...

—¿Crees que soy estúpido? —Investigó —Teniamos 18 cuando supuestamente abortaste pero... Según tu hermano...

—Ah mi hermano, ¿Si sabes que es medicado no? —Investigó —Esta loco, si crees algo de lo que te diga eso solo puede significar... Que estás igual de loco, pero no te preocupes, conozco un doctor que...

—¡Déjate de juegos Yang! —Se quejó palmeando la mesa —Quiero verla.

—Incluso si estuviera viva, ¿Qué te hace pensar que te dejaría verla?

—Porque se que si tuviste que ver con mi supuesta desaparición, también tuviste que ver con la muerte del amante de tu papá y también se muchas cosas que has hecho para estar sentado en ese trono donde te sientes más importante, solo por tener unos cuantos billetes...

—No me creo, soy importante y quizás tengas razón y tuve que ver esas desapariciones, pero es tu palabra contra la mía así que, si estás intentando amenazarme puedes hacerlo de una mejor manera.

—Quiero verla, solo eso te pido. No te estoy amenazando solo quiero saber si ella está bien, y quizás...

—¿Ahora quieres saber cómo está? Lleva siete años muerta y tú dices que ahora sí, ¿No pensaste lo del aborto?¿No pensaste en tu supuesto Omega? —Investigó —Ya, era más importante follarte a mi hermano... Maldito alfa despreciable, ¿Cuánto te pagó mi papá para que fingieras tu muerte?

—deberias temerle a tu hermano.

—Ja, ni a ti, ni a mi hermano, ni a heeseung, ni siquiera a mí padre les tengo miedo... Así que tú y todos ellos pueden irse a la jodida mierda si gustan.

—Vas a caer innie...

—Si yo caigo, ustedes también...

—Estas tomando todo a la ligera, Yang... Una última oportunidad, ¿Dónde tienes a lía?

—¿Te puedo pasar el nombre del cementerio?, claro, si gustas —Musito haciendo que el alfa pierda la paciencia.

—Entonces ya escogiste tu sentencia —Soltó y se encaminó fuera de la oficina dejando al Omega solo y algo exasperado. Más tarde, luego de trabajar jeongin se dirigió al estacionamiento y mientras abría la puerta alguien más lo tomó de brazo, al darse la vuelta un sujeto de cabello castaño le mostró su placa dando a entender que era policía.

—Soy el oficial Kim, y usted Yang Jeongin queda detenido por intentó y homicidio a dos víctimas.

Aunque simplemente ese solo sería el inicio...

Babe, No Eres Omega | Hyunin [Omegavers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora