Babe, No Eres Omega | Hyunin [Omegavers]

veinticuatro.

( ¡¡ parte de este capítulo está situado en el capítulo catorce, luego de que Hyunjin visitara a Felix y Minho !! )

Hyunjin observó a su hermano fumar, mientras se adentraba en la habitación, se dejó caer a su lado y lo observó.

—Tu casi...

—¿Por qué no me dijiste que cogías con Yang Jeongin? —Investigó haciendo que Hyunjin bufe —Eres tan imbécil, ese hijo de puta mató a papá...

—¿Cómo lo sabes? Ni siquiera tienes pruebas contundentes, solo es tu extraña teoría de conspiración, jeongin es alguien bueno, lo he visto... Es tierno y puede llegar a ser algo lindo cuando...

—Dios eres un insulto para los alfa de la familia, ¿Que diría papá?... Actúas como Omega, controlate Hyunjin —Ordenó —Ahora, tendrás que ayudarme con unas cositas...

—Me rehuso, si Felix quiere ayudarte con tu patético y estúpido plan bien,  pero a mí no me metas en esto, no quiero, no quiero hacerle daño a...

—¿ACASO CREES QUE LE IMPORTAS? —Investigó —¡Solo eres un alfa más del montón!

—No es cierto.

—Asi como tus otros novios terminará abandonandote...

—No es cierto.

—Jeongin no es más que un rata que se aprovecha de los demás para seguir en dónde está...

—No es cierto, el, el el...

—No sabes cómo defenderlo, por qué eso no sirve ni siquiera como prospecto para cortejo, das pena hermanito, tu decides que hacer, solo quiero verte cuando este te abandone... Seguramente vendrás a mí, y juntos haremos esto —Soltó para luego salir, pero antes —Cuentale que eres hijo del antiguo gerente, seguramente te verá de la misma forma.

—¡Cállate! —Gritó.

(....)

El alfa abrió los ojos lentamente, parpadeando ante la luz blanca que inundaba la sala de hospital. El pitido constante de las máquinas llenaba el espacio, un recordatorio de que aún estaba vivo. Su mirada, aún borrosa por el sueño y la medicación, se posó en una figura con cabello cobrizo a su lado. Con voz ronca y un susurro apenas audible, pronunció el nombre del Omega,

—Jeongin

El Omega se levantó de golpe, sus manos temblorosas limpiando las lágrimas que había derramado durante la vigilia.

—Ya estás despierto —dijo Jeongin, su voz cargada de un alivio que no podía ocultar.

Hyunjin asintió débilmente, su garganta seca dificultaba hablar. —¿Cuánto tiempo... he estado aquí? —preguntó con esfuerzo.

Jeongin le ofreció una sonrisa triste. —Solo dos días —respondió. —Perdiste mucha sangre, pero tuviste suerte, la bala no tocó ningún órgano vital. Eres un Omega con suerte.

Eso hizo que Hyunjin frunciera el ceño, una chispa de su antigua fuerza brillando en sus ojos. —No soy un Omega —refunfuñó, molesto por la confusión.

Jeongin asintió, sabiendo que no era el momento para discutir. Se giró para retirarse, pero Hyunjin lo tomó de la muñeca, deteniéndolo. —Lo siento —dijo Hyunjin, su voz cargada de una sinceridad que rara vez mostraba.