Babe, No Eres Omega | Hyunin [Omegavers]

cinco.

—¡Disculpe!, ¡Oiga! —Gritó la clienta llamando la atención de Hyunjin sacándolo por completo de sus pensamientos.

La verdad era que Hyunjin había estado pensando en aquellas molestas palabras que había dicho Jeongin. Además de que el alfa no tuvo que pautar una fecha, hora y lugar, ¿Por qué?, simplemente Yang Jeongin se había encargado de hacer todo, por qué si no sale como el quiere el Omega se enoja, siempre tenía que llevar el control y por alguna razón eso a Hyunjin le molestaba. Luego de servir el café y observar como la clienta se larga fue Jisung quien se acercó a Hyunjin.

—¿Está todo bien? —investigó —te notó algo extraño.

—Solo pensaba, siento que el gerente va a despedirme —Ambos carcajearon ante aquella broma, sin embargo Jisung no quería que despidieran Hyunjin, de algún u otro modo tenía que sacar lo que sentía.

—¿Quieres salir conmigo? —Soltó dejando a Hyunjin algo Antonito —¡Dios que vergüenza! No, así no, hablaba de salir por unos tragos y pasar un rato diferente, ¿Crees que sería divertido?

—Amm, no sé si deba... Ok —Afirmó.

Jisung era un Omega muy amable, desde que comenzaron a trabajar juntos Hyunjin fácilmente se sentía muy cómodo con aquel chico, se había convertido en su unico amigo, fuera de su terrible cuñado y su hermano, sin embargo la manera en que Hyunjin quería a Jisung no era lo que el Omega quería, quería a Hyunjin como su alfa, siempre le pareció tierno y con personalidad, puesto que el castaño no toleraba a los alfas con complejo de superioridad solo por ser alfas, sin embargo Hyunjin era totalmente diferente. Al principio si creía que era Omega, además de su dulce aroma a vainilla se comportaba de manera infantil y algo tierna, si duda disfrutaba de eso.

Jeongin entro a su oficina logrando visualizar a un alfa que se encontraba en el sofá algo distraído. El Omega carraspeó su garganta y observó al sujeto nuevamente quien sonrió.

—¡Innie!, ya llegaste...

—¿Quien te dió permiso de llamarme así?, ni mi mejor amigo me llama así —bramó mientras se sentaba en la silla de escritorio —¿A qué se debe está visita Heeseung?