dieciocho.

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Estación de policía | Seúl.

Hora | 12:00 am

Jeongin se encontraba en la fría sala de interrogatorio de la estación de policía. Las paredes blancas y la luz fluorescente le daban una sensación de claustrofobia. El Omega, con los brazos cruzados, se sentó en la silla de metal, mirando fijamente al policía que estaba al otro lado de la mesa.

El oficial entró con paso firme, su uniforme azul oscuro bien planchado. Se acomodó frente al Omega y soltó un suspiro.

—Hable —dijo con voz ronca. —¿Tiene algo que decir sobre la desaparición de Seo?"

El Omega negó con la cabeza. —No tengo nada que ver con eso —respondió. —No hay pruebas en mi contra.

El policía frunció el ceño. —¿Está seguro? Tenemos testigos que lo vieron cerca del lugar donde Seo fue vista por última vez...

El omega sonrió con suficiencia. —Los testigos pueden estar equivocados. Además, me están reteniendo de manera ilegal. No pienso decir nada más hasta que tenga a mi abogado presente.

El oficial apretó los puños. —¿Abogado? ¿Cree que esto es una broma?

—No es una broma—, replicó el Omega. —Tengo derechos. Y quiero hacer una llamada.

El policía dudó por un momento, pero finalmente asintió. —Está bien. Haga su llamada.

Jeongin sacó su teléfono y marcó el número de Chan, su amigo de confianza. —Chan, estoy detenido en la estación de policía. Haz lo que te he dicho antes y busca a Hyunjin. Necesito que Seungmin sea mi abogado.

La voz de Chan sonó preocupada al otro lado de la línea. —¿Qué está pasando, Innie?

—No puedo hablar ahora —respondió el Omega. —Solo hazlo.

El policía observaba con curiosidad mientras Innie colgaba el teléfono. —¿Listo para hablar ahora?

El Omega sonrió. —No sin mi abogado.

El oficial suspiró y salió de la sala. Jeongin sabía que había comenzado una carrera contrarreloj. Debía proteger a Lía y encontrar a Hyunjin antes de que fuera demasiado tarde. La partida estaba en juego, y el Omega estaba dispuesto a jugar todas sus cartas para ganar.

(...)

Hyunjin llegó al departamento, su mente llena de preocupación. Chan estaba allí, y su expresión seria no auguraba buenas noticias. —¿Qué sucede?— preguntó Hyunjin, temiendo lo peor.

Chan suspiró. —Innie está detenido en la comisaría. No te preocupes, todo estará bien. Pero necesitamos actuar rápido.

El alfa pelirrojo asintió, pero su corazón latía con fuerza. ¿Qué había pasado? ¿Por qué habían arrestado a Innie? Las preguntas se agolpaban en su mente, pero Chan lo interrumpió.

—Hyunjin, déjame presentarte a alguien. —Chan señaló a la niña que estaba sentada en el sofá. —Ella es mi sobrina. ¿Puedes cuidarla mientras tanto?

Hyunjin miró a la pequeña. Tenía los ojos grandes y curiosos, y su cabello oscuro caía en rizos rebeldes. —Claro —respondió. —¿Cómo te llamas?

La niña sonrió. —Soy lía. Y tú hueles como mi papá.

Ese nombre... Ya lo había escuchado antes

Hyunjin frunció el ceño. ¿Tu papá?

Chan intervino rápidamente. —Lia es muy observadora. Su padre es un amigo cercano. Pero ahora debo irme.

Chan salió apresuradamente, dejando a Hyunjin con la pequeña. Lia parecía cómoda con él, como si lo conociera de toda la vida. ¿Quién era su padre? ¿Y por qué tenía el mismo olor que jeongin?

Hyunjin acarició el cabello de Minie, pensando en las conexiones inesperadas que surgían en medio de la confusión. El alfa se encontraba solo en el departamento, la pequeña lia jugando con sus juguetes en la esquina. La preocupación por jeongin lo atormentaba, y la misteriosa conexión entre Lía y su amigo seguía sin resolverse.

El teléfono sonó, interrumpiendo sus pensamientos. Era Chan. —Hyunjin, necesito que me escuches bien

Hyunjin asintió y colgó. Miró a Minie, quien lo observaba con ojos curiosos. —¿Está todo bien?

—Escucha Hyunjin, algunas cosas del pasado están influyendo mucho ahora, la verdad es que Lia, no es mi sobrina. Es la hija de Innie y Seo. Pero hay algo más...

Hyunjin sintió un escalofrío. —¿Qué es?

Chan miró a su alrededor, asegurándose de que nadie los escuchara. —Cuando se enteraron del embarazo de Jeongin lo hicieron practicar el aborto, así que se supone que Lia está muerta, nunca nació... Jeongin se encargó de esconderla en lo más profundo,

—¿Por qué?

—Jeongin no es la mejor persona, pero tampoco la peor, por ahora debes entender que esa niña debes cuidarla con tu vida, no la pierdas de vista..

Hyunjin apretó los puños. —Esta bien.

(....)

Innie se encontraba en la sala de interrogatorio junto a Seungmin, su abogado. El Omega había negado cualquier participación en las desapariciones, pero estaba dispuesto a testificar en contra de Seo, su propio padre, y su hermano. Seungmin lo miró con curiosidad. —¿Qué tienes en mente? —preguntó.

Innie suspiró. —Ellos firmaron un contrato para cuando aborté, yo tengo ese contrato... Sin embargo, no tuve nada que ver con la desaparición de Seo, pero creo que mi padre si.

Seungmin asintió. —Entiendo. Pero necesitamos pruebas sólidas. Sin ellas, no pueden retenernos aquí.

En ese momento, el policía entró. Seungmin se puso de pie, enfrentándolo. —Sin pruebas contundentes, no pueden mantenerlo detenido — dijo con firmeza.

El oficial frunció el ceño. —Presentaremos cargos para que devuelva a la niña.

Jeongin río y luego intervino. —La niña murió. No hay una niña.

El policía dudó, mirando a Seungmin. Finalmente, accedió. —Está bien. Pueden irse.

Antes de salir, Innie tomó una decisión. —Pondré una denuncia en contra de Seo y mi padre. Si caigo, no lo haré solo.

—¿Estás seguro?

—Asi es... Hablaré con mis abogados y luego iré a casa de mi padre, no dejaré que Seo le ponga una mano encima a mi hija...

Más tarde jeongin estaba agotado, al llegar al departamento simplemente se dirigió al balcón sentándose pegando su rodillas a su pecho. Luego de un rato alguien más apareció sentándose a su lado haciendo que el corazón de Jeongin latiera con mucha fuerza, y sin poder contenerlo sus lágrimas comenzaron desbordarse. Dejando caer su cabeza sobre el hombro del alfa.

—Estoy cansado —Susurro.

—Deberias dormir un po-

—No te merezco...

—Otra vez con eso —Soltó y jeongin solo sollozo.

—Yo solo quiero que se acabe —Susurró —No te vayas de mi lado, por favor...

—No lo haré.

—¿Te puedo contar un secreto?

Hyunjin lo miró dudoso pero terminó asintiendo —Dime.

—Quizas deba comenzar, cuando esta mierda empezó... Hace seis años...

🥟.

Babe, No Eres Omega | Hyunin [Omegavers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora