diecinueve.

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—Jeongin párate derecho...

—Si, mamá —Soltó mientras enderezaba su postura haciendo caso a la alfa.

—Hoy comenzarás tu último año, espero que todo salga como lo planeamos, sin distracciones, ni juegos —Soltó el padre y jeongin asintió.

El cobrizo se adentro en su habitación y mientras acomodaba sus cosas en la mochila su hermano se acercó y comenzó hacer morisquetas para hacerlo reír, ganándose una sonrisa del Omega.

—¿Qué haces, tonto? —Investigó y su hermano sonrió.

—Debes dejar de ser tan serio, ahora que tenemos nuestras presentaciones parece que papá y mamá te presionan más... Y tenemos menos tiempo juntos —Soltó.

—No me molesta estudiar.

—Mentiroso, a nadie le gusta estudiar, ahora deberías conseguirte un buen chico y pasar tu primer celo con el —Mencionó coqueto.

—Ni Siquiera se cuando venga mi primer celo, y ya vamos tarde —Mencionó.

El camino al nuevo instituto fue bastante silencioso, mientras su hermano jugaba en su teléfono jeongin estaba intentando recordar sus líneas a la hora de presentarse con el director. Tenía pánico, sabía que su último año debía ser perfecto si no tendría consecuencias. Luego de la presentación con el director esté le dijo que esperara a la entrada.

Fue bastante rato hasta que un chico bajo de cabello negro y un olor a menta, haciendo que el omega sienta un revoltijo en su estómago, sonrió y observó como este hacia una pequeña reverencia.

—Soy Seo Changbin, seré tu guía en este nuevo año escolar, espero llevarme bien contigo...

—H-hola, soy Yang Jeongin. Espero llevarme igual de bien.

—Eres una alfa que deslumbra, te envidio ví varios omegas mirándote y rogando ser cortejados por ti —Confesó y jeongin sonrió avergonzado.

—De hecho soy Omega, pero gracias por el cumplido —Soltó, dejando al alfa sorprendido.

—Joder, no pareces un omega...

—¿Gracias? —El pelinegro le dió un golpecito con el codo

[Dos semanas después]

El sol se filtraba a través de las hojas del árbol, creando un mosaico de sombras en el césped. Changbin y jeongin yacían uno al lado del otro, sus dedos entrelazados, disfrutando de la tibieza del día. El aroma fresco de la hierba llenaba el aire mientras las risas y los susurros flotaban entre ellos.

El alfa se volvió hacia jeongin, sus ojos curiosos. —¿Tienes algún sueño, jeonginnie? preguntó, su voz suave como una caricia. —¿Algo que anheles lograr en el futuro?

El Omega parpadeó, sorprendido por la pregunta. —En mi familia, soñar está mal visto—confesó. —Dicen que los sueños te alejan de la realidad, que debemos limitarnos a lo que ya conocemos.

Seo sonrió, una sonrisa que iluminó su rostro. —Hablas como un adulto, Innie —bromeó. —Pero no estoy seguro de estar de acuerdo. Los sueños son lo que nos impulsa a seguir adelante, a alcanzar nuevas alturas.

Jeongin se sonrojó, sintiéndose vulnerable ante la mirada intensa de Seo. —Bueno, supongo que tengo un sueño —admitió. —Quiero estar a cargo de la empresa de mi papá. Hacerla crecer y llevarla al éxito.

Los ojos de Seo brillaron con admiración. —Eso sería increíble —dijo. —Me gustaría verte triunfar, jeonginnie. Eres inteligente y apasionado. No tengo dudas de que lo lograrás.

Babe, No Eres Omega | Hyunin [Omegavers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora