veintinueve.

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Jeongin despertó lentamente, parpadeando ante la luz suave que se filtraba a través de las cortinas. A su lado, Hyunjin estaba acostado, con una sonrisa tranquila adornando su rostro. Por un momento, Jeongin se permitió creer que era un sueño, uno de esos que deseas con todas tus fuerzas que sea real.

—Buenos días —murmuró Hyunjin, su voz aún ronca por el sueño. Su sonrisa se ensanchó al ver a Jeongin despierto.

Jeongin se estiró, una sonrisa floreciendo en respuesta. —Podría acostumbrarme a esto —dijo, su corazón latiendo con una calidez que no quería examinar demasiado de cerca.

Hyunjin se incorporó, apoyándose en un codo. —Hazlo —contestó con suavidad. —No tengo pensado irme lejos de ti.

El momento se rompió con el sonido del timbre. Jeongin frunció el ceño, un bufido escapando de sus labios. —Haz el desayuno, por favor —le dijo a Hyunjin, su tono más suave de lo que pretendía. —Me gusta cómo cocinas.

Hyunjin asintió, y Jeongin se levantó, envolviéndose en su bata de baño para ir a abrir la puerta. La sorpresa lo golpeó como una ola fría cuando vio a Chan y a los niños esperando en el umbral. Lía y Sunoo se lanzaron a sus brazos, abrazándolo con una fuerza que le robó el aliento.

Chan lo miró con expectación, y antes de que Jeongin pudiera prepararse, le preguntó, "—¿Cómo te fue en la cita?

Jeongin suspiró, señalando a Lía para que fuera a su habitación. La pequeña obedeció, y una vez que estuvo fuera de vista, Jeongin se volvió hacia Chan. —Fue algo aburrida —comenzó, pero fue interrumpido por un grito desde la cocina.

Maldiciendo en silencio por haber olvidado que Hyunjin estaba allí, Jeongin corrió hacia la cocina, con Chan siguiéndolo de cerca. Al llegar, encontraron a Hyunjin sonriendo, saludando a Chan como si nada hubiera pasado.

Chan miró a Jeongin, una ceja levantada en una pregunta silenciosa. Jeongin solo pudo devolverle la mirada, preguntándose cómo había llegado a este momento, pero sin arrepentirse ni un segundo.

Lía corrió hacia Hyunjin, sus pequeños brazos extendidos y una sonrisa brillante en su rostro. —¡Papá! —exclamó, lanzándose a sus brazos. Su hermano, imitando a Lía, también corrió hacia ellos, aunque Hyunjin lo observó con una mezcla de sorpresa y una emoción indescriptible que hizo que su instinto de alfa se agitara ligeramente.

—¿Quién es el niño? —preguntó Hyunjin, su voz tranquila pero sus ojos revelando la tormenta de preguntas en su interior.

Chan, que había estado observando la escena, se volvió hacia Jeongin con curiosidad. —¿Cómo sucedió esto? —preguntó.

Jeongin se encogió de hombros, la confusión y la resignación pintadas en su rostro. —Simplemente sucedió —fue todo lo que pudo decir —nos encontramos y...

—¿Le has dicho? —Chan presionó, su tono indicando que sabía que la respuesta era no.

Jeongin negó con la cabeza, y Chan suspiró. —Deberías decirle. Y no te preocupes, los dejaré solos.

Una vez que Chan se fue, Jeongin se volvió hacia Lía. —Aléjate de Hyunjin y déjalo respirar — le dijo con suavidad. Lía asintió y, llevando a su hermano de la mano, se fue a su habitación entre refunfuños.

Ahora solos, Hyunjin no tardó en abordar el tema que colgaba entre ellos como una nube oscura. —El niño, ¿quién es?

Jeongin bajó la mirada, incapaz de encontrar las palabras. La respuesta era obvia, y Hyunjin lo sabía.

—Entonces, es mío —dijo Hyunjin, su voz apenas un susurro —¿Jeongin?

Jeongin asintió, y luego, con voz temblorosa, comenzó a explicar. —Dos meses después de que te fuiste, comencé a presentar síntomas y... decidí averiguar.

—¿Por qué lo ocultaste? —Hyunjin interrumpió, su tono lleno de una mezcla de tristeza y reproche.

Jeongin se quejó, la frustración y el dolor evidentes en su voz. —¿Cómo querías que te lo dijera? Te habías ido, y yo... yo no podía hacer nada, yo podía solo pero...

Hyunjin se acercó, su expresión suavizándose. —Lo sé, sé lo fuerte que eres. Pero me hubiera gustado estar allí cuando nació nuestro primer hijo... Ayudarte cuando me necesitabas y cuando mierda —Se quejó

Las lágrimas brotaron de los ojos de Jeongin, y con ellas, las palabras de culpa y arrepentimiento. —Me siento culpable, pero no quería molestarte...

Hyunjin lo abrazó con fuerza, interrumpiendo sus pensamientos. —No me molestas, nunca me molestarías. Eso es lo que significa nuestra relación de alfa y omega, —dijo, su voz firme y reconfortante. —Por favor, no me guardes más secretos, mierda, Yang Jeongin enserio eres un omega muy terco.

El omega asintió, y en ese abrazo, se selló una promesa silenciosa de confianza y apertura.

—Cállate, Omega.

—¿Por qué lía me dice papá? —Investigó y jeongin asintió.

—Creo que te recuerda de cuando lo de heeseung, supongo que eso quedó en su memoria y tal vez piensa que eres su papá...

—¿No lo sabe?

—Tiene nueve, es una niña... No creo que sea prudente —Explicó y Hyunjin asintió.

—Papi, sunoo está llorando —jeongin rápidamente fué al cuarto del bebé y Hyunjin algo eufórico fue tras el observando como jeongin sonreía mientras lo cargaba.

—Sunoo, el es tu papá... Hyunjin —Habló el pequeño niño observó a Hyunjin una carcajadas salió de entre sus labios haciendo que el corazón se acelere.

—Ahora tienes que casarte jeongin... —Jeongin observó al alfa con confusión mientras este cargaba al pequeño y lía lo observaba con emoción —Una vez me dijiste que el día en que yo consiguiera un Omega que me quiera como soy... Ese día tu te ibas a casar...

—¿Estás pidiéndome matrimonio de manera indirecta? —Investigó.

—Tu lo hiciste hace un tiempo y ahora es que lo noto —Sonrió para luego plantar un corto beso en los labios de jeongin —Te amo.

—Y yo a ti Omega.así que si te vuelves a ir de mi lado juro que voy a buscarte y a cortarte las... —Jeongin observó como su pequeña observaba la conversación y sonrió hacia Hyunjin.

—¿Que vas a cortarme?

—Cállate Omega.

—Soy tu alfa —Se quejó.

—Tienes razón, babe. Tu no eres un Omega... Eres mi alfa.

🥟.

Babe, No Eres Omega | Hyunin [Omegavers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora