Carly
Los labios de Blake jugaron con los míos en una danza infinita que parecía que nunca iba a acabarse. Mis manos viajaron solas, hasta su cuello y lo atraje más hacia mí, olvidando por completo la discusión que estábamos teniendo.
Él mordió mi labio inferior de manera demandante y empezó a besar y dejar un rastro de lamidas en mi cuello, hasta llegar a mi clavícula.Mi cabeza se hizo ligeramente hacia atrás para darle acceso y recibir sus besos uno a uno, mientras empezaba a sentir un pequeño deseo acumulándose en mi pecho, que cada vez crecía más.
Sus manos fueron hasta la blusa de tirantes que tenía puesta y debido a que me quedaba grande, le fue fácil retirarla. Retiró también mi sostén en un hábil movimiento, para después seguir besándome con rudeza, mientras nuestros suspiros se entremezclaban en la calidez de la habitación.
—Me debes muchas explicaciones... —logré decir entre besos, mientras la parte racional de mi cabeza trataba de volver a tener el control.
—Shh —susurró en mi oído, antes de cargarme y empujarme contra la pared.
«Shh» Un simple gesto bastó para dejar de pensar por algunos minutos y empezar a sentir.
Blake tomó uno de mis pechos, mientras entrelacé mis piernas a su torso, para acercarlo más a mí. Empezó a besarme con lentitud e intensidad, hasta llegar a mi pezón, el cual lamió y mordió un poco.
Apoyé mis manos en su cuello, para mantener el equilibrio, y regresé a besarlo y a demandar sus labios. Pasé mis dedos por las hebras de su cabello mojado, mientras el mío se pegaba de a pocos a mi rostro enrojecido. No había ni siquiera tenido tiempo de usar la secadora.
Tomé su camisa en puños y me deshice de ella, con un poco de dificultad. Deslicé mis manos por su torso desnudo y me sorprendió el dulce aroma que tenía. Mis ojos viajaron en aquel momento, hasta el reloj que se encontraba en la pared. Ya casi eran las nueve de la noche. Un gemido me asaltó en cuanto sentí su miembro en mi entrepierna.
Sus labios besaron una vez más uno de mis pechos, y no pude evitar suspirar, y dejarme llevar por el momento. El cabello húmedo de Blake, me mojaba un poco, y me caían pequeñas gotitas que me causaron cosquillas.
—¿De qué te ríes, eh? —cuestionó agitado.
—¡No me estoy riendo! —traté de excusarme, pero una risa tonta me asaltó de nuevo.
—Te estás riendo —volvió a anunciar ligeramente molesto, pero una sonrisa se colocó en sus labios también.
—¿No te gusta que me ría? —lo reté, de forma juguetona.
—No cuando te estoy besando una teta —río divertido, y me bajó de pronto.
Me dejó sobre el suelo de madera y me di cuenta de que mi pants se había bajado un poco, así que lo subí para cubrirme, de manera instintiva.
—¿Por qué haces eso? De todos modos te lo voy a quitar —bufó, tomándome de la mano.
Me guió hasta la cama y me empujó para quedar sentada.
—Quítate el pantalón.
—Es un pants —lo corregí, divertida y entre risas.
—Solo quítatelo, Carly —Blake río también— Y la ropa interior también.
—¿No que tú me lo ibas a quitar? —pregunté confundida, y fingiendo inocencia.
—Quítatelo, Carly... —sentenció, y yo bufé.
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No preguntes por Aria
RomanceMi nombre es Blake. No soy un chico tierno ni cursi. Soy un chico directo y lo que me gusta lo tomo. Dejé de tener sentimientos hace mucho tiempo, no me interesa relacionarme con nadie. Al menos así pensaba hasta que conocí a una chica rubia en un...