No preguntes por Aria

Capítulo 19

Observé la mirada de horror de mi hermano con mucha curiosidad. Sus manos fueron hasta el cuerpo de Sarah, tratando de cubrir  lo poco que se alcanzaba a ver de su piel desnuda.

—¡Joder, Blake! —exclamó mi hermano— Pensé que llegarías más tarde.

—Pues ya ves que no —dije entre risas que no pude contener.

Sarah me observó molesta.

El imbécil de Steven empezó a buscar su ropa por todas partes, para empezar a vestirse. Le dió unas palabras a Sarah antes de tomarme del brazo y guiarme hasta mi habitación.

Cerró la puerta, e inhaló profundamente antes de dirigirse a mí:

—Necesito que hablemos de algo —dijo.

—Sabia que esa chica no era simplemente tu compañera de trabajo —afirmé emocionado— Se notaba a leguas, ¿Desde cuándo llevan cogiendo?

Steven se paró frente a mí, sin ninguna pizca de gracia en su expresión. Al parecer me estaba pasando de la raya. Ups.

—Sarah y yo tenemos una relación —afirmó.

—Ni si quiera se me pasó por la mente —jugué sarcástico.

Aproveché el momento para empezar a buscar mi toalla e ir a tomar una ducha. Me quité los zapatos y caminé en boxer por mi habitación.

—No te preocupes, hermanito, no me interesa tu vida amorosa —le hice saber, entre risas.

—No esperaba lo contrario.

Caminé hasta la puerta de la ducha que se encontraba al lado de mi habitación. Steven me siguió en todo momento y eso me pareció extraño.

—¿Te vas a meter a la ducha conmigo o algo parecido? —bromeé.

Por alguna razón estaba de muy buen humor esa mañana. No quería admitirlo en ese momento pero quizá se debía al buen sexo que tuve con Carly la noche anterior.

—¿Cuándo tienes tiempo para hablar? —preguntó Steven, bastante serio para congelarme un poco.

—Quizá por la tarde, ¿Pasa algo?

—Bien. Necesito hablar de algo contigo. A las cinco te espero en la cafetería de al lado —dijo, y se alejó.

Me quedé con las palabras en la boca, pero decidí no darle más vueltas al asunto. ¿De qué querría hablar mi hermano? ¿Debía ser algo muy importante?

Con ese pensamiento girando en mi cabeza tomé una ducha tibia que calmó mis músculos agotados. Al salir, el aire me pegó en la cara. Steven ya no se encontraba en casa, así que me permití caminar con mayor libertad a medio vestir por todo el apartamento.

Cuando entré a mi habitación para colocarme una camisa más cómoda, me impresionó ver una caja en mi cama.

No era cualquier caja.

Aquella caja contenía recuerdos de mi pasado. No entendía cómo había llegado hasta ahí. El pecho se me oprimió de la sorpresa, pero me acerqué con cautela.

Había una nota escrita por Steven al lado de la caja.

«Deberías retomar lo que te hacía feliz, hermanito»

Observé la caja con horror. Adentro estaba mi vieja cámara fotográfica y miles de fotos sueltas que nunca me molesté en acomodar, además de tres álbumes de fotos que había armado en mi antiguo trabajo.

El álbum forrado de rojo, de pronto me recordó todo lo que había vivido. Una mezcla de nostalgia y miedo se hizo presente en mi pecho, y no pude evitar dar dos pasos hacia atrás.