CAPÍTULO 2 - DECLARACIÓN FALLIDA

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—Cuanto tiempo, Shigaraki.

Toya miraba a su ex jefe delante de él, tras ese cristal antibalas que los separaba. El pelinegro de ojos rojos sostenía el interfono en su oreja y miraba al Todoroki con una ceja levantada.

—No me llames así, mi nombre es Tenko Shimura.

—Si, si, Tenko, Tenko... ¿Qué quieres? ¿para qué me has llamado tras dos años sin saber de ti?

Tenko arrugó la nariz, no tenía ganas de discutir.

—Dabi...

—No me llamo Dabi —dijo imitando su voz de hacía unos instantes —me llamo Toya Todoroki.

—Está bien —suspiró el pelinegro —Toya, te he llamado porque parte de mi recuperación requiere que hable con un amigo, y ya que Toga no sirve, pues está presa aquí igual que yo, solo me quedas tú.

—¿Desde cuándo somos amigos? —preguntó Toya —además, ¿Qué pasa con Compress y Overhaul? Se que están aquí contigo.

—Bueno, Atushiro fue trasladado a otra prisión y Chisaki... prefiero no hablar con él.

Toya aflojó su ceño, suavizando su mirada, realmente no había rastro de aquel tipo que hacía dos años conoció en aquel bar, no había rastro de Tomura Shigaraki. Suspiró y cerró los ojos, suavizando también su tono.

—¿Y que tengo que hacer?

Tenko lo miró sorprendido, pues por lo poco que había hablado con él, no pensaba que fuese a aceptar tan rápido.

—Solo necesito que seas mi amigo, van a reducir mi condena si entro en el programa de reinserción, y si ingreso en una agencia de héroes, al igual que hiciste tu.

—Ya veo —Toya se pasó unos dedos por la barbilla —¿y a qué agencia quieres ir?

—Me da igual... solo quiero salir de aquí.

—¿Y crees que te aceptarán después de todo lo que hiciste? —preguntó de forma fría Toya mirándole fijamente.

En ese momento la cara de Tenko se retrajo, pues al final era cierto que hace dos años fue uno de los villanos mas peligrosos de Japón, sin contar que estuvo a punto de acabar con todo.

—Y-yo asumiré mi culpa... pe-pero yo no era plenamente dueño de mis actos... el Maestro... All For One me tenía controlado...

—No todo el tiempo... —Toya era duro, pues por culpa de todo eso, él ahora tenía que llevar un maldito moderador que le impedía usar su quirk en toda su potencia. Aunque era muy egoísta pensar que toda la culpa fue de Shigaraki, pues él mismo, como Dabi había actuado por voluntad propia.

—Toya... por favor...

El peliblanco cerró los ojos y suspiró.

—Está bien... seré tu amigo...

Una sonrisa se formó en los labios del pelinegro.

—Muchas gracias... te lo compensaré.

—Mas te vale...



—Kacchan, ¿Dónde vas? —preguntó Izuku, que vio como Katsuki se levantaba de la mesa y se iba con Sero.

—Voy con Sero a por unas bebidas —dio y empujó al pelinegro dentro del establecimiento donde descansaban.

Y una vez fuera de la vista el grupo formado por Izuku, Shoto y Tenya, acercándose al estand de bebidas, Bakugo miró al pelinegro, que agachaba levemente la cabeza, algo raro en él.

—¿Se puede saber que te pasa? —preguntó Katsuki.

—¿A mi...? Nada... —respondió Sero.

—Y una mierda... he visto como miras al cara partida... ¿crees que soy tonto?

—¡¡CALLA!! —Sero tapó la boca de Katsuki con las manos empujándolo sumamente contra una pared —no grites... por favor.

Bakugo se quitó las manos de su amigo de la boca y lo apartó de él, viendo como se había ruborizado por ese comentario.

—Si te gusta díselo, o se te adelantará el gafotas.

—No puedo...

—¿Y eso por qué? —preguntó Bakugo que había abierto el refrigerador de bebidas y había agarrado para todos.

—Porque no creo que Todoroki se fije en mi... además dudo que tenga interés en nadie... sigo su Herogram y nunca le he visto publicar nada de eso... solo publica comida.

Bakugo lo miró como si le estuviese tomando el pelo.

—¿Acaso no sabes que ese esstupido se declaró a MI NOVIO dándole un beso?

—¡¡¡¿QUÉ?!!! —Sero gritó tanto que el dependiente los tuvo que decir que se callasen.

—Si, fue hace dos años y delante de mis narices... además debes recordar todo el lio que hubo con su hermano.

—Si, eso lo sé... pero eso fue porque su hermano le había manipulado ¿no?

—Eso no importa, lo que importa es que al cara partida le gustan los hombres, así que aprovecha.

Sero giró la cabeza para mirar al exterior, donde tenía una visión directa de Shoto, sentado en la mesa, desde su punto de vista su cara brillaba y su atractivo hacían que el chico de pelo negro se ruborizase.

—¿Crees que me aceptará?

—Nunca lo sabrás si no lo intentas.

Minutos después, ambos salieron del establecimiento y se acercaron a la mesa donde todos estaban sentados, aunque la mirada de Bakugo detectó que faltaba alguien.

—¿Dónde está la jefa? —preguntó a Izuku.

—Ha recibido una llamada de Endeavor y se ha ido corriendo, nos ha dicho que esperemos aquí a las órdenes.

—Si, Manual también se ha ido con ella —respondió Tenya mirando a Sero.

Bakugo gruñó y tras repartir las bebidas se sentó al lado de Izuku y lanzó una mirada penetrante a Sero, que dio un respingo al sentir su mirada, y como el rubio movía la cabeza en dirección a Shoto.

Con sudores fríos, Sero tragó saliva, se aclaró un poco la garganta con su bebida y fue a hablar, pero se le adelantaron.

—Todoroki-kun, ¿te gustaría salir algún día? —preguntó Iida. Aquello dejó de piedra al pelinegro que se había quedado con la palabra en la boca, mientras el resto de la mesa alzaba las cejas por esa proposición tan repentina del ex delegado.

—Oh... —Shoto miró al chico de gafas —claro... dime el día y la hora y allí estaré... siempre que no haya trabajo.

—Claro, ya te avisaré —Tenya sonreía y miró al resto de la mesa, dando un sorbo de su bebida.

—Lo siento... tengo que irme... —dijo Sero de golpe y se puso en pie, y sin apenas despedirse, lanzó su cinta y salió de allí por los aires ante la atónita mirada de todos, excepto de Bakugo que gruñó y miró a Shoto, el cual estaba claro que no se había enterado de nada, ni que la propuesta de Iida no era de simplemente salir a pasear.



A cierta distancia, y tras sortear varias capas de agentes de policía y vallas de seguridad, Burnin y Manual contemplaban una manta blanca sobre el suelo, pero que empezaba a teñirse de rojo, donde un bulto del tamaño de una persona resaltaba.

—¿Qué pasa? —preguntó Endeavor que apareció tras todos ellos.

—Jefe, hemos recibido una llamada hace unos momentos de esto.

La mujer de pelo verde señaló a la manta, la cual cada vez se veía mas roja que blanca. Tras reunirse con los otros héroes, y en presencia de Endeavor, el agente encargado destapó la manta, dejando al descubierto el cuerpo de un hombre, que presentaba manchas de color negro en todas las partes de su cuerpo, del cual brotaba sangre sin parar formando un gran charco bajo él.

Explosión Verde 2: El Retorno del Discurso Maldito (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora