CAPÍTULO 19 - SOMOS AMGIOS

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De forma pesada, Toya abrió los ojos, viendo como la luz de la mañana entraba por la ventana entreabierta, aun adormilado pudo recordar con absoluta claridad lo que pasó esa noche, en como aprovechó que le dijo a Tenko que saliese para intimar de forma rápida con Keigo, fueron solo unos tocamientos, pero lo justo para poder ambos acabar sin problema. Recordar la roja cara de Keigo y lo nervioso que parecía le pareció adorable, dio la sensación de ser su primera vez haciendo algo así, pero era obvio que no, pues Keigo y él habían tenido sexo varias veces en el pasado.

Al acabar quiso preguntarle por la falta de su cicatriz y sus alas rojas, pero la repentina prisa de Hawks y su rápida marcha le dejó con la palabra en la boca. También en cuanto Hawks se fue, Tenko entró por la puerta, Toya esperaba que no hubiese oído nada, pero no pudo averiguarlo, pues nada mas entrar el pelinegro agarró un futón y se metió dentro, dándole la espalda al peliblanco. Toya asumió que era el cansancio y las emociones de ese día, por lo que sin decir nada, apagó las luces y se metió en su propio futón para dormir.

Y mientras recordaba eso, echó un vistazo a su lado, donde pudo ver a Tenko, dormido en su futón, se había movido y ahora estaba de cara a él, pudo ver el contorno de sus ojos algo rojos e hinchados, aunque Toya pensó que era por el ambiente seco de la casa, que se los habría irritado.

Toya se levantó, se estiró, y gateando se acercó al futón de su amigo, moviéndole un poco.

—Tenko, despierta, tenemos que ir a trabajar. Hoy nos toca patrullar con la policía...

Tenko se movió sin abrir los ojos y aun dormido agarró uno de los brazos de Toya y tiró de él haciendo que el peliblanco cayese sobre el pelinegro, apoyando una mano al lado de la cabeza de Tenko y la otra sobre su cuerpo, fue entonces cuando el pelinegro abrió los ojos, topándose a escasos centímetros de su cara la de Toya, que lo miraba sorprendido.

El cerebro de Tenko cortocircuitó y su cara se puso totalmente roja, empujando a Toya de él y sentándose, tomando aire de forma pesada, tapándose la boca con un puño sin mirar a Toya.

—¿Se-se-se puede saber que haces? —preguntó Tenko alterado.

—¿Yo? —preguntó Toya levantándose —has sido tú el que me ha tirado encima de ti...

—Eso es mentira...

—Ya si, lo que tu digas... venga, tenemos trabajo.

Tenko empezó a tranquilizarse mientras veía como Toya salía de la habitación, sin poder quitar la rojez de su cara y miraba al suelo.

Esa mañana, Izuku, tras apenas poder dormir, cerraba la puerta del departamento para ir a trabajar, y nada mas pisar la calle, empezó a oir ambulancias y coches de policías, por lo que sin dudarlo y usando el Látigo Negro y Flotar los siguió, avisando por su comunicador a Burnin y Shoto al lugar donde se dirigía.

Mientras volaba por el cielo de la ciudad impulsándose con el látigo, empezó a recibir mensajes tanto de Burnin, como de Shoto, incluso de Endeavor, y parecía que en varios puntos de la ciudad se habían encontrado a personas muertas similares al hombre ensangrentado de hacía unas semanas. Endeavor, desde su despacho avisó a todos los héroes de campo indicándoles ubicaciones, mientras él, avisaba al equipo Burnin de que tomaba el mando y mandaba a la propia Burnin a otra zona, quedando él al mando de Shoto e Izuku.

Al llegar donde le había dicho encontró el cordón policial y a varios oficiales por allí, alejando a los curiosos que se acercaban, en la escena estaba Best Jeanist, acompañado de Momo y de Jiro, al llegar, las chicas se sorprendieron al ver a Izuku, y se saludaron, aunque dejaron las alegrías para otro momento, pues ante ellos estaba el cuerpo ensangrentado de varias personas.

Explosión Verde 2: El Retorno del Discurso Maldito (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora