UNA PARTE DE MI SIN TI // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 27 MI LISA

Lisa se queda a dormir esa noche en casa de Jennie para no estar sola en la suya, pues todo parece indicar que Somi se ha vuelto la compañía incondicional de Jisoo y la pequeña se la pasa en casa de la ingeniera, además de que la chica le ayuda a estudiar para su examen de admisión, para el que falta ya poco tiempo.

La pelinegra sale de la ducha encontrando a su novia sentada en la cama con la computadora en las piernas, sus gafas puestas y su teléfono en sus manos. Ladea la cabeza muy confundida poniéndosele de frente.

—¿Qué haces?

—Respondo algunos correos y hago unos informes que no pude hacer hoy —responde la empresaria dejando el teléfono para empezar a teclear en el ordenador.

—Pero ya no estamos en la empresa.

—Lo sé, pero esto no puede esperar y con la visita de Karla hoy no tuve cabeza para nada, tengo trabajo atrasado también de Parker, tarea y... ¡Oye, trae acá!

Lisa cierra la tapa del computador y la levanta sobre su cabeza cuando Jennie pretende alcanzarla.

—¡Devuélvemelo ahora!

—No vas a trabajar en casa, es momento de relajarse.

—No me puedo relajar teniendo tantos pendientes, devuélveme la computadora o... ¡Ni se te ocurra!

Lisa sostiene el aparato con una sola mano por la ventana amenazando con tirarla al igual que sus gafas.

—No vas a trabajar en casa —repite la pelinegra.

—Se te ha hecho costumbre lanzar mis cosas por la ventana cuando te molestan, ¿también me lanzarás a mí un día cuando te canses? —se pone de pie.

Lisa niega rápidamente con temor y culpa de que su amor la crea capaz de eso.

—Yo no te-te haría daño nunca.

—Devuélveme la computadora, cielo, no trabajaré más, lo prometo —suspira cansada.

La chica la deja sobre el tocador junto al que Jennie también deja su teléfono y sus gafas para ir a abrazar a Lisa. La más alta no deja de pensar en la otra chica tan idéntica a ella moviendo la cabeza con incomodidad al correrle tantas ideas y pensamientos.

—¿Te sientes bien?

Niega.

—¿Quieres hablar?

Niega otra vez.

—¿Quieres...?

—Ella es linda —dice de repente. Jennie la mira extrañada—. Karla, ¿tú crees que ella es linda?

—¿Por qué me preguntas eso?

—¿Es linda?

—Pues sí, supongo, tiene tus genes... ¿En qué contexto exactamente me lo preguntas?

Lisa se aleja unos pasos pensando.

—Ella es... es elegante y educada como tú.

—Ajá.

—Huele lindo como tú.

—¿Cómo es oler lindo?

—Pues como tú —se encoge de hombros como suficiente explicación—. Además puede usar zapatos altos y su ropa es como la-la tuya.

—Supongo, las empresarias solemos vestir casi igual.

—Y ella habla muy raro, pero no-no se enreda al hablar como yo.

Jennie ríe inevitablemente.

—Eso es porque ella es de otro país que se llama Italia.

—Italia está cerca de aquí, ¿verdad?