UNA PARTE DE MI SIN TI // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 7 MÁS HERMOSA QUE ANTES

Lisa se da un baño en casa meditando bajo la regadera lo que hará, cada palabra que le dijo Jisoo en su caminar. Jennie no quiere verla, eso se lo ha dejado muy claro indirectamente, ¿pero por qué la odiará?, ella nunca le hizo nada, no fue mala, todo lo contrario, siempre la amó como a nadie y quiso ser mejor para merecerla, le fue fiel todo el tiempo, ¿será que eso no fue suficiente?

La chica del café se da cuenta en ese momento mientras enjuaga su cabello, que tiene un montón de preguntas atoradas en la garganta, años de preguntas sin responder, ella y Jennie se deben una charla y ya es momento de afrontar las cosas, dará el primer paso por mucho miedo y ansiedad que le genere volver a dirigirse a ella después de no hablar ni verse por todos esos años.

Con Somi fue diferente, al menos durante los siguientes dos años de su partida cuando la pequeña empezó a hacer demasiadas preguntas sobre la relación de Jennie con su hermana, y la bióloga cortó comunicación definitiva; ni siquiera hasta hace días que regresaron de New York la encontró, así que su única compañía es Dominó, a quien saca a pasear de vez en cuando y lo lleva a casa para que no esté solo.

Lisa ni siquiera lo ha intentado, pues no ha salido de su casa o del gimnasio desde que llegaron, en parte por miedo y por no incomodar más la vida de Jennie, pero ese será el día.

La pelinegra va hasta su clóset acomodándose un crop top negro sin mangas que deja ver todos los hermosos y llamativos tatuajes de sus brazos, junto con unos jeans y botas negras que ya se han vuelto parte de su estilo; un delineado no tan prominente y algo de brillo labial, su largo cabello peinado hacia un lado y un poco del perfume que Rosé escogió para ella una vez y que nunca ha dejado de usar.

El plan de Lisa no solo es de responder preguntas, sino de reconquistar al amor de su vida, por eso se ha puesto linda para ella. Ocho años son ocho años y no duda que a pesar de ello, su Jennie se ha de ver incluso más hermosa que antes y ella no será la excepción.

Una vez lista, toma su mochila caminando hacia la salida recibiendo un piropo de su hermana que la hace sonrojar, esta ve la televisión con Dominó a su lado muy concentrado en el documental de casos sin resolver que entretiene a la menor.

—¿A dónde tan guapa?

—Voy a... tengo que hablar con Jennie —comenta nerviosa.

—¿Y eso?

Un encogimiento de hombros es su respuesta.

—Cuando fuiste por Dominó, ¿la viste?

—No —vuelve su atención al televisor.

—O sea que vas y secuestras a su perro cuando se te da la gana y ya, no sabes de nada más.

—Como debe de ser, yo solo voy por Dominó para sacarlo de su encierro al pobre, por nada ni nadie más me interesa saber.

Lisa exhala profundo no tocando el tema de más, sabe que será una pelea fija con su hermana menor, quien no perdona tan fácil a Jennie de haberle hecho daño hace años; ahora siendo más madura y entendiendo mejor las cosas que pasan a su alrededor, no se lo dejará tan fácil a la bióloga para ganarse de nuevo su cariño.

Casa #33 un banco de color blanco afuera de ella. Lisa no olvida esa dirección, así como no olvida a la persona que vive ahí dentro. De pronto siente la tensión revolverle el estómago.

—Hola Jennie, ¿cómo estás? —practica antes de tocar el timbre lo que le dirá.

Niega rápidamente descartando ese saludo.

—Hola Jennie, ¿podemos hablar?

Demasiado directo.

—Jennie, soy Lisa, ¿me recuerdas?