UNA PARTE DE MI SIN TI // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 34 MÍA

Lisa llega de trabajar a mediodía el sábado a terminar de arreglar todo para la sorpresa de Jennie, la cual será en su enorme jardín que podó, limpió y organizó con ayuda de Bambam desde el día anterior hasta muy tarde en la madrugada. Rosé y Jisoo se encargarán de recoger a Jennie, Karla se encargó de enviar varias de sus ricas recetas para la cena y el toque final lo daría ella cocinando e instalando las luces más los pequeños detalles de decoración, está muy emocionada.

La Lasaña es lo que se le hizo más fácil de cocinar sin ayuda, así que ya la tiene en el horno lista esperando a que suene el reloj, por supuesto preparando de más para compartir luego con sus amigas como recompensa por ayudarla.

La manta para el picnic, las luces funcionando perfecto, el regalo sorpresa bien envuelto, el clima precioso (lo más vital), un baño, peinado, maquillaje, sus jeans de bota ancha, sus inseparables converse blancos con plataforma y un croptop ajustado sin mangas exponiendo uno de sus mejores atributos físicos; el cabello lo prefiere suelto cayendo liso sobre su espalda y hombros.

Su ansiedad y TOC la obligan a cerciorarse por enésima vez que todo esté listo y en su lugar poniéndola de los nervios; las manos le sudan y el corazón le late rapidísimo, sobre todo cuando su foto con Jennie se ilumina en la pantalla de su móvil avisando una llamada.

—Jennie —contesta lo más tranquila que puede.

—Mi vida, ¿cómo estás?

—Bien, es-estoy cocinando, ¿tú?

A Lisa no se le da bien mentir, menos a Jennie, así que cada que se ve "obligada" a hacerlo, trata de decir cualquier otra cosa sin importancia que esté haciendo en realidad para compensarlo.

—Bien, cansada, tengo que decirte algo.

—Dime.

—Tendremos que posponer nuestra cita de hoy, debo ir a casa de mis padres para un asunto que debo tratar con papá sobre la empresa y mamá me pidió que pase el día festivo en familia, me temo que no nos veremos hasta el martes.

El corazón de Lisa se estruja con tristeza.

—¿Lisa...?

—Pero-pero lo planeamos hace mucho —refuta tratando de que cambie de opinión.

—Lo sé, tesoro, pero es importante que vaya, ya sabes que mi mamá... lo siento, te lo compensaré.

—¿O sea que no puedes cancelarlo?

—No bebé, lo siento pero no se puede.

—Está bien —respira profundo.

—Te amo.

La respuesta que recibe de su parte es la nada, pues ha colgado a su llamada antes de devolverle el gesto de cariño; no es para menos, esa cita la llevan planeando al menos quince días con fecha y hora y ahora es ella quien ha tenido que cancelarla, nuevamente, por temas de trabajo estúpidos que igual aprovechará para pasar con su familia como prometió en su última visita; no es que se queje por ello, pues la enfermedad de su mamá es impredecible y ella la ama a pesar de todo, quiere estar con ella pero también quiere estar con Lisa y debido al rechazo de su familia hacia la pelinegra, pues tiene que sacar la balanza.

El martes regresando de Hillmorie, compensará a Lisa con algo enorme por dejarla plantada, se lo promete a sí misma antes de sentarse a terminar sus pendientes para salir más temprano y que no le caiga la noche en carretera.

Antes de marcharse trata de llamar a la chica del café, pero su teléfono está apagado y no le llegan los mensajes, cosa que la hace sentir muy culpable y triste. Termina de recoger sus cosas, cuando la puerta de su oficina se abre sospechosamente revelando a sus dos mejores amigas ambas con una sonrisa que no sabe muy bien cómo interpretar.