UNA PARTE DE MI SIN TI // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 43 LA BODA MÁS ESPERADA

Jennie, Somi, Lisa y Rosé terminan de arreglarse en casa de la pelicorta. El vestido de la novia es gigante, de cuento de hadas, pomposo y tan blanco como las plumas de un ángel; un escote en forma de corazón que sugirió Jennie, en corsé perfecto para amoldarse a su cintura a gusto, zapatos altos cerrados en plateado (prenda en la que Lisa difirió por lo incómodos que le resultan); el cabello recogido con algunos mechones sueltos, maquillaje sutil, velo largo que se junta con la cola del vestido y guantes, majestuosa.

—Mi vida, te ves preciosa —halaga Jennie al borde de las lágrimas.

—No vayas a hacerme llorar que se me arruina el maquillaje —ríe Rosé conteniendo sus emociones—. ¿Y Karla?

—Se fue a... ella —aclara su garganta—, ella quería intentar convencer a Jisoo una vez más, fue a su casa.

—Vale, pues... será mejor que nosotras nos adelantemos, mi mamá me va a quemar el teléfono con tantas llamadas y mensajes.

Lisa no puede quitar la vista de lo hermosa que se ve su amiga con aquel vestido de princesa de película (como le hizo saber). Su prometida se ve hermosa también, pero es la primera vez que la pelinegra piensa y siente que nada ni nadie iguala la belleza de Roseanne Park, ese es su día.

Jennie, Lisa, Karla y Somi eligieron vestidos largos rosa palo y zapatos altos con la promesa a Lisa de que en cuanto terminara la ceremonia podría cambiárselos por sus cómodas Nike de color blanco.

La iglesia de Cadsmorie está repleta de invitados y familiares de los novios. En la puerta, Martin recibe a su hermosa hija para hacer la gran entrada. Lisa tiembla de los nervios de la mano de Jennie al ver a toda su familia allí presente, sus hermanos (Jin la saluda con una mano muy sonriente), el abuelo Richard, los padres de Jisoo, Ryujin y Lia y un montón de gente desconocida que se la queda viendo, no solo a ella sino a su hermana gemela, con curiosidad.

—Jennie, tu familia es-está aquí.

—Lo sé, no te preocupes, ¿no querías que te tomara de la mano delante de todos?, pues aquí nos tienes —pica con maldad—. Ahora levanta la mirada y siéntete orgullosa de tu futura esposa porque yo soy la mujer más feliz del mundo por estar compartiendo este hermoso momento junto a ti, fantaseo con todo.

Las damas de honor toman sus posiciones en la primera banca analizando a un muy nervioso Eunwoo vestido de traje azul cobalto muy impecable, todo el tiempo fijándose en el padre, en la puerta, en el público, en sus zapatos, se le ve bastante estresado.

Suena la marcha nupcial y entra Rosé de la mano de su papá encantando los ojos de todos; cámaras profesionales, teléfonos, todo lo que se pueda para captar el espectáculo que están por presenciar. Lisa no borra en ningún momento su sonrisa y su emoción por estar haciendo parte de esa fantasía vuelta realidad, por un momento, imaginando a su bella Jennie en uno de esos vestidos caminando a su encuentro, seguro estaría igual o peor que Eunwoo al verla tan perfecta. Jennie parece estar pensando lo mismo, pues voltea a ver a Lisa con una sonrisa encantada entrelazando sus manos como gesto suficiente para entender que han tenido el mismo sueño.

De ceremonias matrimoniales yo no sé mucho, solo que es un protocolo inmenso que no cabe especificar en esta historia, más que para decirles que todo se llevó a cabo sin contratiempos de ningún tipo. El padre dio su bendición, siguió su guion al pie de la letra santificando la unión, los anillos, la pareja, la familia, etc. Ahora a lo que nos concierne, el último paso: Las palabras de los novios.

—Eunwoo, te conocí en uno de los momentos más oscuros de mi vida, cuando perdí la fe en todo y estaba tirada entre los escombros de mi mundo hecho trizas —sostiene su mano y el anillo listo para ponérselo—. Gracias por ayudarme a levantar de las ruinas y ya nunca más soltarme, por caminar junto a mí, ser un guerrero a mi lado, por ser mi hombro y mi mano derecha en todo, mi mejor amigo, mi amor... la bendición de convertirme en tu esposa es la más grande —llora—, espero seguir siendo la mujer de tu vida y que me sigas eligiendo siempre.