Capítulo 28. Raúl.

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Después de casi perder a Ainhoa para siempre, me había dado cuenta de que estaba enamorado de Ainhoa incondicional e irrebocablemente y estaria dispuesto a hacer cualquier cosa por ella. Me sentia feliz de que por fin hubiese aceptado ir a terapia, desde que la comenzo, la cosas entre nosotros habían mejorado mucho.
Ainhoa comenzaba a ser de nuevo la persona que era cuando la conoci. Echaba tanto de menos estar con ella... Pero me bastaba con poder tocarla sin que me rehusara. Lo cierto era que en las últimas semanas no pasabamos mucho tiempo juntos. Yo me pasaba el día en el gym entrenando para el campeonato y ella aún seguia de baja, por lo que estaba en casa todo el día sola, cosa que no me gustaba, pero no podia hacer nada. Intentaba ir a comer cada día con ella, para al menos pasar ese rato juntos y que no estuviera sola todo el día.
Desde que empezamos a dormir juntos de nuevo, no había vuelto a tener pesadillas. Se había marchado el fin de semana a Sevilla. Rubén le había recomendado ver y hablar con su madre si queria superar lo que había vivido. Respete su decisión de viajar sola. Me habria encantado acompañarla, estar con ella en unos momentos que sabia iban a ser duros.
La lleve hasta la estación de autobuses. Me odiaba por no ser capaz de llevarla en coche hasta Sevilla, pero aún era algo que no había superado... Me despedi de ella sin saber muy bien cuanto tiempo iba a estar fuera y cuando iba a volver. Se me hizo raro volver a casa y encontrarla vacia.
Me desperte por la mañana y lo primero que hice fue mandarle un mensaje de buenos dias.
Buenos dias pequeña. Espero que vaya bien. No olvides que te quiero. Te echo de menos.
Pase el día en el gym entrenando. Cuando sali, mire el móvil y vi que no tenia ningun mensaje ni llamada de Ainhoa. Me tenia preocupado, no era algo normal en ella. Habiamos hablado el día anterior, me había dicho que había quedado con su madre al día siguiente por la tarde. No me lo pense y la llame. Contesto al tercer tono sin decir nada.
-Hola, pequeña. ¿qué tal? - le dije.
-Raúl... - logró decir entre sollozos. Me alarmo al instante.
-Ainhoa, ¿qué pasa? ¿estás bien?. - Tardó unos segundos en contestar.
-Ya esta echo, Raúl.. se acabo.. se acabo para siempre...
-Qué pasa Ainhoa, no estoy entendiendo nada... - No dijo nada. Solo podia oirla llorar atraves del teléfono. -Ainhoa, por favor, dime algo...
En ese momento se colgó. Me quede mirando la pantalla del móvil, aturdido. Volvi a llamarla. Apagado. Lo intente de nuevo una vez más. Nada. No podia creerlo. Sabia que tenia que haber ido con ella...
Llegue a mi apartamento, solte la bolsa de deporte que llevaba y comence a dar vueltas por todo el apartamento sin sentido. No entendia nada de lo que estaba pasando... ¿A que se referia con que se había acabado para siempre? Volvi a llamarla de nuevo. Nada, apagado. No me podia creer que esto estuviera pasando... ¿y si lo que había dicho Rubén se estaba cumpliendo? ¿Y si Ainhoa se había dado cuenta de que lo que sentia por mi no era amor?. Me volvi loco.
Fui hasta mi habitación. Cogi una mochila y meti en ella algo de ropa y algunas cosas de aseo. Cogi las llaves del coche y sali de mi apartamento. Me monte en el coche y puse dirección a Sevilla. Me temblaban las manos en el volante, sentia que las piernas me flaqueaban... Me pare en el arcén, respire hondo. Podia hacerlo, iba a hacerlo, por ella.... Arranque de nuevo y volví a incoporarme a la carretera.
Llegue a Sevilla dos horas después. Pare en una gasolinera. Llamé de nuevo a Ainhoa. Nada, seguia apagado. ¡Joder!, no tenía como localizarla... Llame a Iván que lo cogio al segundo tono.
-¿Qué pasa bro?.
-Iván, tio, necesito que me ayudes.
-¿Qué pasa Raúl?.
-¿Puedes darme el número de Rebeca? Necesito hablar con ella...
-Claro, ¿pero que pasa? ¿Ainhoa esta bien?.
-Espero que si. Bro ahora mismo no puedo contarte nada.
-Está bien, está bien, enseguida te lo mando.
-Gracias bro.
Colge la llamada y enseguida me llego el mensaje de Iván con el número de Rebeca. La llame enseguida. -¿Si?.
-¿Rebeca? soy Raúl.
-Raúl... - Dijo algo desconcertada. Dime, ¿qué pasa?.
-¿Estás con Ainhoa? - le pregunte rezando por que asi fuera.
-No. comi con ella, pero luego había quedado con su madre...
-Si ,lo sé. Necesito que me des la dirección de su casa, por favor.

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