Había venido a casa de Iván aprovechando que Ainhoa estaba haciendo las prácticas de conducir. Me habia ofrecido a enseñarla y la cierto era que me habia soprendido. Me parecia admirable la capacidad de aprendizaje que tenia. Su mayor problema era su inseguridad consigo misma, pero una vez que dejaba eso a un lado, podia conseguir todo lo que se propusiera.
La tarde que pasamos en Bolonia fue espectacular. Hacer el amor con ella en esa playa, entre sus dunas, habia sido simplemente maravilloso. Estar con ella lo era.
Tenia que reconocer que estaba terriblemente celoso de su profesor de autoescuela. Ella parecia seguir sin darse cuenta de lo irresistible que resultaba para el sexo masculino. Era demasiado inocente en ese aspecto y quizás fuese precisamente esa inocencia la que la hacía tan especial.
-¿Te has cortado el pelo bro? - Dijo Iván sacándome de mis pensamientos. -Me lo ha cortado Ainhoa. - le dije.
-¿En serio? Esta niña es una caja de sorpresas...
-Si que lo es....
Iván se me quedo mirando unos segundos, me conocia demasiado bien. -¿Qué pasa? - Pregunto al fin.
-Nada...
-Raúl...
-Tio. No soporto a su profesor de autoescuela, no sabes como se comporta con ella...
-¿Ya estamos otra vez tio? Pensaba que después de lo de Mario, te tomarias las cosas con más calma...
-Ya lo se bro, y te juro que lo intento, pero es que... Ainhoa no se da cuenta tio.
-Raúl, si sigues intentandola proteger de todo, nunca se dara cuenta de nada... Tienes que dejar que sea ella quien vea las cosas por si misma.
-Pero es que...
-Es una niña, Raúl. - Dijo sin dejarme terminar la frase. - Con el tiempo ira descubriendo como son las cosas... El concepto que tiene sobre el sexo masculino eres tú, basicamente, para bien y para mal. Dejala ver que no todos somos tan perfectos como tú. - Dijo riendo.
Como siempre tenia razón. No podia meter a Ainhoa en una burbuja, pero me costaba mucho controlar esa parte de mi que queria protegerla de todo.
-Bueno, y tu con Rebeca que. - dije cambiando de tema.
-Pues muy buen tio. Aún que cada vez llevo peor estar lejos de ella.
-¿Porqué no le pides que se venga a vivir contigo?.
-No lo se, bro. Me parece pedirle demasiado que lo deje todo por mi...
-¿Lo harias tu por ella?. - Se quedo pensando unos minutos, después dijo:
-Lo haria. Pero aqui tengo mi negocio y...
-Iván. No te estoy pidiendo que lo hagas, solo que si de verdad quereis estar juntos, hagais algo para estarlo. No siempre se puede tener todo, a veces... a veces hay que renunciar a ciertas cosas.
-Que bien se te da dar consejos. Ojalá se te diera igual de bien ponerlos en práctica... - Eso habia sido un golpe bajo, pero tenia razón.
Me sono el teléfono móvil, era un mensaje de Ainhoa.
Acabo de llegar a casa. ¿te espero para cenar?.
-Que te den. - dije mientras me levantaba del sofá. -Me voy a casa.
-Nos vemos bro. - Chocamos las manos y puse rumbo a mi apartamento.
Cuando llegue, Ainhoa estaba en la cocina preparando la cena. Estaba de espaldas y llevaba una de esas camisetas que dejaban al descubierto sus bonitas piernas. Me acerque hasta ella, agarrándola por la cintura desde atrás.
-Hola pequeña.
-Hola amor. ¿Tienes hambre?.
-Mucha. - dije mientras le apartaba el pelo hacia atrás, dejando su cuello libre para poder besarlo.
-Raúl... - dijo inclinando su cabeza hacia atrás y apoyandola en mi pecho mientras cerraba los ojos y se dejaba hacer.
-Esta noche mi cena eres tú.
La gire, poniéndola de cara frente a mi. Paso los brazos por enicma de mi cuello mientras nuestras bocas se encontraban en un beso húmedo. Enredeo sus manos en mi pelo a la altura de la nuca y tiro suavemente de él. Cómo me ponia eso.
La levante, agarrándola de la cintura y la sente en la encimera de la cocina. Ella abrio sus piernas para recibirme. Me coloque entre ellas mientras le subia la camiseta hasta quitarsela, tirandola a un lado en el suelo.
Enterre mi cara entre sus pechos mientras los masajeaba con mis manos. Me agarro de la cara, haciendome subir. Nos miramos durante unos segundos, sus ojos brillaban de excitación.
Metio sus manos por debajo de mi camiseta, acariciando con ellas los costados mi cuerpo muy lentamente y haciéndome estremecer. Me quito la camiseta, tirandola junto a la suya. Bajo de la encimera colocandose frente a mi. Busco la cuerda de mis pantoles de deporte con sus manos, quitando el nudo que las sujetaba y metio las manos por la cinturilla de estos, deslizandolos hacia abajo hasta hacerlos caer a mis pies. Paso su manos por mis boxers acariciando mi erreción.
Metio las manos por la cinturilla, quitándomelos también. Hice lo mismo con sus braguitas, quedando ambos desnudos.
Contemple su cuerpo desnudo, su piel suave erizada por nuestro contacto, sus pezones duros, ella me recorria con la mirada también. Nuestros miradas volvieron a encontrarse. Acerque mis manos hasta su rostros, acariciendola mientras ella llevaba las suyas hasta mi cintura y subia por mis costados hasta llegar a mi pecho.
-Te quiero. - dije atrayéndola hacia mi y bensándola de nuevo en los labios. Lleve mis manos hasta su bonito culo para alzarla de nuevo.
Enrosco sus piernas a mi cintura y la deposite de nuevo en la encimera de la cocina. Pase de su boca a su cuello para seguir bajando hasta llegar de nuevo a sus pechos. Abri aún más sus piernas con mis manos, abriendome paso para colocarme de rodillas. La acerque más al borde, ella se inclino levemente hacia atrás, apoyando una de sus manos en la encimera, mientras llevaba la otra a mi cabeza. Me hundi en ella, pasando mi lengua por su sexo humedo. ¡Dios! estaba empapada.
Lami, succione, e introduje uno de mis dedos en su interior. Comence a moverlo mientras con mi lengua dibujaba circulos en su clitoris. Tiro de mi pelo, empujándome más hacia su interior. Introduje otro de mis dedos mientras succionaba haciendo que se corriera.
Sentir su orgasmo hizo temblar a mi polla. Me incorpore rápidamente. Agarre mi polla con una de mis manos, colocandola en su entrada, deslizandola arriba y abajo para impregnarla con su humedad y la penetre de una envestida. Ainhoa gimio de placer mientras buscaba nuevamente mi boca.
Nuestras lenguas se enredaron la una contra la otra mientras seguia penetrándola. Sus piernas alrededor de mi cintura, sus brazos alrededor de mi cuello, me tenia totalmente atrapado.
La baje de la encimera saliendo de ella. La gire de un movimiento rápido, colocándola de espaldas. Coloque una de mis manos en su nuca y la otra en su cintura, haciendo que se inclinara hacia delante, apoyando su cara y sus pechos en la encimera. Segui inmovilizandola asi mientras volvi apenetrarla con fuerza.
Aumente el ritmo de mis caderas de forma considerable, Ainhoa metio uno de mis dedos en su boca, chupándolo y haciéndome enloquecer de placer. La agarre por el pelo, tirando de él y haciendo que levantara la cabeza levemente y aumentando el ritmo de mis embestidas hasta vaciarme en ella.
Terminamos juntos de preparar la cena y cenamos en la pequeña mesa del salón. Encendi una vela, colocándola en el centro y nos sentamos en el suelo uno frente al otro.
-¿Qué se cuenta Iván?.
-Esta rallado por Rebeca... - Ainhoa puso cara de sorpresa.
-Pero.. ¿y eso? ¿si estaban bien no?.
-Si, si. Es solo que Iván lleva cada vez peor estar lejos de ella...
-Rebeca esta igual eh. No entiendo porque no se van a vivir juntos...
-Eso mismo le he dicho yo.
Continuamos cenando, al terminar dejamos los platos en la mesa y nos tumbamos en el sofá, abrazados. -¿Que tal fueron las prácticas hoy?.
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Un viaje inesperado.
RomanceUn viaje inesperado nos sumerge en un relato apasionante y emotivo sobre la búsqueda personal, el amor y la redención. La historia comienza con Ainhoa, una joven decidida a huir de un entorno familiar opresivo en busca de una vida mejor. Sin un dest...