Capitulo 3. Ainhoa.

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Llego mi autobus, el tiempo se me paso volando hablando con Raúl. Me ayudo con la maleta y tomamos nuestros asientos, estaban numerados y ovbiamente no nos tocaba ir juntos, pero por suerte habia varios lugares libres y no hubo problema en ello. La verdad era que agradecia haberme encontrado con ese chico, la idea de viajar sola, de noche y a un lugar totalemte desconocido para mi, si saber donde iba a dormir esa noche, no era algo que me apasionara especialemente. Si, lo se, estaba viajando con un tio del que solo sabia su nombre, pero habia algo en el que desde el minuto uno me dio confianza. No se si estaba en un momento de mi vida demasiado vulnerable o si de verdad ese chico era de fiar, pero en cual quier caso no me quedaba mas remedio que fiarme de el. Tenia casi tres horas de viaje para poder conocerlo mas. Cada vez que lo miraba a los ojos algo dentro de mi se removia, era demasiado guapo para ser real, sus ojos eran de un verde esmeralda que resaltaba con su pelo negro y su piel bronceada. Tenia miedo de que me preguntase la razon de mi viaje, tendria que contarle lo que habia pasado y eso supondria hablar de mi familia y de cosas del pasado que queria olvidar y que no estaba preparada para contar y menos a un desconocido, asi que me apresure en hablar para saber de el y asi evitar que hablaramos sobre mi.
- Eres de tarifa? pregunte
-No, soy de Sevilla pero me mude hace unos años para estudiar y al final me enamore de sus playas y del surf y me quede, dijo.
Surfero, la verdad es que le pegaba bastante. Tenia bastante curiosidad por saber que estudia un surfero, la idea que tengo de ellos es mas bien la de espiritus libres que se pasan el dia surfeando la ola.
- Que guay, dije, y que estudias?
-Estudiaba, me corrigio, hace un año termine la carrera de ciencias de la actividad fisica y el deporte y ahora trabajo en un gimnasio donde imparto clases de boxeo ademas de entrenar, lo practico de manera profesional.
-Eres boxeador? dije sorprendida, la verdad no me lo esperaba para nada.
-Si, bueno, al menos eso intento, dijo mientras sonreia. ¿A ti te gusta el boxeo? me pregunto.
-Los deportes en general no son lo mio la verdad, dije siendo sincera y algo avergonzada. El se echo a reir para despues preguntarme
-Y que es lo tuyo, pequeña? dijo mirandome a los ojos
¿Que habia sido eso? escuchar como me llamaba pequeña hizo que me estremeciera, nunca nadie me habia llamado asi, mi experiencia con los hombre no habia sido muy buena y Raúl parecia tan tierno... solo lo conocia de unas horas pero cada vez me sentia mas agusto con el.
-Supongo que los libros, dije cuando fui capaz de responder, bajando la mirada y apartandola de sus ojos, esos ojos que empezaban a hipnotizarme.
-Estudias, trabajas? cuantame algo mas de ti, no paro de hablar de mi y ni si quiera se que edad tienes o porque vas a tarifa, dijo.
Mierda, ahi estaba la pregunta, intente desviar su atención
- Diecinueve, dije, aun que tu tampoco me has dicho la tuya, conteste para picarlo un poco - y no, no estudio, lo tuve que dejar, dije, esperando que esa respuesta no le creara demasiada curiosidad sobre porque habia dejado los estudios, de ser asi no sabia que iba a decirle, no queria mentirle, pero tampoco podia contarle la verdad, - aun que me gustaria poder retomarlo mientras me gano la vida como peluquera, continue diciendo. Raúl se echo a reir, tenia una risa varonil que me encanto
-tienes razon, pequeña, no te he dicho mi edad. Tengo veinticuatro, dijo -asi que eres peluquera, continuo, no se que estaras pensado de mi pelo, quizas puedas tu hacer algo con el, dijo mientras se los revolvia y reia de nuevo.
me acerque para peinarle un poco con mis manos, tenia el pelo suave, no llevaba fijador ni nada y olia increiblemete bien,
-A mi me gusta como esta, dije, no te haria nada, mientra apartaba mis manos de su pelo y me alejaba de el, no me habia dado cuenta de cuanto me habia acercado hasta ese momento, con su mano me agarro de la barbilla, impidiendo asi que pudiera separarme de el, dios, que bien olia... baje la mirada avergonzada, pero con su mano alzo mi cara y me obligo a mirarlo de nuevo, sus ojos verdes me miraban con intensidad, permanecio unos segundos observandome, tan cerca que podia notar su respiracion en mi cara, estaba tan perdida en esos ojos verdes que me sobresalte cuando escuche su voz susurrarne a pocos centrimetros de mi cara
-de lejos no se aprecia el color de tus ojos, pequeña, son preciosos
Otra vez, me habia vuelto a llamar pequeña, con esa voz casi en un susurro, tan cerca de mi, me costo unos segundo darme cuenta que habia dejado de respirar, me aparte intentando no ser brusca, no queria que pensara que me habian molestado sus palabras o su cercania, tan solo necesitaba tomar distacia para reponerme de lo que ese chico estaba provocando en mi.
-Gracias, fue lo unico que alcance a decir en aquel momento, son un poco raros, nunca se muy bien de color son, si verdes o marrones, dije sonriendo.
-Son preciosos, repitio, no intentes etiquetarlos en un color porque son unicos, nunca habia visto a nadie con unos ojos como los tuyos...
No supe muy bien que decir, me sentia abrumada por un monton de sensaciones nuevas que en ese momento no era capaz de catalogar y menos con el a mi lado. Se hizo el silencio entre nosotros, pero no fue un silencio incomodo. Su telefono empezo sonar, agradeci aquel tiempo mientras el atendia la llamada. No me moleste en escuchar con quien hablaba, aproveche para sacar mi movil tenia que buscar un sitio donde quedarme a pasar la noche asi que empece a bucar por internet alojamientos que estuvieran cerca de la estacion donde me dejaria el autobus y que no fuesen demasiado caro. Estaba tan concentrada buscando y agobiada a la vez porque no encontraba nada que me cuadrara con lo que busaba y me podia permitir que no me di cuenta cuando Raúl colgo el telefono y me sobresalte al escuchar su voz
-Eres muy graciosa cuando te concentras, pones morritos y te sale una arruga justo aqui, dijo, mientras llevaba uno de sus finos y largos dedos hasta la parte superior de mi boca y acariciaba mi labio. El contacto de su dedo hizo correr de nuevo la electricidad por mi todo mi cuerpo, no sabia que decir, su contacto me dejaba literalmente sin palabras. Paso a acariciarme la mejilla y mientras me sujetaba la cara me dijo
-Pareces cansada. Y asi era, la verdad es que lo estaba despues de todo lo que habia pasado, ademas llevaba todo el dia sin comer y empezaba a tener hambre.
-La verdad es que si, dije, mientras me abrazaba a mi misma frotandome los brazos, tenia frio, el aire acondicionado del autobus estaba muy fuerte y yo solo llebava un vestido ligero y una sandalias.
-tienes frio, dijo el dandose cuenta. -no llevo nada de ropa de abrigo que te pueda dejar, pero ven, me acerco hasta el quitando el reposabrazos que habia entre los dos y pasando su brazo por mi cintura hasta tenerme pegada a el. -espero que sirva, dijo sonriendo, -descansa un poco anda, y apoyo su barbilla en mi cabeza haciendo asi que me recostara sobre el. me senti tan a gusto en aquellos brazos... era calido y olia tan bien... notaba sus musculos a traves de la ropa. Era dificil de explicar como podia sentirme tan a gusto y segura con alguien que acababa de concer hacia solo unas horas. El acariciaba mi pelo con sus suaves manos. No se en que momento me quede dormida...

Un viaje inesperado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora