Capítulo 34. Raúl.

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Aún no podia creerme que fuese campeón de Andalucía de peso medio. Habia sido un combate duro, con doce asaltos en los que fui llevado al limite de mis fuerzas, pero lo habia conseguido y me sentia orgulloso de ello.
Habia discutido con Claudio dias antes del combate. Nunca habia tenido ningún problema con él ni en su forma de hacer las cosas, pero ahora las cosas habian cambiado. Para mi era importante que Ainhoa estuviera conmigo en estos momentos y él se empeñaba en que no fuera asi. Por esta vez lo habia dejado pasar, pero tenia claro que no voloveria a pasar. Si queria que siguiera con él, tendria que aceptar hacer las cosas a mi manera y eso implicaba que Ainhoa pudiera estar conmigo como si fuera parte del equipo.
A pesar de que este combate habia sido más duro que el anterior, me sentia mejor y me estaba costando mucho menos recuperarme de los golpes que habia recibido.
Ainhoa habia echo un trabajo espectacular. Se habia ercargado ella sola de preparar todo para la celebración de la velada, que se habia realizado en nuestro gimnasio. Me sentia muy orgulloso de ella, pero llevaba dias en los que la notaba diferente, preocupada. Sabia cuánto le afectaba verme pelear, pero también sabia que habia algo más.
Después de la pelea parecio relajarse, pero aún asi no conseguia estar bien del todo, incluso habia vuelto a tener pesadillas, cosa que habia dejado de pasar desde hacia meses. Lo que más odiaba era que me dijera que estaba bien, cuándo era más que evidente que no era asi. Finalmente me confeso que lo que la tenia asi era el juicio que teniamos pendiente por la paliza que le di a Sergio cuando intento abusar de ella.
Intentaba quitarle importancia al asunto, aparentar seguridad porque sabia que era lo que ella necesitaba, pero lo cierto era que también sentia miedo de lo que pudiera pasarme. Si me declaraban, culpable tendria que olvidarme de mi carrera como boxeador, pues además de perder todo lo que habia conseguido hasta ahora, también perderia la licencia. Lo peor de todo es que podria acabar incluso en la cárcel...
Me desperte al notar que Ainhoa no estaba junto a mi en la cama. Me levante y fui a buscarla. Después de comprobar que no se encontraba en el baño ni en la cocina, solo habia un lugar de la casa dónde podria estar, en la terraza. Desde que Ainhoa habia estado en mi apartamento por primera vez, habia sentido algo especial con ese lugar.
Sali al frio de la terraza. Ella estaba apoyada en la barandilla, mirando el amanecer que empezar a despuntar en el horizonte. Me acerque a ella abrazándola desde atras.
-¿Qué haces aqui pequeña? vas acoger frio. - dije.
-No podia dormir.
-Ya lo he notado...
-Lo siento. - dijo sonriendo mientras se volvia hacia a mi. -No te precoupes. Anda, vayamos dentro.
Prepare el desayuno para ambos. Ainhoa comia en silencio, sabia que no estaba bien. -Odio verte asi. - le dije.

-Estoy bien de verdad.
-No hagas eso.
-¿Hacer que? - dijo sin entenderrme.
-Hacer como que estás bien cuando es más que evidente que no lo estás.
Después de confesarme como se sentia, volvi a aparentar seguridad para que confiara en que todo saldria bien. Ainhoa era una persona extremadamemte sensible e insegura, siempre se sentia culpable por todo lo que pasaba a su alrededor. Entendia que después de todo lo que habia tenido que vivir, era algo que formaba parte de su personalidad, siempre habia sentido una necesidad inexplicable de protegerla de todo cuanto la rodeaba, pero a veces, deseaba que ella no tuviera la necesidad de que fuese asi. Habia momentos hasta en los que yo me volvia debil y este era uno de ellos.
Iván llego al apartamento, habia prometido acompañarnos al juicio. El queria declarar, pero el abogado confiaba en que no hiciera falta. Salimos a la terraza mientras esperabamos que Ainhoa terminara de prepararse para irnos.
-¿Cómo estás bro?.
-¿La verdad? nervioso. No paro de pensar en que voy hacer si las cosas salen mal....
-Eh, eh, venga tio, eso no va a pasar, todo ira bien.
-Eso espero... ya no solo por mi, si no por Ainhoa.
-¿Cómo está?.
-Mal. Lleva dias con pesadilla, apenas duerme... intento hacerme el fuerte delante de ella, pero... -No debe ser facil. - dijo.
-No lo es, no voy a mentirte. A veces odio que tenga esa dependecia de mi.
-Os habeis reconstruido el uno al otro y ahora sois solo uno.
-Lo sé, y me encanta que sea asi, pero tambien necesito que ella sea feliz sin mi.
Nos quedamos en silencio unos minutos.
-Oye Iván...
-Dime.
-Necesito que me prometas algo.
-Claro, lo que necesites.
-Si... si las cosas hoy no salen como espero....
-Bro, todo va a salir bien. - dijo interrumpiéndome.
-Bueno, pero si no, prometeme que cuidaras de ella. no la dejes sola....
-No lo hare, sabes que la quiero.
Nos dimos un abrazo y entramos de nuevo al apartamento. Ainhoa se reunio con nosotros en el salón mientras Iván la levantaba del suelo saludándola.

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