Capítulo 7: la convivencia diaria

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Ushko despertó tarde ese día. Fue a la cocina y desde la puerta, mientras se frotaba los ojos con cara de sueño todavía, vio a masacrik preparando el desayuno. Las pesadillas se habían ido, y él volvía a ser el mismo de siempre; masacrik en todo su esplendor.

—¡Ah ushko, buenos días! Ven, siéntate.— él estaba de buen humor otra vez, qué bueno; cuando masacrik despierta tan de buen humor, eso es un presagio de que será una linda mañana. La vida es mejor cuando él sonríe.

Ushko obedeció con una sonrisa su orden y tomó asiento. Es lindo que massacrik cocine, aunque mayormente hace un desastre, pero de todas formas se ve muy lindo en delantal, a pensar de ella, y lo usa así esté preparando las comidas más simples, pero lo hace feliz jugar a ser cocinero, y a ella le hace feliz que él sonría, así que no hay nada más que decir. Cualquier otra persona diría "no hace falta que te pongas delantal para preparar avena" pero, ushko nunca se opondrá a los deseos de masacrik, nunca le llevará la contraria; su mayor realización y gozo en la vida es estar de acuerdo con él, porque eso lo mantiene contento, y a ella en paz, consecuentemente.

Cuando ella se sentó, él puso frente suyo un tazón con avena y unas moras al lado; luego le acarició la cabeza y fue a buscar su tazón para sentarse también.

Esto es lindo, días así son los mejores. Ushko desea que sea así siempre, que él siempre esté con ella y le dé atención. Pobrecita, ella conserva la fé y la esperanza de que, algún día, pueda ser plenamente feliz con alguien como él.

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Tener el periodo es horriblemente doloroso, incómodo y penoso. Cuando ushko está en estos días en ocasiones este dolor se vuelve insoportable, debe quedarse en cama y tener mucho cuidado al sentarse y al vestirse para procurar no manchar nada. Es, en palabras simples, traumático. Claro que, con las "modificaciones y mejoras" que masacrik hizo en ella, pudo haber sacado sus ovarios y evitarse la molestia de tener que convivir con su sangre y sus olores durante estos días, además de explicarle porqué sangra e intentar adivinar e improvisar una lista de "rituales" que ella tendría que hacer durante este periodo, es más, aún puede hacerlo, ¿Por qué no? Pues, básicamente la razón es porque no le interesa hacer eso, estos días son un deleite para él; ushko siente dolores terribles, se retuerce y se queja con gritos ahogados, llora y clama, y él solo tiene que sentarse y disfrutar de cómo ella pasa por esta agonía sin que él tenga que mover un solo dedo para hacerla sufrir, su cuerpo hace todo el trabajo solo; solamente a veces, cuando ve que el dolor está pasando, interfiere, presionando su estómago y hundiéndolo hasta donde pueda, para asegurarse de prolongar su sufrir y que así el espectáculo no acabe aún.

A veces ushko lo mira desde su posición, con los ojos llenos de lágrimas y abrazando y mordiendo su almohada, con una mirada suplicante como si con sus ojos le dijera "por favor haz algo", pero el solo la mira parado a un lado de su cama, sonriendo de forma altanera y burlona con todos los dientes y con los brazos a su espalda, sin mover ni un músculo, si la vida ha decidido ser tan cruel, ¿Por qué tendría él que ser clemente? A todos nos toca cargar una cruz, a todos nos toca pasar por un grado de sufrimiento distinto, y a él no le interesa ayudar a otros a llevar el suyo. Vaya idiota, sí hubieras sido una persona distinta, si hubieras decidido ser más maduro, utilizaría tus malas experiencias como el motor que te impulse a querer ayudar a otros, pero simplemente, y aquí entre nos, es que esto le parece más divertido, y no es tanto eso, sino que es lo único que sabe hacer, es lo único que conoce, además, le parece que cambiar al mundo es mucho trabajo, y prefiere dejárselo a alguien más.

Volviendo a la historia, no es hasta que ve que ella empieza a vomitar a causa del puro dolor, cuando finalmente decide darle una pastilla para aliviarla, y, si el malestar persiste, entonces empieza a cuidarla con dedicación, poniéndole compresas, secando su frente si llegó a sudar mucho, e incluso se acuesta a lu lado y empieza a frotar partes de su cuerpo como su estómago, sus brazos y sus mejillas y, si tienen en ese momento, le lleva todos los chocolates y otras cosas dulces que tengan y los esparce en la cama para que ella los consuma como quiera, y entonces, cuando por fin todo pasa, sale de su habitación y la deja dormir. Esta "costumbre de las mujeres" la imposibilita de varias maneras y minoriza su utilidad para distintas tareas en la casa con las que normalmente le ayuda y sirve, pero vale la pena, definitivamente lo vale.

La vida en psiconía (Pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora