Capítulo 14: contacto físico

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Masacrik recuerda muy bien el día en que Ushko despertó; luego de varios días trabajando en ella y luego dejando que la anestesia pasara, y echándole un ojo constantemente y con ansias esperando al momento en que al fin abriera los ojos. Cuando por fin empezó a hacerlo, por su cuerpo empezó a correr una combinación de emociones: alegría, adrenalina, tal vez un poco de sorpresa, y otras que no sabría bien identificar; quería salir corriendo pero a la vez estaba inmóvil, sus ojos brillaron al ver que ella empezaba a abrir los suyos, desorientada y tratando de enfocar su mirada.

Enseguida empezó a quitar todos los cables y tubos que la obstruían, pero antes de levantarla le vino el pensamiento de que, ¿Qué tal si ella intentaba escapar? ¿Qué tal si se ponía agresiva cuando entrara en razón y recordara todo? Para evitar esto, fue corriendo y tomó unas cuerdas para atar sus piernas y brazos. Mientras él la ataba ella emitía sonidos de incomodidad y sorpresa, no sabía lo que estaba pasando ni dónde estaba. Él esperaba que tal vez empezara a pelear, a forcejear con él e insultarlo, pero lo más parecido a esto que recibió fueron esos sonidos de "ah, mn" que hacía cuando la movía o cuando apretaba las cuerdas; su pérdida de memoria fue un feliz descubrimiento del que se dió cuenta después.

Una vez que estuvo seguro de haberla inmovilizado, entonces la sentó y la pegó a su pecho, abrazándola felizmente, mientras intentaba calmarla diciendo que todo estaría bien ahora, pero tal vez esto lo decía más para sí mismo. Luego le puso el collar que había escogido para ella (rojo por supuesto) y se agachó acercando su cara a la suya pasando su pulgar por su mejilla. -qué linda eres- dijo sonriendo y mirando sus facciones fijamente.

Ella lo miraba, quería saber qué estaba pasando, quería entender todo esto, quería preguntar, pero no sabía cómo hacerlo, así que solo podía emitir sonidos ahogados que salían desde lo profundo de su garganta; era como escuchar a un mudo. Esto terminó por frustrarla; entre el miedo, la desesperación por no poder expresarse y el dolor por las ataduras, no supo qué más hacer más que ponerse a llorar.

Esto lo alertó y lo espantó, sus ojos se abrieron mucho y su boca formó una línea recta-¿Ushko? ¿Qué te pasa? -Ella seguía llorando y él no supo qué hacer; ahora él estaba entrando en pánico; solo se le ocurrió volver a abrazarla e intentar arrullarla; no estaba muy seguro de cómo ser tierno y confortarla, no tenía mucha práctica con esto.

Le pareció que el arrullo estaba funcionando, ya que ella empezaba a hacer silencio, pero eso fue porque la estaba ahogando contra su pecho sin darse cuenta, hasta que ella por fin logró separarse y respirar. Bueno, al menos ahora estaba en silencio y ya no lloraba.

-¡Debes tener hambre!- la sacó de ese lugar, la sentó en un mueble procurando que estuviera cómoda y corrió a buscar algo qué darle, volviendo con un tazón con fresas.

Comenzó a alimentarla llevando las fresas hasta su boca, pero ella seguía asustada, por lo que le mordió el dedo.

-¡Agh! ¡Pedazo de...!- la tomó por el cabello, pero al volver a escuchar sus sollozos y ver sus ojos llorosos se detuvo, sabiendo que esto no iba a funcionar así. Intentó otra cosa: tomó de nuevo la fresa y se la comió para enseñarle lo que debía hacer.

-Mira, se come- dijo poniéndola frente a ella y luego comiéndosela -¿Ves? Ahora es tu turno.

Esta vez ella la tomó, aún con miedo, pero al sentir el dulzor de la fruta abrió su boca pidiendo más. El siguió llevando las fresas a su boca, mirando sus ojos aún con rastros de lágrimas y sintiendo un escalofrío cada vez que su boca rozaba sus dedos; la miraba atentamente y con pavor y sentía el calor de un sonrojo en su cara.

Pero en el momento en que ella lamió su pulgar el pánico lo llenó por completo con una corriente eléctrica. Salió corriendo y una vez que cruzó el marco de la puerta se apoyó de la pared con una mano apretando la camisa en su pecho, que sentía que se iba a abrir en cualquier momento por los fuertes golpes que su corazón daba en este. Recuerda que pensó '¿Ahora qué?'

La vida en psiconía (Pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora